Por: César Camilo Hernández Hernández/ En la vida y en los proyectos la mayoría de veces obviamos una acción primordial para la consecución del éxito y de los objetivos. Por nuestro deseo de hacer de más o desarrollar las actividades lo más rápido posible, nos saltamos la etapa que incluye el análisis y la proyección de lo que vamos a ejecutar. Esta acción o función del desarrollo, ejecución y realización de actividades, proyectos o programas se llama Planeación.
La planeación se involucra en toda serie de quehaceres diarios de los seres humanos, la encontramos en el ámbito personal y en materia profesional. Si hacemos un alto en el camino podemos ver que es la pieza que engrana la mayoría de factores o aspectos para el desarrollo de nuestras rutinas cotidianas, y en lo laboral, para la organización del trabajo de cualquier índole o nivel jerárquico. En ella, enlazamos la parte financiera, técnica, insumos, tiempo, alcance, etc, reflejados en una estrategia o acción a realizar.
Hablemos de la importancia de planear desde dos contextos. En la vida diaria por necesidad y salud deberíamos organizar nuestras actividades de los siguientes días o recomendable de la semana venidera; las personas no solo tenemos obligaciones laborales, éstas se complementan con las propias, las que surgen del hogar, las relacionadas con los hijos, el apoyo a familiares y de toda una red social-familiar a la que pertenecemos. Es así que para evitar el llamado corre corre y el estrés que aqueja a más o menos un 90% de la sociedad, es necesario realizar una planeación con tiempo para poder saber que se puede cumplir o que replantear, teniendo en cuenta que esto depende de diferentes variables para lograr los objetivos. No obstante, nunca prevemos, o mejor dicho, no planeamos. Dejamos que el día a día nos absorba con las preocupaciones de la no realización de las actividades, aparecen los pendientes y su incremento constante, terminando en un incumplimiento de los deberes y una crisis de salud que dispara todas las alertas.
En el contexto laboral es vital planear y planear, en el entendido de que también afecta la salud, por la adrenalina que conlleva las funciones y responsabilidades diarias, es un requisito para el éxito de los resultados, los cuales son los que miden nuestro desempeño. La planeación debe darse en temas estratégicos, administrativos y operacionales. Desde cualquier clase de labores es prioritario que actuemos basados en un plan que tenga en cuenta todos esos componentes que puedan interferir en el desarrollo y consecución del entregable. Podemos decir que es fácil, pero como dicen por ahí “Del dicho al hecho hay mucho trecho”, la presión de otros factores nos empuja a saltarnos la fase de planeación, no somos socialmente responsables con las empresas, clientes o comunidad. Por ejemplo, en el tema de ejecución de proyectos de inversión se dan dos tipos de falta de planeación, el primero donde el 95% de estos, requieren de adicional en recursos o en tiempo, o las obras inconclusas que se convierten en elefantes blancos, siendo esto el pan de cada día.
Por eso es trascendental que empecemos a planear responsablemente, es una acción que se convierte en una herramienta efectiva para lograr el éxito, es sencilla y oportuna, consta simplemente de analizar los entornos externo e interno de las actividades, esto, permite abolir la incertidumbre, se anticipa a los riesgos y permite modificaciones a tiempo. La planeación es promotora de trabajo en equipo, compromiso y calidad de vida. Es un instrumento de toma decisiones que nos permite analizar la viabilidad de los hechos futuros. La invitación es tener conciencia de utilizar la planeación como buenas prácticas para conseguir el éxito, metas y objetivos de nuestras actuaciones personales y laborales.
Twitter: CesarCamiloHern
Instagram: cesarcamilohernandezh