Por: Jesús Heraldo Rueda Suárez/ Pensar diferente, es atrevernos a vivir de forma alternativa, es tener la llave para esa renovación constante donde necesitamos liberarnos de aquello que nos limita, y apaga la motivación, las ganas de innovar y de mejorar, debemos generar ese impulso y dejar a un lado comodidades y complacencias, si lo hacemos les aseguro que el resultado siempre valdrá la pena.
No se trata de buscar la respuesta perfecta, es buscar una posición diferente de ver las cosas para poder brindar una respuesta innovadora, inesperada y práctica, basada en una forma de razonamiento para buscar soluciones fuera de lo común e incluso sorprendentes, debemos dejar de seguir esa secuencia de pasos lineales, predecibles o llamados “lógicos”, se trata de cuestionar las creencias encubiertas y esos esquemas rígidos que limitan el razonamiento convencional.
En todo trabajo, en toda relación personal se nos presentan dificultades, las cuales debemos y tenemos que resolver, ahora bien, lo podemos hacer de dos maneras, mediante un razonamiento lógico, lineal y racional, o planteando soluciones innovadoras y reflexivas que van más allá del clásico procesamiento deductivo, modificando lo previsible y hacer de la imaginación y la intuición nuestras mejores aliadas.
Se trata de no seguir una estructura rígida a la hora de razonar y procesar la información, ya que, a diferencia del pensamiento lógico o lineal, que aplica una secuencia de pasos predecibles, el pensar diferente nos permite saltar de una idea a otra de manera y forma aleatoria, esa es su magia y potencial.
Para apoyar esta práctica veamos unos ejemplos un camión queda atascado debajo de un puente, llega un grupo de sesudos técnicos piensan en las formas de retirar el vehículo de allí, sin dañar la estructura del puente, pasan horas de análisis, de diversas ideas y reflexiones, llega un niño, quien, de forma curiosa y ajena a los convencionalismos, lo primero que hace es cuestionar todo lo que dicen los adultos y dice con tranquilidad, “desinflen los neumáticos del camión”.
Un hombre entra a un bar y pide un vaso de agua, el camarero busca debajo del mostrador, saca una pistola y le apunta con ella, el hombre se despide dándole las gracias. ¿Qué es lo que ha pasado? ¿Ha intentado robarle? Para entenderlo, procura no aplicar un enfoque lineal y aplica la imaginación: el individuo tenía hipo y el propietario del local le ha prestado ayuda.
Pensar diferente, implica desarrollar otro tipo de capacidades, esto requiere de disciplina, de voluntad y una dosis de atrevimiento, de dejar a un lado al miedo al “qué dirán” para transformarnos en esa persona que de verdad deseamos ser.
A veces, pensar de forma diferente es vivir mejor, ya que nos atrincheramos en nuestros férreos enfoques mentales como obstinados e inflexibles soldados, y casi sin darnos cuenta, dejamos de encontrar soluciones a nuestros problemas, a las decepciones, a los desafíos cotidianos, en el pensar de manera diferente, podemos encontrar la diferencia entre el bienestar y el sufrimiento.
Quienes hemos estado en la parte Comercial podemos asegurar que el practicar este tipo de razonamiento optimiza mucho más las habilidades de resolución de problemas, fomenta la creatividad y expande la mente, estimula la innovación, ayuda a identificar nuevas oportunidades de mercado y a encontrar formas más eficientes de abordar desafíos comerciales, y nos permite explorar una amplia gama de posibilidades, y nos ayuda a encontrar soluciones innovadoras, que quizás no fueron evidentes mediante enfoques más tradicionales.
En situaciones de adversidad o discrepancia, este pensamiento contribuye a encontrar soluciones alternativas que satisfagan a todas las partes involucradas, es ver el mundo con más matices y colores que solo luces grises, es salir de ese molde, es sobreponernos al error, a la crítica y a esos fracasos cotidianos que experimentamos de forma regular, donde habitualmente quedamos atrapados, porque no siempre confiamos en nuestras habilidades; dar ese paso hacia esa renovación mental es relevante para nuestro desarrollo personal.
Esa necesidad, de ser como el resto es lo que resta empuje y brillo a nuestra identidad, ese es un comportamiento aprendido de forma muy temprana, por ello estamos obligados a dar un paso atrás para desaprender todo lo aprendido y reformularnos, porque pensar diferente exige romper patrones para ser capaces de generar nuevas formas de pensar y así transformar nuestra realidad.
Las empresas y el mundo tienen la necesidad de que las personas podamos pensar de manera diferente y estemos abiertas a la innovación, y más aún en un entorno social tan complejo y competitivo como el actual, este recurso constituye una herramienta de transformación, de gran utilidad.
Si nos atrevemos a pensar diferente somos capaces de dar opiniones, de brindar alternativas, de decidir cosas que otros no entienden o aprueban, trabajemos por ese componente emocional inherente que nos empuje a que seamos esa voz que discrepa, esa presencia que desafía a los demás, de forma positiva, esa figura que además no teme a emprender en soledad nuevos caminos.
Tengamos presente que no hay dirigentes infalibles, no hay vidas inobjetables, no hay sabidurías perfectas, no hay ideas intocables, y esa, señoras y señores, ¡es la mejor noticia que podemos escuchar!
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*Profesional en Mercadeo
Twitter: @heraldoru
En este País pensar diferente nos hace enemigos 😌 sin embargo debemos de Respetar las culturas, las costumbres, las ideologías…En si debemos de Respetarnos como personas. Gracias por tan excelente reflexión. Dios te Bendiga 🙏🙏🙏