El proceso de conseguir, distribuir y aplicar las vacunas contra el Covid-19 no es sencillo y tampoco depende exclusivamente de las decisiones y acciones de los gobiernos nacionales. El de la pandemia es un problema global y, consecuentemente, el de las vacunas también, uno en el que lo que ocurre en un lugar puede influir sobre otro.
Si un país tiene mayor poder de compra, puede acaparar más dosis, dejando a otros más pobres con menos capacidad de acceso; si la producción se concentra en un número restringido de fábricas, cualquier problema en una de ellas retrasa la entrega de vacunas. Ese es el contexto con el que tienen que lidiar todos los países.
Luego vienen las particularidades de cada uno. Los traspiés, los aciertos, los errores, las ansiedades de sus poblaciones, los escándalos. Todo en el marco de lo que en Argentina el Gobierno dio en llamar el ‘más grande plan de vacunación de la historia nacional’.
¿Qué vacunas llegaron, cuántas faltan por llegar?
Al 24 de febrero de 2021, según estadísticas oficiales, 513.594 personas recibieron la primera dosis de la vacuna Sputnik V o de la vacuna Covishield; y, de esos individuos, 267.061 también fueron inoculados con la segunda dosis de alguna de esas dos vacunas. El Gobierno había anunciado en enero de 2021 que tenía garantizadas 51 millones de dosis de varios proveedores, aunque aún está lejos de alcanzar esa cifra entre las entregadas y las que efectivamente tienen fecha concreta de arribo al país.
La Sputnik V fue la primera en comenzar a utilizarse en Argentina, en diciembre de 2020, cuando llegaron desde Moscú 300.000 dosis. En total, hasta la fecha, llegaron al país 1.220.000 dosis de esa vacuna, aunque el acuerdo con el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF, entidad encargada de celebrar los contratos para la distribución de la vacuna), de acuerdo con el gobierno argentino, es por un total de 20 millones, que ya deberían haber llegado.
Desde RDIF no descartaron la posibilidad de que la Sputnik V pueda, eventualmente, comenzar a fabricarse en Argentina. Durante varios meses hubo una actitud cautelosa a veces, desconfiada y de sospecha otras, sobre la vacuna rusa por la falta de resultados en los estudios de Fase III en una revista especializada con referato. Cuando a principios de febrero fue publicada en ‘The Lancet’, esas dudas fueron ampliamente despejadas.
De la vacuna Covishield (la misma que la de AstraZeneca/Oxford, pero fabricada bajo licencia por el Serum Institute de India), arribaron el 17 de febrero 580.000 dosis y se esperan para principios de marzo otras 580.000.
En Argentina ya se produce la vacuna de AstraZeneca/Oxford en una planta del laboratorio mAbxience, en la provincia de Buenos Aires. El plan inicial es de 150 millones de dosis. La forma en que se estableció el acuerdo de fabricación y distribución es que el principio activo viaja de Argentina a México, donde se envasa y distribuye a América Latina (excepto Brasil, que tiene un acuerdo propio). Por complicaciones propias del mercado de vacunas en el actual contexto global, si bien mAbxience ya envió lotes a México, todavía no han llegado partidas a Argentina. Teóricamente, si se cumple lo anunciado, el total de dosis a recibir en 2021 de esta vacuna rondaría las 22.431.000, por un contrato celebrado directamente con AstraZeneca/ Oxford.
Argentina se sumó además al mecanismo Covax de la Organización Mundial de la Salud, que busca alcanzar una distribución más equitativa de las vacunas disponibles. Esa iniciativa presentó un pronóstico a inicios de febrero, según el cual el país podría recibir antes del fin de ese mes 2.275.200 de dosis de la vacuna de AstraZeneca/ Oxford (por fuera del contrato que el país firmó directamente con el laboratorio). El Gobierno había anunciado que el total de dosis que preveía adquirir de COVAX era de 9 millones.
El domingo 21 de febrero, tras recomendación de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) para utilizarla en personas hasta 60 años, la ministra de Salud Carla Vizzotti autorizó con carácter de emergencia la vacuna desarrollada por el laboratorio Sinopharm en colaboración con el Beijing Institute of Biological Products de China. Se espera que en los próximos días lleguen un millón de dosis al país y que se utilicen para inocular a 500.000 personas con las dos dosis del esquema previsto.
Por otra parte, también se trabaja en una vacuna local, que se encuentra en las primeras etapas del proceso de desarrollo, a través de un acuerdo entre el estatal Instituto Nacional de Tecnología Argentina (INTA) y el Laboratorio Bagó, multinacional de origen argentino. El director médico de Bagó, Eduardo de La Puente, le dijo al canal ‘NetTV’ que en un año y medio o dos se sabrá si es viable para ser utilizada en humanos.
El orden de prioridad en las vacunas
El Ministerio de Salud había definido un orden de prioridad para inocular a la población: personal de salud (763.000 personas); adultos mayores de 70 años y quienes viven en establecimientos geriátricos y luego adultos mayores de 60 años (estos grupos suman unas 7.375.000 personas); personal de las fuerzas armadas, fuerzas de seguridad (estos dos grupos suman unas 500.000 personas) y de servicios penitenciarios; adultos de 18 a 59 años con factores de riesgo (diabéticos, con obesidad grado 2 y 3 (IMC mayor a 40), enfermedades cardiovasculares, renales o respiratorias crónicas, que son unas 5.653.000 personas; personal de los niveles educativos inicial, primario y secundario (1.300.000 personas); y finalmente otras poblaciones estratégicas definidas por las jurisdicciones, habitantes de barrios populares, personas en situación de calle, que pertenezcan a pueblos originarios, presas y migrantes.
La vacunación, que es voluntaria, gratuita y estatal y en esta instancia incluye también a quienes hayan padecido la enfermedad, está a cargo de cada provincia, que puede determinar sus propias prioridades. Una modificación importante en las prioridades se dio de cara al inicio de las clases en algunos niveles educativos en la tercera semana de febrero de 2021.
La vacuna de Sinopharm, anunció este martes la ministra de Salud, Carla Vizzotti, se utilizará para vacunar a personal docente y no docente de instituciones educativas, que según el Gobierno totaliza 1.458.000 personas en todo el país. Se los priorizará en cinco grupos.
El distrito con mayor población de Argentina, un tercio del total aproximadamente, es la provincia de Buenos Aires. Allí, a fines de enero, comenzó la vacunación a mayores de 70 años, residentes de geriátricos, pacientes internados en clínicas de salud mental y en hogares para personas con discapacidad.
Los mayores de 70 años son en la provincia alrededor de 1,47 millones sobre un total de unos 17,7 millones de habitantes, según estimaciones oficiales. Las personas que quieran vacunarse, de cualquier edad, deben registrarse, y luego se les asignan turnos para ser inoculados. Según informó el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, al 23 de febrero se habían registrado más de 3 millones de personas.
En la Ciudad de Buenos Aires comenzó el lunes 22 de febrero la vacunación a mayores de 80 años y personas que viven en geriátricos. Se otorgaron unos 40.000 turnos en 24 horas, entre el viernes y el sábado anterior al inicio de la inoculación. En esta etapa, que comenzó con los mayores de 80, se incluirá luego a los mayores de 70. En total son casi 460.000 personas, de acuerdo con lo informado por el distrito.