El Presidente de Estados Unidos inspeccionó el trabajo de los agentes fronterizos. Es la primera vez que Biden visita la frontera común con México desde que asumió el poder. La comprobación del estado de los límites se da en el marco del refuerzo de la ley de inmigración al bloquear a los migrantes cubanos, haitianos y nicaragüenses que intenten cruzar de manera ilegal.
Es la primera vista de Biden a la amplia frontera común que comparte con México.
Acompañado por Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional, y agentes de la guardia fronteriza, el mandatario llegó hasta el Puente de las Américas, que conecta a Estados Unidos con su vecino del sur, inspeccionó algunos equipos necesarios para la labor de los uniformados y recorrió a pie una sección del muro limítrofe.
La visita no ha impresionado a los republicanos, principales críticos de la gestión fronteriza del inquilino de la Casa Blanca, especialmente a Greg Abbott, gobernador de Texas. En este sentido, Abbott le entregó una carta en la que critica su labor.
“Usted ha violado su obligación constitucional de defender a los estados contra la invasión mediante la fiel ejecución de las leyes federales”, concluyó el gobernador en la misiva.
“El presidente pidió soluciones a los republicanos. En la carta que le entregué, proporcioné cinco soluciones que ya existen bajo la ley actual de Estados Unidos. Todo lo que le pedimos a lo que debe hacer el presidente es hacer cumplir estos cinco estándares bajo la ley estadounidense. Si lo hace, hará grandes avances para asegurar nuestra frontera y eliminar la inmigración ilegal, para que puedan volver al camino de lidiar con la inmigración legal en los Estados Unidos», afirmó en otro momento a la prensa el gobernador texano.
Cualquier reforma del sistema de inmigración que pretenda el presidente Biden será complicada de aprobar, teniendo en cuenta que el partido opositor controla la Cámara de Representantes. Hace dos años, acabado de instalarse en la Oficina Oval, le fue difícil al presentar un plan de reformas. Este fracasó ante el muro rojo, que también bloqueó su solicitud de más de 3.000 millones de dólares para reforzar el trabajo y la vigilancia fronteriza.
Las críticas no se detienen. El congresista republicano Jim Jordan comentó en la cadena Fox News que Joe Biden debía seguir las duras políticas migratorias de su antecesor. Según Jordan, “han permitido una situación en la que, francamente, no tenemos frontera”.
Las defensas tampoco se hacen esperar. Mayorkas, el secretario de Seguridad Nacional nacido en Cuba, afirmó que el estancamiento legislativo, sumado a la crisis internacional, limitaron la capacidad del presidente para disminuir la cantidad de inmigrantes que se dirigían a la Unión Americana. Según el secretario, “estamos lidiando con un sistema roto”.
El funcionario también dio a conocer el refuerzo de las capacidades a la patrulla fronteriza de El Paso, entre las que se encuentra la apertura de un centro que permite procesar los documentos de al menos 1.000 personas al día.
Impresionantes cifras marcan esta visita de Joe Biden a la sección fronteriza. Tan solo en el año fiscal de 2022, que concluyó el pasado mes de septiembre, las autoridades detuvieron a unos 2,2 millones de personas. Un número que incluye a quienes volvieron a intentar el cruce de manera ilegal.
Refuerzo de las restricciones
El pasado jueves, Biden anunció la imposición de limitantes para el ingreso al país de cubanos, haitianos y nicaragüenses que intenten cruzar de manera ilegal, al tiempo que flexibilizó la entrada de unas 30.000 personas de estas nacionalidades por vía aérea, siempre y cuando cumplan ciertos requisitos.
Activistas de derechos humanos, incluso algunos demócratas, afirmaron que la nueva medida representa un incumplimiento de su promesa de campaña de restaurar los derechos históricos de quienes buscan asilo.
Esta medida expande el uso del Título 42, el polémico mandato impulsado por el expresidente Donald Trump que endurecía la entrada al país durante la emergencia sanitaria de la pandemia, una medida que la actual administración mantiene bajo las órdenes de los tribunales.
La visita de Biden al sitio tan solo duró unas horas, pero con un importante objetivo a largo plazo según medios de prensa: mitigar el estado de opinión adverso y reducir el impacto de las pesquisas prometidas por los republicanos de la Cámara de Representantes sobre inmigración.
La próxima parada del jefe de la Casa Blanca será Ciudad de México. Allí se reunirá con su homólogo anfitrión y el primer ministro de Canadá. La inmigración estará sobre la mesa.