Por: Carlos A. Gómez/ Son 400 metros de longitud y 59 metros de ancho lo que mide el buque Ever Given, de bandera panameña. Este buque fue construido en el año 2018 y tiene la capacidad de transportar un poco más de 18.000 toneladas.
Su peso sin carga es de 199.489 toneladas. Esta colosal máquina de acero y tecnología fue protagonista durante 6 días, 12 horas, 10 minutos y 3 segundos porque tuvo un accidente, al parecer, por causa de una tormenta de arena y encalló en el canal artificial de Suez, ubicado entre Egipto y los mares Mediterráneo y Rojo. Al ser una construcción artificial, este canal creó una nueva península entre los continentes de África y Asia.
Según varios medios internacionales, las tormentas de arena en África son protagonistas por producir, entre otros fenómenos, el nacimiento de los huracanes en el Atlántico a mediados de septiembre. Este fenómeno de tormenta afectó el sistema de navegación y, muy a pesar de su tecnología, el buque encalló.
Producto de este atasco, la ruta de entrada y salida del canal de Suez represó grandes cantidades de buques y produjo pérdidas millonarias en la industria marítima. Concentró un foco de contaminación ambiental y millones de retrasos en la llegada de los envíos particularmente en Europa.

Según cifras del Lloyd’s List, este accidente retuvo cerca de 9.600 millones de dólares por día, eso quiere decir que por hora fueron 400 millones de dólares o 6,7 millones de dólares por minuto. Las cifras son impresionantes. Cerca del 12 % del comercio mundial pasa por ese canal.
Una solución alterna para realizar el transporte de los buques era darle la vuelta al continente africano por el sur (saliendo desde Taiwán), lo que significaría 10 días más de transporte.
Como siempre, la naturaleza nos recuerda lo insignificantes que somos cuando ella se lo propone. De una tormenta de arena pasamos a una pequeña crisis continental que tuvo preocupados a clientes que esperaban repuestos, alimentos, medicamentos, vacunas (muy estimadas por estos días) y hasta los pedidos de Amazon se vieron perjudicados.
¿Y la solución? Pues se hicieron grandes esfuerzos para que con maquinaria amarilla pudieran sacar tierra del canal para que el buque pudiera moverse unos metros y continuar su rumbo final. Sin embargo, estos ingenuos esfuerzos fueron en vano. Hasta con memes se rieron de la idea de lograr sacar a ese «monstruo» encallado. La naturaleza fue la misma que se encargó de darle una solución a este accidente.
La fuerza terrestre de una tormenta de arena que hizo que el buque encallara fue respaldada por una fuerza extraterrestre para sacar a flote el buque. La protagonista extraterrestre con influencia especial en la tierra fue la que ayudó en la solución. La luna llena, que tiene efectos en la marea en el mar producidos por la fuerza de atracción gravitatoria ejercida por este satélite, fue la que ayudó a subir el nivel del mar y con esto el buque pudo salir a flote.
Fueron 6 días de mucha incertidumbre en el sector marítimo, trajo cientos de millones de dólares en pérdidas. Dejó cuestionamientos sobre la fragilidad del transporte marítimo que usa canales artificiales y, especialmente, sobre la capacidad de contaminación ambiental producto de tener más de 600 buques en ambos lados del canal del Suez.
A veces las soluciones están mirando hacia arriba.
*Ingeniero Industrial y Magister en Responsabilidad Social y Sostenibilidad
Facebook: Carlos A. Gomez
Twitter: @carlosgpar