Por: Edward Pinilla/ Cuando la prosperidad llegue debe tener cuidado en no caer en los errores más comunes en que incurren la mayoría de las personas, no es casual que las estadísticas adviertan que sólo el 5% de la población tenga éxito, mientras que un 95% sigue en situaciones de escases y fracaso.
Los enemigos más letales del éxito, principalmente en los hombres, son; la promiscuidad, el alcohol y la drogadicción.
Cuando el dinero empieza a florecer en la vida de una persona, especialmente en un hombre, éste cambia su nivel de vida y conducta. Si ese hombre no le basta con una sola mujer, se consigue otra con lo cual aumentan sus problemas, y no satisfecho, por su incapacidad de amar, se consigue una tercera con la cual sus gastos y problemas se multiplican.
La promiscuidad, es el primer factor que contribuye a la caída de un hombre y por ende su destino al fracaso. El alcohol es otro factor que influye significativamente en la destrucción de la vida de un ser humano, en ambos géneros.
Una persona que ve aumentar sus ingresos y no controla sus emociones por falta de conocimiento o por problemas de planeación, empieza a aumentar de peso, bebe antes de comer y come exageradamente sin control, al poner bastante alcohol en su cuerpo cambian sus emociones y se vuelve agresiva.
Estudios advierten que un hombre es más agresivo 10 veces con su esposa y familiares que con cualquier otra persona.
El alcohol hace que la persona tome decisiones erróneas, que no trabaje como antes, algunos se abren la camisa y se cuelgan al cuello hasta la cadena de la bicicleta de sus hijos, adquieren automóviles más allá de sus límites para impresionar a personas que no conocen, esa persona se cree producto terminado y por tanto no acepta que la critiquen ni le llamen la atención.
Un alcohólico cambia completamente su forma de pensar y varias personas en este estado se vuelven “vendedoras profesionales”, pues terminan vendiendo su carro, sus muebles y hasta su apartamento, y concluyen sus días solas.
Cuando se consume alcohol, supongamos con una cerveza, una copa de vino o una onza de licor sea de brandy, ron, whisky u otra bebida, se suministra al cuerpo un 0.02% y es cuando las personas empiezas a sentirse bien.
Con un 0.04%, dos cervezas, se va perdiendo la habilidad de manejar a altas velocidades. Con un 0.05% de alcohol en el cuerpo, entra en relajamiento el sistema nervioso y se siente que todo está bajo control.
En estado de 0.09% con 6 a 8 cervezas, empiezas a cambiar el comportamiento, y notas que normalmente no eres así. Al llegar al 0.012%, hay alteración en tú caminar y se afecta el habla.
Cuando llegas a un 0.015%, el cuerpo comienza a intoxicarse y dependiendo de la alimentación, clima y otros factores hay resistencia, hasta aquí la persona ha consumido de 10 a 12 cervezas. Al tener un 0.020% en el cuerpo se va perdiendo la capacidad total de funcionar, hay interrupción en el sistema nervioso, se presenta depresión, náuseas y pérdida del habla.
Con un 0.030% de alcohol en el cuerpo, la persona siente emociones confusas, depresión, intolerancia, la mente inconsciente fluye sin control sacando a relucir sus miedos y creencias, la persona dice tonterías y hay un alto nivel de intoxicación.
Al llegar al grado del 0.040%, la persona puede caer en estado de coma, se pierde el sentido, es aquí cuando el instinto de conservación entra a evitar que te suicides. Y, el grado 0.060% es una dosis mortal, puede presentarse paro cardíaco, para evitar entrar en shock, se produce vómito. Es aquí cuando decimos que la persona tiene mandato de muerte.
Y, la drogadicción es otra forma letal de destruir la vida. Cuando estas circunstancias se presentan en un ser humano, es por factores de autoestima, y esto principalmente es carencia de amor propio.
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