Por: César Camilo Hernández Hernández/ En los últimos años, Bucaramanga ha sido huérfana de inversión nacional en proyectos de gran envergadura. La falta de gestión y el desconocimiento del papel de los recursos nacionales, ha llevado al rezago en la factibilidad y viabilidad de proyectos en los diferentes sectores para la ciudad.
Mientras el sector privado iba jalonando la economía regional y los indicadores nos ubicaban entre las cuatro ciudades mas competitivas del país, la deficiencia del gobierno local en consecución de recursos, no aportaba a la consolidación de un territorio en desarrollo, prospero y competitivo.
El Banco de la Republica, mediante su Centro de Estudios Económicos Regionales (CEER), en un estudio con la CEPAL, estableció que las bases de la competitividad de la ciudad bonita y la región, recaían sobre la integración del sector publico, privado, academia y ciudadanía. Esta articulación fue abordada desde los potenciales de Bucaramanga, en localización estratégica, zona geográfica, talento humano e industrias solidas.
Desde el contexto departamental, se están realizando tres inversiones en corredores viales para la conexión de la ciudad de los parques con los ejes de desarrollo nacional, como lo es; la Ruta del Cacao, la Autovía Bucaramanga-Pamplona y la Concesión ZMB. Estos proyectos coadyuvan a dinamizar la reactivación económica de la capital, siendo focos productividad y competitividad.
En hora buena, se promulgo la Ley 2062 del 28 de octubre del 2020, “por medio de la cual la Nación se asocia y rinde homenaje a la ciudad de Bucaramanga en el Departamento de Santander con motivo de la celebración de sus 400 años de fundación y se dictan otras disposiciones”. Si bien la ley, no tiene un presupuesto especifico, ni fuentes disponibles, genera un abanico en el alcance para realizar buenas practicas en la gestión de recursos.
Hay que felicitar la labor parlamentaria por este hecho, que abre puertas a la inversión nacional que tanto se merece la ciudad bonita y que es necesaria para el crecimiento de la región y el país. Pero la tarea no termina ahí, es necesario realizar una gestión de proyectos que culminen el objeto de dicha ley, en materia cultural, turística, ambiental, infraestructura, vivienda, servicios públicos y otros, donde su principal meta es mejorar la vida de los bumangueses.
Es así, como se vuelve a entrelazar los actores esenciales del desarrollo, como lo expresa la CEPAL, por medio de una gerencia de su ciudad desde el Alcaldía de Bucaramanga, teniendo como fortaleza la experiencia en visión empresarial y de macro proyectos del burgomaestre de turno. Este trabajo arduo será fructífero para sopesar las diferentes necesidades que albergan los ciudadanos y poder aportar al bienestar de las comunidades.
Es irrisorio como algunos ciudadanos, ven el trabajo conjunto entre alcaldía y parlamentarios como algo bochornoso; por el contrario, para eso son elegidos para realizar una gestión frente a los entes nacionales en la consecución de recursos de inversión para la ciudad. Bucaramanga cuenta, después de funcionamiento y otros rubros, con alrededor de $300.000 millones al año para invertir en proyectos para los ciudadanos.
La cifra de inversión es mínima para lo mucho que hay por hacer y por lo que nos merecemos, por lo tanto, la labor de buenas prácticas de gestión de recursos, debe ser una bandera de gobierno desde cada una de las entidades municipales. Es malo comparar, pero bueno para aspirar, es así, que hay que ver los ejemplos de Medellín, Barranquilla, Manizales, donde los recursos nacionales han puesto el ojo y el proyecto.
Llegó el momento para Bucaramanga de posicionarse como ciudad vivible, sostenible y competitiva. Los recursos y proyectos ayudarán a hacer ciudad y ciudadanía.
*Ingeniero Industrial, Especialista en Gerencia de Proyectos y Magister en Administración.
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