Por: César Camilo Hernández Hernández/ Con el fin de seguir reconstruyendo la ciudad bonita debemos cimentar la base de la construcción de ciudad, es necesario fortalecer esta estructura denominada ciudadanía. Los proyectos, planes y acciones deben girar en torno al bienestar de los ciudadanos y la ciudad desde cualquier nivel, empezando por el gobierno hasta las actuaciones en lo personal.
Tristemente hoy debemos decir que nos hemos convertido en una población disfuncional en ciertos aspectos. El ego, las diferencias políticas, el bien propio, han sido causa de atropellos, injusticias y enfrentamientos entre bumangueses que han deteriorado ese clima amable y señorial de nuestra convivencia.
Debemos recuperar el ejemplo y el camino desde nuestros líderes, no pueden existir agravios, insultos y mucho menos agresiones entre dirigentes o con algún ciudadano, es hora de parar esa intolerancia, es el momento de debatir con altura, ser propositivos, actuar con cordura, aceptar el error.
Todo con el único fin del bien común, Bucaramanga y los ciudadanos están por encima de cualquier beneficio personal. Los espacios de participación deben abrirse para aportar, insisto que cada ser humano tiene una capacidad, cualidad o característica única que permite recopilar varios puntos de vista, logrando una respuesta o acción positiva.
La ciudadanía representa las relaciones estado-ciudadano y ciudadano-ciudadano, es ahí donde esta red social debe ser solida por medio de lazos estrechos de participación ciudadana, tolerancia, confianza, productividad y desarrollo.
Acá es un juego que es gana-gana, donde todos somos victoriosos generando una ciudadanía compacta y enfocada en un mismo camino que conlleva a la edificación de ciudad. Es simple y efectiva la dinámica de revalorización de la ciudadanía, tal como lo expresa Marshall (1950), en su libro Citizenship and social class, los derechos y deberes de las personas deben ser respetadas y ofertadas en lo civil, social y político ¿Y cómo generamos eso? Con acciones conjuntas, voluntad popular y participación de varios actores.
Con esto configuramos un camino para ejercer la democracia al derecho, teniendo en cuenta que este año es electoral, decisivo para escoger líderes que tengan en su cabeza el crecimiento, desarrollo y la participación ciudadana.
Pero más allá, debemos ser respetuosos de quien decida hacer el ejercicio electoral, no podemos increpar o despotricar a un ser humano por no ser de nuestra corriente o de diferente pensamiento, acá la lógica se da en aceptar la postulación de ojalá muchos candidatos mujeres, jóvenes, expertos para tener de dónde escoger, pero también el deber de ellos de postular sus nombres por la calidad de su perfil, su experiencia o conocimiento de lo público, y lo más importante, el talante de sus propuestas.
Pero volviendo a construir ciudad, la democracia no solo es elecciones. Para mí y hacia donde se mueven los pueblos democráticos, es cuando su ciudadanía es incluyente, participa, opina, elige y aporta, respetando sus líderes y las decisiones tomadas.
El éxito de esto es trabajar hacia la voluntad y necesidad del pueblo. Hay que cambiar lo habitual frente a que la democracia absorba al ciudadano sino que sea a la inversa; el autoritarismo, populismo y el interés personal, no pueden ser superiores a los deseos de los ciudadanos.
Las acciones que crean bienestar y calidad de vida, son inversiones duraderas y sostenibles en el tiempo. Además, estas serán el medio para poder legitimar la verdadera democracia, con la participación y vinculación de las masas.
Así, una ciudadanía solida con producto social competente y una democracia integral aplicada, construye futuro que posibilita crecimiento, inversión y ventaja competitiva nacional e internacional. Es deber de todos volver a tener nuestra ciudad Bonita y es derecho de todos poder vivir en ella.
Twitter: CesarCamiloHern
Instagram: cesarcamilohernandezh