Por: Deivy Fernando Vega Herrera/ En Colombia, los medios de comunicación son un mal negocio. O al menos eso parece. Desde hace media década, varios de los principales medios —RCN, El Tiempo, El Espectador, Semana— vienen perdiendo millones año tras año([1],10,11). Las cifras muestran que los grupos económicos dueños de los medios de comunicación pierden plata constantemente, y, aun así, siguen invirtiendo como si nada. ¿Qué ganan los dueños de los medios con mantener empresas que les hacen perder dinero?
Lo lógico sería que los medios funcionaran como cualquier otra empresa, compitiendo para aumentar sus ingresos y expandir su negocio. Pero en Colombia ocurre lo contrario, los medios adoptan estrategias que aumentan su rechazo -más del 78% de los colombianos desconfía de la prensa-[2], pierden dinero por eso y, aun así, no muestran señales de preocupación o mejoras por la situación.
Aunque las pérdidas económicas son evidentes, las posibles ganancias que ofrecen los medios de comunicación van más allá de utilidades contables. En la práctica, los grupos económicos dueños de los medios de comunicación saben que el mayor beneficio está en el poder político que representa ser una fuente de información. Como menciona el periodista y sociólogo español Ignacio Ramonet, los medios representan el cuarto poder político que gobierna sin haber sido elegido, sin rendir cuentas y con una capacidad de presión superior a la de muchos gobiernos[3].
En este sentido, no se debe analizar a la prensa únicamente desde la rentabilidad financiera, sino sobre todo desde la rentabilidad política que ofrece. Como destaca Ramonet, los medios además de ser canales de información son plataformas de poder. Y ese poder en Colombia es tan valioso que compensa pérdidas millonarias ([4],[5]).
La clave está en entender lo estratégico de controlar la manera de dar noticias. Un ejemplo claro es el del periódico El Tiempo, el cual lleva registrando pérdidas millonarias año tras año desde 2015 hasta la fecha (4). Seguramente para el Grupo Aval -grupo económico dueño de El Tiempo- estas pérdidas no son tan importantes, ya que en la práctica El Tiempo se utiliza como un bastión de sus intereses políticos.
Por ejemplo en 2023, cuando el gobierno de USA sancionó al Grupo Aval por su responsabilidad en el escándalo de corrupción de Odebrecht, El Tiempo publicaba que “no se encontró ningún hallazgo de corrupción por parte del Grupo Aval”[6], aun cuando en la realidad el Grupo Aval había sido multado por corrupción demostrada[7]. En este caso, El Tiempo no buscaba informar, sino limpiar la imagen de sus dueños. Esto implica que posiblemente no les importe perder lectores (y por ende ingresos), si logran proteger los intereses de sus dueños.
Otro ejemplo claro es el de la Revista Semana. En 2019, el empresario Jaime Gilinski compró la revista y pasó a formar parte del grupo empresarial Gilinski[8]. De ahí en adelante, Semana ha registrado pérdidas económicas todos los años([9],[10],[11]). Pero lo que perdió en dinero Gilinski lo ganó en alineación política. Con sus nuevos dueños, Semana pasó de ser un medio de investigación a convertirse en una trinchera ideológica[12]. Su impacto ya no se mide en ventas, sino en tendencias en redes y en agendas impuestas al debate público[13]. Gilinski, lejos de equivocarse con la compra, entendió que controlar un medio es tener voz propia en el tablero político, así le cuesten perdidas millonarias todos los años.
Algo similar ocurre con RCN. Durante más de media década RCN ha reportado pérdidas millonarias(9,10,11). Y sin embargo, sus dueños, el Grupo Ardila Lülle, no parecen preocupados por la situación. La razón es la misma: RCN no está para competir con Caracol o ganar el rating, está para mantener un discurso e influir en la opinión pública. Y si en el camino RCN pierde dinero, da igual. Porque para los grupos económicos, como el Grupo Ardila Lule, Grupo Aval o el Grupo Gilinski, el dinero que pierden con los medios de comunicación lo recuperan con creces en otros sectores[14].
Si cualquier empresa común y corriente perdiera millones año tras año, como ocurre con varios de los medios de comunicación en Colombia, seguramente ya habría quebrado. Pero los medios de comunicación no son empresas comunes. Por eso, que los medios pierdan millones año a año no significa que estén mal administrados. Significa que realmente están cumpliendo otro tipo de función: la función de proteger los intereses políticos de sus dueños.
En un país donde menos del 1% de los ciudadanos alcanza la lectura crítica según las pruebas PISA[15], controlar un medio de comunicación se traduce en una ventaja estratégica: permite moldear la opinión pública sin necesidad de convencer, solo de repetir. Es un poder que no se mide en millones de ganancias, sino en control político. Mientras no cultivemos pensamiento crítico, los medios seguirán siendo el negocio más rentable para quienes están dispuestos a sacrificar dinero con tal de concentrar poder.
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*Economista y Magíster en Economía y Desarrollo. Asesor pensional independiente con experiencia certificada con Colpensiones y empresas privados. Investigador interesado en la academia. Docente universitario.
(Esta es una columna de opinión personal y solo encierra el pensamiento del autor).
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[1] America Retail (Abril de 2025). Radiografía del negocio mediático en Colombia. America Retail.
[2] Redacción RTVC Noticias (Octubre de 2024). El 78% de los colombianos desaprueban los medios de comunicación según encuesta bimestral de Invamer. RTVC Noticias.
[3] Tarín, J. M. (1999). La tiranía de la comunicación. Banda Aparte.
[4] Carlos Rodríguez Salcedo (Mayo de 2016). Caracol Televisión, RCN Televisión y El Tiempo, los que más vendieron en 2015. La República.
[5] Johan Chiquiza Nonsoque (Mayo de 2018). Las dos empresas de televisión que tuvieron los mayores ingresos en medios. La República.
[6] Redacción El Tiempo (Agosto de 2023). Justicia de EE. UU. deja libre de investigaciones a Grupo Aval por caso Odebrecht. El Tiempo.
[7] María Camila Gonzáles Olarte (Agosto de 2023). Grupo Aval paga la factura por su corrupción y protege a sus cabezas. La Silla Vacía.
[8] Lilian Mariño Espinosa (Enero de 2019). El Grupo Gilinski compró 50% de la participación accionaria de Semana. La República.
[9] Daniela Morales Soler (Julio de 2021). Tres canales, dos emisoras y un diario sumaron 66% de los ingresos de la industria. La República.
[10] Sebastián Londoño Vélez (Abril de 2025). Los medios de comunicación en Colombia que más ganaron y perdieron en 2024: hubo sorpresas. Valora Analitik.
[11] Sebastián Londoño Vélez (Abril de 2024). Medios de comunicación en Colombia: los que más facturan y los de millonarias pérdidas. Valora Analitik.
[12] Santiago Torrado, Sally Palomino y Camila Osorio (Noviembre de 2020). El ocaso de la revista colombiana ‘Semana’. El País.
[13] Omar Rincón (Octubre de 2020). Revista Semana: del prestigio al periodismo de clics. Razón Pública.
[14] Jorge González (Marzo de 2025). Char, Santo Domingo, Vélez y más: Top 5 de las familias más ricas de Colombia en 2025. 360 Radio.
[15] Julián de Zubiría Samper (Febrero de 2025). ¿Qué es leer de manera crítica? El Espectador.