El Departamento Nacional de Planeación (DNP) trabaja a contrarreloj para tener listo el Plan de Desarrollo Nacional 2018-2022 antes que se venzan los términos legales para que el documento sea presentado ante el Congreso de la República.
Antes de finalizar la primera mitad de octubre, la Corporación deberá tener en sus manos el documento que se construye bajo las mismas cuatro líneas principales del gobierno del presidente Duque: Legalidad; emprendimiento y productividad; desarrollo sostenible y ciencia, tecnología e innovación.
Así las cosas, la agenda de política pública del país tendrá que incluir la digitalización, conexión entre territorios y una política social moderna y para lograrlo, cada uno de estos ejes tendrá que cumplir con características específicas.
En el caso de la política social moderna, la directora del DNP, Gloria Alonso, destacó que tendrá que adaptarse al cambio social del país, cuya clase media por primera vez superó a la población en condición de pobreza; conectar a la población vulnerable con el aparato productivo; generar formalización laboral para aumentar la inclusión.
Además –según la funcionaria- debe fomentar la digitalización de la economía y la innovación pública, con tres características principales: Aprovechando las nuevas tecnologías y el análisis de grandes bases de datos; conectividad entre los colombianos y las oportunidades del mercado laboral y aprovechar la tecnología para incluir a la ciudadanía en la creación de políticas.
Por último, la conexión de los territorios y la descentralización en el gobierno Duque, tendrá que buscar fortalecer el vínculo urbano-rural; crear territorios funcionales, en los que las zonas urbanas apoyen el desarrollo de las rurales y desarrollar los territorios como parte de un conjunto nacional, no como una parte independiente del país.
De acuerdo con la directora del DNP, durante los siguientes años el país tendrá que seguir trabajando en la reducción de la desigualdad, el incremento de la formalización laboral y la eficiencia del gasto público que ya rodea el 9% del PIB.
Paralelo al Plan Nacional de Desarrollo, el DNP también trabaja en una serie de modificaciones que se le unen a la ya compleja agenda legislativa del Gobierno, entre la que se encuentran los debates del Presupuesto General de la Nación, el presupuesto bianual de regalías y la reforma tributaria.
En el caso de las regalías, el Gobierno y el Congreso trabajan en la aprobación del presupuesto bianual, mientras encuentran el método para “ayudar para que todo ese flujo de recursos sea mejor administrado mientras trabajamos en una reforma que nos ayude a mejorar el sistema institucional”, señaló la directora del DNP y destacó que por ahora muchos de los proyectos que intentan ejecutar las regiones tienen deficiencias desde su misma estructuración.
Mejorar el sistema de regalías requiere una reforma constitucional. Por esta razón, el gobierno de Iván Duque se inclina mucho más por modificaciones normativas que mejoren la eficiencia del modelo.
Entre estas tendría que incluirse el mismo flujo de recursos para las regiones productoras como incentivo; un Fonade renovado, al que se le podría cambiar hasta el nombre, que podría ayudar con la estructuración técnica de los proyectos en las regiones; que exista una bolsa de proyectos y que esta nueva entidad, si logra credibilidad, pueda apalancar recursos de la Nación o de multilaterales.
Otra medida que evalúa el Gobierno es acabar los OCAD que hacen más complejo el sistema y entorpece el flujo de recursos sin garantizar que se ejecuten los proyectos.
Pero el DNP también trabaja en una reforma al Sistema General de Participaciones, terreno en el cual el gobierno de Santos avanzó al presentar ante el Congreso una modificación en los montos asignados a salud y educación.
En el tema del acuerdo de paz, Alonso destacó que “debemos dar inclusión a la población alejada y eso tiene unos costos adicionales que debemos ver de dónde salen recursos para eso. “Hay 1,5 millones de pobres extremos en la ciudad, pero el otro 1,5 millones está en la zona rural”.
Por último, la directora del DNP señaló que toda la política de subsidios está basada en el Sisbén, que en su diseño tenía problemas porque la población no se “graduaba”, lo que significa que en vez de disminuir, aumentaba.
Para arreglarlo, el DNP hizo una primera corrección de modo que en 2020 saldrá del sistema población como fallecidos que seguían cobrando. Pero hay preocupación porque se anunció la herramienta pero no se aplicará sino hasta dentro de 2 años.