El pasado 25 de septiembre, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, le extendió una invitación a su homólogo colombiano Iván Duque para hacer un debate televisivo y hablar sobre los dos países. La respuesta llegó y el mandatario colombiano lo rechazó.
“Esto no es una campaña electoral. Yo soy el presidente de Colombia y por ende voy a defender a mi nación. Expreso solidaridad a los hermanos venezolanos y los seguiremos recibiendo con los brazos abiertos”, expresó el presidente.
Por otro lado, advirtió que la denuncia contra Maduro es una realidad: “Se han movilizado recursos y la denuncia la radicamos ante la Corte Penal Internacional contra Maduro».
Según Maduro, el presidente Duque le tiene miedo, habla más de Venezuela que de Colombia y «tiene la orden de los gringos de no hablar con nosotros». «Yo me preocupo por la situación de Colombia mientras el presidente Iván Duque está por Nueva York preocupado por sus negocios, y por sus churupitos (dinero) y por su maldad».
De Colombia, producto del deterioro de la calidad de vida, la droga y la guerra, han emigrado más de 12 millones de personas. Venezuela, por el contrario, es un país receptor de migrantes que ha acogido a más de 9 millones de ciudadanos y ciudadanas del mundo. ¡Saca la cuenta! pic.twitter.com/vAlLnMtct7
— Nicolás Maduro (@NicolasMaduro) September 26, 2018
El mismo día en el que el presidente Maduro propuso el debate, las tropas venezolanas se desplegaron a lo largo de la frontera con Colombia. Un vocero del Ejército Bolivariano manifestó que se debía a una orden del mandatario para inspeccionar el área para combatir el narcotráfico y los grupos ilegales.
El canciller de Colombia, Carlos Holmes Trujillo, confirmó que no se ha violado la soberanía de Colombia, pero ante cualquier tentativa, el presidente Duque tiene toda la potestad para actuar como jefe de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, el mandatario colombiano ha insistido en otros mecanismos para sacar de la crisis al país vecino: el fondo internacional y la denuncia formal ante la CPI.