Por: Ruth Stella Catalina Muñoz Serrano/ Lamentablemente, por procesos culturales, la forma de expresión verbal se ha coartado para cierto tipo de personas que nacen en hogares fuertes y rígidos donde solo la voz de los caciques es escuchada.
Es así como muchos crecemos pensando que hablar es un completo problema y comenzamos a acumular muchas cosas, palabras e incluso emociones durante el transcurso de la vida, cuando menos nos damos cuenta ya no sabemos como relacionarnos con nuestros entornos.
Siento tan importante la firma hablada en la que el set humano se comuna y a la vez, se torna frustrante, el querer decir y no se comprendido, por lo que la comunicación infiere entonces la facilidad del ser humano para relacionarse y lo complejo que se torna esta relación cuando el cómo es un problema.
De esta manera se ilustra un ejemplo sencillo de cómo podemos negarnos a compartir algo, aun queriendo a hacerlo o sencillamente adoptamos esta postura y ya ni queremos decir nada, solo lo acumulamos en nuestra caja del pensamiento.
Esta semana, se conmemora el Día Mundial de la prevención del suicidio, y es impresionante analizar cifras y darnos cuenta que siendo gratis hablar nos hemos castigado, bien sea porque hemos aprendido a no decir nada o porque aun queriendo no sabemos cómo decirlo por temor a ser rechazados, ser una carga o estorbo o porque no tenemos las herramientas para expresarlo.
Esta problemática se ha tomado a fuerza los rincones de la sociedad cada vez más es una opción acabar con muestra vida para ponerle fin al sufrimiento y hemos venido por años rechazando las emociones como forma de no sufrir y no nos hemos dado cuenta que el guardarlas solo incrementa el tk3sgo de explotar y de que se creen campos en nuestra vida innombrables, de los que sencillamente queremos huir.
También es cierto que cada caso es único y necesita su total atención, pero la crianza en uno de los factores que detiene que el ser humano pueda expresar abiertamente con entorno y sus conocidos, el problema no son las emociones o lo que pensamos, el problema es que como sociedad seguir sin estar listos.
Muchos años hablando de la salud mental, de construir campañas a nivel de institucionalidad, pero aun la voluntad del ser humano no ha podido ser mudada para que los estereotipos con los que no se permite expresarse pasen a un segundo plano y rompa con ese esquema.
Mi compromiso es como persona y profesional, entender que debo tener mi red de apoyo y sino no la tengo, estar dispuesto a construirla, ojalá desde el amor y el perdón, sabiendo que el ser humano nace para ser comprendido y merece serlo.
¿Qué lugar ocupa tu salud mental en tu vida?
¿Sabes con quien hablar? ¿Válidas tus emociones?
Que esta sea la posibilidad de creer en ti y romper cualquier ciclo doloroso, recuerda que hablar es gratis, el problema es que ni hay problemas. Se vale pedir ayuda.
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*Docente, Psicóloga (UNAD), Especialista en Gerencia de Proyectos (Uniminuto), Magister en Psicología comunitaria (UNAD).
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