Por: Luis Eduardo Jaimes Bautista/ Empieza la cuenta regresiva. 60 días. Viene la publicidad política, la contaminación audiovisual, vistosidad de logos y camisetas. Toda la parafernalia política de campaña en compañía de los zoopolíticos que limpian zapatos y cepillan chaquetas.
De las dos primeras encuestan, se pueden ver cuatro candidatos que están en franca lid, Fredy Anaya Martínez, Conservador saraviado; Claudia Lucero López Martínez, Liberal; Jaime André Beltrán Martínez, avalado por Colombia justa y libre, apoyado por las iglesias y Sergio Isnardo Muñoz Villareal, avalado por MAIS y ASI. Dejo los otros seis en el tintero, para las alianzas y si quieren seguir que vayan hasta el final.
No se puede cantar victoria, porque como dijo un ciudadano de apie, el día de la quema se verá el humo y el resto en el pabellón de los quemados, aplicándose crema cero. La ciudad Bonita de hoy no puede seguir en las mismas: Inseguridad, transporte informal, desempleo, habitantes de calle, una malla vial totalmente deteriorada, un servicio de la salud de las EPS lamentable para miles de enfermos que acuden, igualmente la defensa en los servicios públicos y el Páramo de Santurban. Una población joven que crece en la drogadicción y el pandillisno o ñeros y muchos otros factores que la nueva administración debe tener un plan de gobierno acorde a las necesidades del pueblo que los elige.
El municipio no queda con deudas. Sí un presupuesto, que debe ser bien manejado y libre de la corrupción. Si a eso añadimos un buen liderazgo, democracia interna y renovación en las políticas públicas. Tenemos que mirar una ciudad expectante en la forma de un gobierno coherente y sacarla del caos de la movilidad y las biciclo-rutas, que en este gobierno del ingeniero, complicó más la situación de una ingobernabilidad.
Tenemos que tener un futuro, sueños para nuestros hijos y nietos. El nuevo alcalde debe estar rodeado de personas que conozcan la función y el manejo de la cosa pública, sin resentimiento, ni revanchismos, que exista el respeto, la cordura y la ética, para ver que la ciudad crezca, tenga más oportunidades en la industria y la economía, sin olvidar el campo.
No quiero ser agorero, ni ser ingenuo como el que le compra y paga el voto al ciudadano porque tiene necesidades. Alegría por un día, tristeza y lamentación por cuatro años. Para ello se debe ser sincero honesto, sin mentiras, ni promesas, con un plan de gobierno incluyente para todos.
Se debe difundir la buena noticia, sin pesimismos y que los análisis políticos de expertos tengan esas líneas estratégicas direccionados a los pobres, sin asistencialismo, que ellos sean productivos. No que exista un gobierno maniobrero y que la coyuntura política por la cual está atravesando, no sean como los doscientos años que han pasado de historia libertaria esclavizada. Dejen ya esos fracasos históricos y jactanciosos. Los problemas seguirán existiendo.
Para terminar, no quiero ser repetitivo como columnitas sobre algunos candidatos y sus intereses en la política, piensen en una democracia madura, sin tensiones populistas, ya es hora de darle un vuelco a la forma de pensar en la política. Tomen la cultura como base. Una ciudad tiene su desarrollo cuando el gobernante empieza por el mismo en la forma de gobernar de frente a su ciudad. Leía, cómo se piensa y se direcciona la contratación entre los amigos, buscando el lucro. Colombia y Bucaramanga han sido durante un siglo saqueados. No piensen que con imposición de impuestos la economía crece. Todo lo contrario disminuye porque los ciudadanos buenos emigran.
Todo esto me queda en esta reflexión para los apasionados políticos: “Aquí, decía, floreció en otro tiempo una ciudad comercial, industrial, se formaron muchas empresas que crecieron y otras se fueron. En estos mismos lugares, queda un vació desierto, una multitud de vivientes animados y olvidando esos tiempo a reconstruir ese pasado histórico en la majestad de los tiempos por venir, porque la suerte está echada”.
Twitter: @LuisEduardoJB1