Por: Diego Ruiz Thorrens/ Los hechos ocurrieron con desmedida rapidez: Una Joven Mujer perteneciente a la Población Trans de la Zona Centro de Bucaramanga buscaba por todos los medios posibles escapar y repeler a quién sería su victimario. Caminaba con paso ágil, tratando de huir de aquel hombre. Su victimario logró perseguirla por varias calles, acosándola hasta conseguir su cometido: De un solo golpe, una puñalada certera en el pecho, arrebató la vida de aquella joven mujer que se desvanecía mientras trataba, en un último esfuerzo, dar algunos pasos hasta que la fuerza desapareció completamente de su cuerpo. El asesinato era consumado. La muerte cobraba una nueva víctima.
Mientras tanto el homicidio quedaba registrado en los lentes de algunas cámaras de seguridad de la zona. Esto permitió a los Patrulleros del Comando Metropolitano de Policía de Bucaramanga – Zona Centro actuar de manera pronta y oportuna. La captura del homicida fue más que rápida, casi inmediata. Sin dilaciones.
La joven Mujer fue llevada inmediatamente al Hospital Universitario de Santander. Sin embargo, dicho lugar certificó su muerte. El 22 de Abril del presente año Yessica ya no se encontraba entre nosotros.
Los rumores de su muerte corrían como pólvora entre la comunidad Trans y algunos conocidos de la occisa, todas personas cercanas a los lugares dónde deambulaba Yessica; y con el rumor, nacía una sensación que no es desconocida para la Población LGBTI, en especial para las Mujeres Trans: Miedo. Como una densa y oscura nube, el miedo comenzó a posicionarse sobre la gran mayoría de ellas.
¿Qué tipo de miedo? El miedo a la violencia, al odio, a la transfobia. La muerte de Yessica nos recordaba a todas y todos la existencia de una sociedad que aniquila lo que no entiende, lo que no ama, y que con cada muerte de alguna persona que se identifique como sexualmente diverso, la primera respuesta de la sociedad es “quizá se lo merecía”. ¿Acaso dirían lo mismo si aquella persona asesinada/o brutalmente pudiese ser un familiar, alguien amado? ¿Por qué odiar y temer aquello que no comprendemos?
A primera hora de la mañana del lunes recibí la que sería la primera de las llamadas sobre el caso de Yessica. Ésta provenía de un patrullero muy cercano a la labor que realizo, alguien que conoce mi trabajo en el empoderamiento de derechos humanos y promoción del respeto de los derechos de poblaciones más vulnerables del departamento, especialmente, aquellas que son víctimas de las más brutales violencias en base del Género, la Orientación Sexual e Identidad de Género: “¿Sabes quién era la Mujer asesinada en la Zona centro de Bucaramanga? Dicen que era una habitante de calle, que era Transexual. ¿Algunas de las Mujeres de la Zona te han dicho algo al respecto?”. Claro que sabía quién era ella, y conocía una parte de su historia. La muerte de Yessica precisamente es la razón que me trae aquí a escribir éstas líneas.
La muerte de Yessica pone sobre la mesa un hecho que algunos sectores tratan de ocultar, de tapar por medio de la construcción de campañas sin sentido, muchas de ellas llenas de violencia y de odio en contra de todas aquellas personas que representan la diversidad sexual, en especial, de las Mujeres Trans.
Según distintas organizaciones nacionales e internacionales que trabajan en pro de los derechos humanos de las poblaciones LGBTI (Redlactrans, Caribe Afirmativo, Colombia Diversa entre otras) la vida de éstas poblaciones, y en especial de las Mujeres Trans, presentan las más graves y crueles de las violencias contra la integridad humana en la escala de los Derechos Humanos, en muchos casos, en clara contravía de los logros socialmente conquistados por éstas poblaciones en algunos países como el nuestro. En otras latitudes, dónde la vida de las niñas y las mujeres está subordinada a la voluntad del hombre, la homosexualidad y todo lo que represente diversidad sexual se paga con pena de muerte.
En Latinoamérica, principalmente en Centroamérica, la expectativa de vida de las Mujeres Trans no supera los 30 años. En otros países, la expectativa de vida no llega a los 35 ¿Qué es lo que está sucediendo?
En la ciudad de Bucaramanga y en casi todo el departamento de Santander, la panorámica de derechos humanos de las poblaciones LGBTI tampoco vislumbra un avance sino más bien un retroceso generalizado. A pesar de las muestras de apoyo hacia la diversidad sexual como las expuestas por personajes públicos como el Alcalde de la ciudad de Bucaramanga, Ingeniero Rodolfo Hernández, o del arduo trabajo realizado por instituciones como la Defensoría del Pueblo Seccional Santander entre otras, la visibilización de la violencia y de asesinatos dirigidos hacia poblaciones LGBTI, sigue siendo difusa.
Según información de la Corporación Conpázes Actúa de la ciudad de Bucaramanga, sólo en 2018 se registraron más de 3 homicidios sobre los cuerpos de hombres Homosexuales, en su mayoría, en manos de hombres identificados como heterosexuales. Esto, sin tener presente la posible existencia de sub registros dónde se desconoce si los móviles en los homicidios o asesinatos pudiesen tener como base la orientación sexual.
Todas estas situaciones deben encender las alarmas de instituciones como Fiscalía, Medicina Legal y Ciencias Forenses, o de programas en Derechos Humanos como aquellos direccionados por las Alcaldías y la Gobernación en responsabilidad de las Secretarías del Interior.
A pesar que nuestro departamento es tristemente conocido por la impunidad que arrojan decenas de delitos en razón del género, es hora que transformemos ésta realidad, incluyendo factores como la orientación sexual o diversidad de género, y con ello, podamos construir acciones que prevengan este tipo de asesinatos.
No podemos ni debemos permitir que sigan arrebatando violentamente la vida de las Mujeres de nuestra ciudad, nuestro departamento, o de cualquier lugar del mundo. De ninguna población, entre ellas aquellas que revisten la diversidad sexual. Cada vida es valiosa, y con ella, el amor que puede nacer de cada una de ellas/os pero que ahora no podrá ser, porque desafortunadamente, nos arrebataron sus vidas abruptamente.
Twitter: @Diego10T
