Por: Carlos Andrés Mahecha Silva/ Cuantos de nosotros no se ha alegrado o entristecido por lo que genera cualquier deporte en nosotros, aunque no sigamos algún equipo o un deportista en particular sin importar la disciplina, siempre hay algo que nos genera sentimiento de derrota o victoria, ese sentimiento de felicidad, rabia, preguntas, asombro entre otras. Pero, ¿cómo no sentir algo cuando un colombiano en la disciplina que sea gana y pone esa bandera de tres colores en primer lugar, con su himno a sonar de fondo?
Esos recuerdos de ‘Lucho’ Herrera corriendo con sangre en su cara, o de Fredy Rincón haciendo el gol a Alemania en el Mundial de Italia 90, del cinco a cero frente a Argentina en el monumental, Montoya ganando las quinientas millas de Indianápolis, cuando la Selección Colombia ganó la Copa América en El Campín, de Urrutia ganando la primera medalla de oro en unos Olímpicos para Colombia, de una Ibargüen, un James, un Nairo, un Rigo, un Óscar Figueroa, una Mariana Pajón. Todos ellos y otros, nos han dado alegrías que seguro varias veces nos hacían olvidar lo mal y perverso de la guerra, la corrupción y la politiquería que hay en Colombia.
Numerosas veces celebramos y disfrutamos esas victorias, pero seguro que no sabemos el esfuerzo y sacrificio que estos deportistas hicieron para llegar allí, porque sería diferente si fueran de otras nacionalidades donde el deporte si es una profesión y además bien paga, junto con el apoyo, las ligas, la infraestructura deportiva que hay en otros países. Entonces estos colombianos que nos han representado no solo han tenido que competir con otros deportistas, además les ha tocado competir en contra de la violencia, el hambre, la falta de oportunidades, la “rosca”, la pobreza y aun a si salen y son triunfadores.
A pesar de tantas victorias y alegrías, los diferentes gobiernos nacionales han disminuido periódicamente el presupuesto para el deporte. El caso más sonado en los últimos años fue en el 2017, cuando se presentó el Presupuesto General de la Nación para el 2018, donde tuvo una reducción de más del 60% comparado con el año anterior, donde varios deportistas colombianos salieron a protestar dicha decisión, que afectaría presupuestalmente el deporte nacional. Se supo que en los años de olímpicos se aumenta, pero los tres años siguientes se disminuye. Es cierto que Colombia tiene muchas necesidades en educación, salud, empleo, seguridad social, vías, competitividad, pero considero que el deporte no debe ser el sacrificado.
Pregunto: Si al deporte se le diera el 30 por ciento de lo que fue Reficar, Odebrecht, las concesiones amañadas de vías, puentes, dádivas de contratación que al año le quita al país casi treinta billones de pesos, podríamos contar con mejores condiciones para el deportista como: pensión, entrenamiento, mejores salarios, incentivos, premios y aseguramiento del futuro deportivo del país, mediante la cultura deportiva y una infraestructura competitiva.
No es coincidencia que el primer lugar de los juegos nacionales siempre lo disputen las mismas tres ligas, Bogotá, Valle del Cauca y Antioquia, es notable el rezago de otros departamentos, donde no se piensa en invertir seriamente en deporte. No digo que sea culpa de los gobiernos locales, ya que muchos trabajan con lo poco que hay, además tienen que cumplir otros compromisos, incluidos el cobro o pago del 10 por ciento de la contratación. Siendo esto una sentencia de muerte a las ilusiones de miles de colombianos, de un pueblo y de una región, porque se está dejando por fuera el talento, la oportunidad y una alternativa de estilo de vida, estos departamentos son los más fuertes en el deporte, pero también en salud, educación, empleo, productividad entre otros, siendo un pésimo mensaje por parte del Estado pretendiendo alcanzar equidad, oportunidad y desarrollo en el país.
Por eso cuando vemos un deportista colombiano triunfando en cualquier deporte, no dudemos que si está ahí es más que suerte, es el resultado de batallar en todos los campos no solo el deportivo, que si está allí es porque ya gano diversas carreras, partidos, peleas, competencias y eso lo hace más y mejor ganador que otros competidores de otros países, donde estos seguramente practicaron algún deporte en el colegio, la universidad, contando con el apoyo del gobierno, donde desde los 4 o 5 años se comenzó a formar como deportista, que paralelamente a la práctica del deporte se formó como ingeniero, medico, abogado entre otras, donde el representar a su país le garantiza un apoyo, además de poder ejercer su profesión.
Apoyemos a nuestros deportistas, a si no sean los primeros, seguramente ya son ganadores por romper y cambiar su destino, sintámonos orgullosos y desde donde estemos pongamos de nuestra parte, para que los talentosos solo tengan que combatir en los campos y pistas deportivas, más no toda su vida.
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