El nuevo Gobierno socialista de Portugal, que prestó juramento el sábado, prevé un aumento del salario mínimo de un 25%, así como el cierre de la última central eléctrica de carbón, durante su legislatura de cuatro años.
Entre los compromisos del Ejecutivo de Antonio Costa, publicados en la web del Gobierno, figura la promesa de revalorizar cada año el salario mínimo para alcanzar un alza acumulada del 25% en 2023, en el final de su segundo mandato.
Actualmente, el salario mínimo en Portugal es de 700 euros mensuales brutos.
Costa prevé igualmente rebajar la deuda pública del 119% del PIB al 100%. La deuda del tesoro portugués es la tercera más elevada de la zona euro, por detrás de la de Grecia e Italia.
El programa, que se debatirá el miércoles y el jueves en el Parlamento, dedica una gran parte al respeto del medioambiente.
El Gobierno se comprometió a cerrar las dos últimas centrales de carbón del país para 2023 y a aumentar la producción de energía eólica y solar.
El Ejecutivo socialista, que renovó el poder tras las elecciones del 6 de octubre, aspira a continuar con el saneamiento de las finanzas públicas iniciado durante la legislatura anterior gracias a la mejora de la economía.
Esta le permitió acabar con la política de austeridad que impuesto la derecha cuando el país, duramente golpeado por la crisis de la deuda en 2011, se encontró bajo la tutela de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional.