Por: Jenny Paola Rangel Chaves/ Así como los cambios ocurren en todos los aspectos de nuestra vida, las organizaciones no son ajenas a estos, ya sea por un cambio en la forma de operar del negocio, o debido al lanzamiento de un nuevo producto o servicio al mercado, despido de personal, adquisiciones de otras empresas, o por el ingreso de nuevas tecnologías.
Según Idalberto Chiavenato, “El cambio organizacional es un conjunto de alteraciones estructurales y de comportamiento dentro de una organización”, relacionados con el cambio en las organizaciones, dos conceptos que se han venido difundiendo ampliamente en las últimas décadas en los ambientes académicos y empresariales, los cuales son el Desarrollo Organizacional y la Calidad Total.1
Los gerentes deben propender porque las organizaciones que lideran, tengan la capacidad de adaptarse a esos cambios, por medio del desarrollo de habilidades creativas e innovadoras, ya que las variaciones que se presentan al interior de las empresas son constantes, y deben enfrentarse al desafío de conocer cuales son la necesidad de mejora para lo cual los empleados deben participar activamente en esos procesos.
El cambio organizacional integra al talento humano, la cultura organizacional, los procesos y la tecnología, para dar cumplimiento a las estrategias que se deben implementar con el fin de alcanzar los objetivos propuestos para el éxito empresarial, por tal razón es tan importante que todos los funcionarios se apropien del proceso, pues si a la empresa le va bien, todos se verán beneficiados.
Un ejemplo muy claro y sencillo que me gusta usar para este abordar este tema, es lo sucedido en la época de pandemia cuando por disposición del gobierno nacional, tuvimos que permanecer en confinamiento por razones de salud. Debido a esto muchas empresas tuvieron recurrir a la virtualidad, y adaptarse a estos cambios para poder sobrevivir.
A continuación, se presentan algunos aspectos que facilitan el cambio:
– Se requiere que los empleados sean conscientes de la necesidad de realizar cambios al interior de la organización, para generar motivación y acción inmediata con el fin de aumentar la colaboración con todo lo relacionado al proceso.
– La gerencia debe manifestar el compromiso de su parte con estos cambios, no solo con palabras motivacionales, también debe ir acompañado de acciones que faciliten el desarrollo de las actividades propuestas.
– Los altos mandos deben suministrar información a tiempo, sobre los cambios venideros frecuentemente, y la forma de reaccionar antes los mismos, con anterioridad.
– Se requiere brindar una excelente capacitación al personal sobre las nuevas formas de operar para afrontar los cambios de la mejor manera posible, y seguir siendo productivos.
– Es necesario realizar un feedback con el fin de que sean escuchadas todas las necesidades y opiniones del personal respecto al proceso, y hacerlos participes en la toma de decisiones
Viktor Frankl en su obra “El hombre en busca de sentido” plantea la necesidad del cambio interno si la capacidad de actuar sobre la situación externa nos resulta inaccesible.
Modificar los paradigmas dominantes, pivotar en nuestra disposición como observadores o tener la valentía de formular un “para qué” o visión, pueden impulsar a personas u organizaciones hacia la consecución de un propósito esencial.2
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*Profesional en Administración de Empresas (UNAB), Magíster en Administración de Empresas con énfasis en Gestión Estratégica de Mercadeo (UNAB). Docente Universitaria.
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(Esta es una columna de opinión personal y solo encierra el pensamiento del autor).
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1Taype Molina Martín. (2005, agosto 1). Cambio organizacional como soporte de la competitividad.