Por: Sergio Julián Santiesteban Herrera/ El título esta columna es el camino que debemos tomar en la vida, ese camino que lo lleva por el lado fácil o por el lado difícil, es decir, es aquel que nosotros determinamos elegir, que eliges como modo de vida, podríamos decir que es el camino que nos conduce en libertad y el otro el libertinaje.
Pues bien, cada ser humano en su libre albedrío, elije decisiones, estas decisiones están enmarcadas en un carácter, en una personalidad, en la formación en principios, en ética, en moral, en lineamientos impartidos y permeado de nuestros padres, de nuestros hermanos, es decir, del núcleo familiar.
Así como también nos apropiamos de ciertas conductas a libre albedrío nos parecen bien, ese gusto obedece a la atracción que sentimos cuando permeamos los comportamientos de los demás, incluso la forma de expresarnos, de gesticular, también gestos, mañas y costumbres. De tal manera que, de esa motivación, ese interés con el cual nosotros estamos fraguando y formando en todo momento nuestra vida.
¿Por que nunca es tarde para cambiar?
Si bien es cierto hay conductas que están muy arraigadas, refiriéndonos aquellas que se vuelven a cometer el mismo error o se sigue siendo torpe, testarudo, de tal manera que nosotros somos autores de nuestro comportamiento y del camino que escogemos.
Solo nosotros podemos cambiar nuestros hábitos y costumbres, mejorar nuestro carácter, nuestro léxico, nuestro comportamiento, apropiándonos de lo mejor con sentido común creemos que es lo mejor.
Años atrás en mi labor docente, acostumbrada a dejar frases que nos permitan reflexionar. “En nuestra corta pasantía por la vida, debemos servirle a nuestra sociedad, y por ende ella nos retribuirá”.
El camino del bien y el camino del mal
El único y verdadero manual de convivencia, de vida del ser humano, son Los 10 Mandamientos, que son nuestra carta de navegación, en ellos está la moral, la ética y el amor.
Ese gran amor que nuestro señor Jesucristo nos dejó, “Amarnos los unos a los otros” es no hacerle a los demás, lo que no queremos que nos hagan a nosotros. Es querer al prójimo.
Solo nosotros y cada uno de nosotros decidimos que camino tomar, pues bien señores, que este tiempo de reflexión, de confinamiento, sea el motivó para reorientar nuestras vida, gracias a este alto en el camino, si vemos la luz al final del túnel, es decir, pensando positivamente.
Atrayendo a nuestra vida bienestar, salud física y mental, rodeándonos de personas que nos ayuden a crecer, para ello debemos definir que queremos y quienes anhelamos ser, apropiándonos de lo bueno, solo así seremos felices y seremos mejores personas, nos construimos y de nuestra motivación depende nuestras acciones si tenemos bases, si emprendemos un cambio caminado por el camino del bien, del sentido común de la mano de Dios.
El ser humano debe tener el carácter para corregir y educar respetuosamente a quienes están actuando erróneamente. Por ello la sociedad felicita o sanciona, juzga y condena a quien no acata las normas de convivencia que se desglosan de Los 10 Mandamientos. Así de sencillo es: El sacar elementos de una empresa sin autorización, será determinado como hurto. Es decir, eso es robar.
Eduquemos corrigiendo con respeto
Como padres, hermanos, amigos y ciudadanos de bien, no podemos ser permisivos. Ni tratar a los demás con sentido paternalista, debemos corregir respetuosamente llamando la atención, dando ejemplo, al niño, al joven y al adulto. “La solidaridad, la cooperación y la unión, son valores que caminan nuestra sociedad por el bien”.
No podemos permitir que, en los buses, en las calles, en los parques, estén atracando, robando y nosotros seamos indolentes. Recordemos que es un deber de todos y cada uno actuar, prevenir, evitar, denunciar y señalar aquí este cometiendo estos actos sin que sea corregido por nuestra fuerza publica.
Evitemos que nuestra sociedad se siga descomponiéndose, aquellos que quieren el camino fácil apropiándose de lo ajeno, mientras quien trabajó, para obtener bienes, pertenencias materiales, desear arrebatadas por aquellos que quieren el camino fácil de obtener las cosas, robando atracando.
Las denuncias y criticas constructivas, tienen un lugar, un tiempo y un modo. El dejar pasar el tiempo es ser permisivo, es propiciar, es ser cómplice de los actos delictivos de las conductas inapropiadas, por ello debemos corregir a tiempo.
Nuestra sociedad debe estar encaminada a ser mejor. Lastimosamente nos hemos alejado de nuestra carta de navegación, de apropiarnos de lo buenos, es decir, de los buenos modales, de la educación, ya no se pide amablemente, dejando a un lado la cortesía, que fácil es decir buenos días, hágame un favor, es tan amable, permítame le colaboro, le puedo ayudar, dar permiso, dar gracias…
Así como saber escuchar, ceder el paso, pero queremos ser primero yo, segundo yo y tercero yo, hacemos trancones en la vía porque no somos amables, no pensamos desde una lógica, amabilidad, cortesía y no se diga cuando alguien requiere ayuda, se varó, accidentó, estrelló… Lo primero que se esta haciendo es ignorar, en lugar de brindar ayuda.
Registrar el suceso tomando fotos, videos para enviar por las redes, informar a tránsito, hospital, bomberos, a quien le competa según sea el suceso y ante una riña, robo. Debemos colaborar con las autoridades, así que todos debemos tener el carácter, el civismo de corregir y enseñar llamando la atención con respeto en palabras y acciones dando ejemplo, con el deseo profundo de corregir, ayudando a caer en cuenta de nuestros errores, sin juzgar, sin imponer, sin destruir por medio de gritos, criticas ofensivas, tales como “usted si es bruto”, “usted si es malo, no entiende…” Esas son criticas destructivas.
¿Será que nosotros si estamos dando o nos estamos haciendo entender? Nos hace falta la Urbanidad de Carreño , leerla y ponerla en práctica. Sencillamente lo que sucede en nuestra sociedad es culpa nuestra, estamos fallando como sociedad, por lo tanto “debemos apropiarnos de lo bueno y de lo malo tener lo en cuenta para no incurrir en ello”. La decisión es suya y solamente usted tiene el poder de cambiar, de ser mejor.
Debemos revisar si somos nosotros quienes estamos dando mal ejemplo con nuestras acciones, expresiones. No solamente los niños, jóvenes, están en un proceso de aprendizaje permanente, el ser humano en toda etapa de la vida está aprendiendo, nadie nació aprendido.
En nuestra sociedad se determina una cultura, como un patrón o modelo, un proceder que determina una normatividad, una conducta que brindan los parámetros para ser y hacer las cosas, así como para comportarnos en nuestra sociedad. Por ello es deber de todos cambiar, mejorar y dar ejemplo dentro de nuestra carta de navegación, nuestros 10 Mandamientos con ética y moralidad.
Qué tal si los acatamos, si los cumplimos y los ponemos en práctica poco a poco, no cree usted que su vida cambia y si su vida cambia y ayuda a dar ejemplo, a corregir educando con respeto, ayudamos a cambiar en primera instancia nuestro mundo.
Mi mundo cambia si yo cambio. Es tu decisión.
*Mecánico de mantenimiento de plantas industriales y docente industrial.
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