Por: Fredy Horacio Chinchilla Reyes/ Luis Carlos Sarmiento Angulo, que de lejos es el hombre más rico de Colombia, con una fortuna de US$ 10,8 billones de dólares y es el número 128 de la lista de los más ricos del mundo y tal fortuna está representada en una bicoca de empresas tales como Súper Ricas (Alimentos), Club Deportivo Los Millonarios (Fútbol Profesional Colombiano), Casa Editorial El Tiempo (Medio de Comunicación escrito), Eternit Colombia (materiales de construcción muy cuestionado este negocio por los innumerables casos de muerte provocados por asbestosis) y que a pesar de los llamados de las víctimas de esta devastadora y terrible enfermedad no ha sido posible la prohibición o regulación de este material en Colombia que por ese tremendo poder económico ha logrado imponer ese aspecto en las decisiones en el Congreso de la República y ya dejó a su criterio la forma que han influenciado esas decisiones de unos congresistas que han defendido a capa y espada esa empresa y las que producen ese tipo de material.
En Colombia ya se cuentan 1500 muertos por el asbesto por año y afecta a miles más, además de esta empresa también tiene en su haber Icopinturas, Todelar Radio y para rematar bancos como el Banco de Bogotá, AV Villas, Banco Popular, Banco de Occidente, fondo de pensiones y cesantías Porvenir, CorfiColombia; el pobre viejecito es tres veces más rico que Donald Trump, pero eso no estaría mal en principio pues no se debe satanizar o envidiar la riqueza y quienes la ostenta hasta hay que ponerlo en nuestras oraciones y que las bendiciones sobre abunden en ellos.
Como para ir poniendo en contexto, Luis Carlos Sarmiento Angulo en Estados es un Magnate de Magnates así se podrán hacer una pequeña idea de la pírrica fortunita de este humilde hombre que vive como el cuento de la pobre viejecita de Rafael Pombo.
Aquí lo realmente “cuestionable” no es la riqueza acumulada por este empresario si no son las formas como ha sido atesorada y si vemos las gigantes desigualdades sociales y económicas en nuestro país es ya de por si vergonzoso pues la participación de este poderoso señor en grandes decisiones del país que claramente lo han beneficiado en miles de millones de dólares es todavía más cuestionable y por enésima vez vergonzosa, más aun cuando familias como los Santodomingo que sumado a la riqueza de Luis Carlos Sarmiento dejan un concentración de riqueza enorme que son las que llevan el país en picada pues las cifras de desigualdad de Colombia frente al mundo son muy preocupantes sabiendo que la riqueza en el país existe pero que esa perversa avaricia de esos hombres es realmente maquiavélica y más aún cuando algunos de los casos de corrupción más escandalosos de los últimos 20 años en Colombia (Odebrecht) solo por mencionar uno han tenido participación de empresas de Luis Carlos Sarmiento Angulo (Grupo Aval), sin dejar de lado el lobby para aprobar leyes que le favorecen de forma descarada como el 4 x 1000 (impuesto a las transacciones financieras).
Pero este escenario no se trata de quitarle a quienes más tienen, ni más faltaba, pues eso ya es anarquía y apología al delito, acá lo injusto y criminal es quitarle a los que menos tienen y llevarlos a la quiebra con la firma de TLC y es el caso de los lecheros que firmando un TLC con Nueva Zelanda llevará a la ruina a miles de pequeños productores lecheros de Colombia y aquí no se entiende como favorecen a empresarios extremadamente ricos, pero a los pequeños los arrinconan hasta llevarlos a la quiebra, infame resulta de los gobiernos de turno poner en bandeja de plata todas las condiciones para que los más poderosos dominen el mercado con la anuencia de un Estado en manos de gobiernos perversamente maquiavélicos y que constan con eso grandes poderosos para garantizar grandes utilidades a costa de la ruina y la miseria de millones que, como el caso de la leche y otros productos, se ven en esa penosa situación de mendigarles a sus gobernantes condiciones favorables y dignas para sobrevivir después de años y años de trabajo que terminarían en la caneca por esa muy maquinada forma de eliminar la competencia contestando de forma mafiosa con personas exageradamente ricas, a esto hay que agregarle la perdida evidente de los diferentes sectores económicos del país y que el Estado no ha hecho lo realmente adecuado y correcto para lograr altos niveles de competitividad especialmente del sector agropecuario de nuestro maltratado campo y por lo tanto los campesinos.
Infame como genera las mejores condiciones para los más poderosos y para los más vulnerables que se los trague el tigre o como decía un recordado y querido familiar fallecido, “que lo muerda la vaca”.
Lo anterior sin la menor duda lleva a la informalidad y las ciudades capitales en Colombia son receptoras de esa realidad que posteriormente son reprimidos por la fuerza del Estado siendo doblemente victimizados pues ahora se le maltrata se le reprime después de haber sido llevado a la quiebra, “que maravilla de Estado, que maravilla de país”.
En ese orden de ideas no hay que dudar que al pobre viejecito o viejecitos les cae como anillo al dedo un Estado generosamente alcahueta porque hay que ayudar a esos pobres seres de luz que tantísima necesidad pasan, darles mucha zanahoria y del otro lado garrote a esos fastidiosos y quejosos pequeños empresarios que molestan más que loco con calzones nuevos y no se compadecen de un gobierno o Estado que les da más de la cuenta, no me frieguen más, no hay derecho.
Como habrán notado el sarcasmo caracteriza este artículo de opinión, pues la indignación que provoca tanta infamia de un Estado y gobiernos que se parecen mas a mafias al mejor estilo de Hollywood tal cual como el filme de gran éxito El Padrino en todas sus versiones desde la parte uno hasta la tres y por qué no la cuatro ya que hay que ayudar generosamente al pobre viejecito con Estado alcahueta a cuestas, ay Dios eso si es toda una “maravilla” pa’ que más ¿Cierto?
Twitter: @fredy_asesor