Por: Juana Yolanda Bazán Achury/ Continuando con el tema de la incidencia de las economías ilícitas en Colombia, en esta columna analizaré un poco sobre cuáles son las formas más reconocidas y que se han entronizado en la sociedad, hasta el punto de verlas como actividades normales o casi normales.
Para los investigados y estudiosos del tema, existen cuatro grandes formas de éstos fenómenos en el país, el narcotráfico, la minería ilegal, el contrabando y la trata de personas.
En materia de narcotráfico, los estudios se centran generalmente en las áreas de producción en el sur del país y en los corredores de tránsito, pero no se profundiza en los centros de consumo sin los cuales no tendría sentido la producción, se produce mientras el negocio sea rentable, si existen consumidores, como en EEUU y Europa a donde se exporta la mayor parte de la pasta de Cocaína que se produce en Colombia, la producción seguirá generando riqueza y los males sociales.
Las ganancias generadas por las economías ilícitas son exorbitantes, muchos se involucran en el negocio de manera directa o indirecta, estas formas de producción económica han permitido a grupos poblacionales cumplir con expectativas y aspiraciones frente a situaciones de desempleo y falta de incorporación social de muchos ciudadanos, sobre todo de personas jóvenes, que se sienten con capacidad de arriesgarse en el ámbito ilegal para tratar de buscar respuestas económicas a sus necesidades y las de su familia.
El narcotráfico en diversas modalidades, se ha venido fortaleciendo en nuestro país como un capital sociocultural a través del cual, se logra estatus social como ocurre con la expectativa de mejorar la condición de vida a través de los estudios profesionales, que genera movilidad social.
A partir del momento en que la insurgencia armada se incorporó y mezcló con el tráfico de estupefacientes, la situación de guerra y violencia sistemática en los departamentos productores y regiones aisladas, aumentó de manera exponencial, problemática que prácticamente se le salió de las manos a los gobiernos de turno, de una parte por la falta de Estado, de oportunidades y por la presión social que ejercen los actores interesados en la producción y comercialización, especialmente de pasta de coca.
De acuerdo con informes sobre el narcotráfico se informa que este representa aproximadamente el 2% del PIB, llegando a 10.5 billones de pesos anuales.
Un segundo renglón de la economía ilegal en Colombia es la minería, ejercida sin los permisos de las autoridades ambientales responsables de su control, o en zonas prohibidas, que por lo general son de Reserva Forestal, los departamento en los que se ejerce mayoritariamente la minería ilegal son Choco, Antioquía y Córdoba, por su infracción y por las grandes ganancias que se generan, estas estructuras también han generado violencia, dominación y criminalidad.
Se indica que, la mayoría de quienes ejercen la minería ilegal usan mercurio, contaminando las fuentes hídricas afectando en materia grave a los peces y a las comunidades que los consumen, como consecuencia de la explotación minera ilegal, también hay presencia de cultivos ilícitos. Se invierte y se lava dinero a través de la minería.
Es muy difícil saber cuánto del oro que se extrae en Colombia es ilegal, debido al contrabando y a las modalidades de legalización del metal extraído, la mayoría del oro que se mueve en el país, es producido bajo la economía de subsistencia, mal remunerado para quienes lo consiguen, no hay ninguna dificultad para transportarlo de un lado a otro, en exploración minera, concurren las todas las formas de ilegalidad.
El contrabando, se constituye en una competencia desleal para la producción interna y las importaciones legales, afectando el recaudo de impuestos, generando disminución en los ingresos del Estado necesarios para atender las necesidades de la población.
El contrabando se realiza fundamentalmente a través de las fronteras que carecen del adecuado control, es técnico cuando se presentan documentos adulterados para así tener menor base gravable a la hora de pagar impuestos; los contrabandistas se enfrentan a varias situaciones, una a la posibilidad de ser descubiertos y judicializados y otra a los grandes beneficios económicos como son la evasión de aranceles, la posibilidad real de repatriar capitales, la utilización del dólar negro en el exterior, cuando logran conseguirlo más barato que el dólar oficial.
Este aspecto de economía ilícita, también tiene un peso enorme sobre la redistribución de la riqueza y por tanto en el fortalecimiento institucional y la democracia en Colombia.
Por último, el tráfico humano es reconocido nuestro país como uno de los que tiene mayor mercado en la trata de personas, principalmente en modalidades de explotación sexual, matrimonio servil y trabajos forzados, esta situación es violatoria de los derechos humanos, ocurre cuando se capta a otra persona de cualquier sexo edad o raza, con los propósitos anteriormente descritos, generalmente la persona es ilusionada con la posibilidad de una vida mejor, o cuando se tienen expectativas de acceder a mejor la calidad de vida, siempre bajo falsedad y engaño.
En este comportamiento delictivo, se le limita a la persona sus libertades y se obliga a efectuar trabajos o acciones con las cuales la persona no está de acuerdo, ejerciendo sobre ella y su familia amenazas y presiones indebidas.
Es un delito que genera millones de dólares, es considerado como el negocio que después del narcotráfico y las armas produce mayor cantidad de dólares. En Colombia las víctimas por lo general son llevadas al medio oriente, o a los Balcanes, países con gran poder adquisitivo.
El Estado ha buscado de resolver el problema que ha venido enfrentado hace más de 60 años con la insurgencia Colombia, pero se descuidaron otras situaciones como pobreza, violencia, desigualdad, corrupción, falta de oportunidades, deficiencias en la atención en salud y educación y otras problemáticas sociales, como el abandono de las comunidades indígenas y raizales, así como afrodescendientes, juntos con aspectos que no se relacionan.
La superación de estas dificultades que constituyen las economías ilícitas para el país, son aspectos que se deben afrontar desde decisiones de políticas públicas, aunando esfuerzos desde todos los estamentos sociales, académicos, políticos y económicos, de no superarlos, el país, la democracia y sus instituciones pueden llegar a perecer en el caos de la dominación económica de la ilegalidad.[1]
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*Exrepresentante a la Cámara por Santander.
(Esta es una columna de opinión personal y solo encierra el pensamiento del autor)
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[1] Estudios sobre contrabando DIAN. Edgar Revéiz Economías Ilicitas.