Una condena de 25 años de cárcel que llega poco después de que más de 200 prisioneros nicaragüenses llegaran a dicho país norteamericano después de ser desterrados por el Gobierno de Daniel Ortega.
El despojo de su nacionalidad, la suspensión de sus derechos ciudadanos de por vida y 26 años y cuatro meses de prisión. Esa fue la condena que recibió Rolando José Álvarez, un obispo nicaragüense detenido el año pasado por el régimen orteguista.
La sentencia llegó un día después de que Álvarez se negara a ser deportado con 222 prisioneros hacia Estados Unidos. Una decisión que provocó la ira del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, que lo catalogó de “soberbio y desquiciado”.
El nombre de Álvarez se ha convertido en uno de los más sonados de la oposición. Según un comunicado oficial, se le acusaba de difundir información falsa, socavar al Gobierno, de obstrucción de funciones y desobediencia.
El obispo fue trasladado de su casa donde cumplía prisión domiciliaria desde agosto del año pasado a una cárcel de máxima seguridad.
Sentencia en medio de una persecución
Según la sentencia dictada por la jueza del juzgado segundo distrito penal de juicio de Managua, Nidia Camila Tardencilla y leída por el magistrado Octavio Rothschuh, presidente de la Sala Uno del Tribunal de Apelaciones de Managua, el obispo fue inhabilitado de forma perpetua para ejercer la función pública en nombre o al servicio del Estado de Nicaragua, así como ejercer cargos de elección popular.
«Téngase al acusado Rolando José Álvarez Lagos como traidor a la patria», decía el documento. En el que también se estipulaba «la pérdida de la nacionalidad nicaragüense».
Tal como señala para la agencia estadounidense AP Andrew Chesnut, profesor de estudios religiosos en la Virginia Commonwealth University, la sentencia hace parte de la represión “más severa contra la Iglesia Católica en América Latina desde el asesinato del obispo guatemalteco Juan José Gerardi en 1998”.
“Desde que se convirtió en el partido gobernante en 1979, los sandinistas han reprimido a la Iglesia Católica como pocos regímenes en América Latina”, afirmó.
La condena fue criticada por organizaciones como el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, que repudió la condena “por ser arbitraria e inconstitucional a través de un proceso judicial oculto, desconocido y nulo».
EEUU demandó la liberación de obispo nicaragüense
Este sábado Estados Unidos también demandó la liberación de Álvarez.
«El obispo Rolando Álvarez está injustamente encarcelado y seguiremos presionando para su liberación», afirmó para EFE una fuente del Departamento de Estado de Estados Unidos.
Además, criticó que se haya retirado la ciudadanía nicaragüense al obispo y a los 222 presos políticos que sí aceptaron ser trasladados a Estados Unidos a cambio de ser liberados.
«Dicha medida viola los derechos fundamentales de estas personas», sentenció.
Los 222 nicaragüenses que llegaron a Estados Unidos recibieron un permiso humanitario para permanecer en dicho país durante dos años.
La detención de Rolando Álvarez
Rolando Álvarez fue detenido en agosto de 2022 junto con otros sacerdotes y colaboradores laicos. Su arresto fue el primero de un obispo desde que Ortega volvió al poder en 2007.
De hecho, esta semana se dieron a conocer las condenas a diez años de prisión de siete de estos religiosos acusados de “traición a la patria”.
Desde 2018, cuando las protestas en contra de Ortega llegaron a su punto más álgido, Álvarez había sido una de las voces claves del proceso de diálogo con el Gobierno.
En ese año, hubo una enorme represión contra los manifestantes y también ataques directos a las iglesias del país por parte de seguidores progubernamentales. Dichos lugares habían sido usados por los estudiantes para resguardarse.
El propio Álvarez había dicho poco después de que estallaran las protestas que esperaba “una serie de reformas electorales, cambios estructurales en la autoridad electoral, elecciones libres, justas y transparentes, observación internacional sin condiciones”.
Los representantes de la Iglesia fueron llamados por el Gobierno para mediar en unas negociaciones para buscar salidas negociadas a la crisis política que vivía el país.
Sin embargo, un tiempo después Ortega acusó a la Iglesia de participar en un presunto complot respaldado por Estados Unidos para sacarlo del cargo. Desde entonces, la represión a la Iglesia se ha vuelto una constante en el país centroamericano.
