Por: Carlos Andrés Mahecha Silva/ Impotencia un sentimiento que todos hemos sentido en algún momento de nuestras vidas, la falta de justicia y la imposibilidad de hacer algo en defensa de los más débiles, es algo asfixiante, que nos puede segar la razón llevándonos a un error no merecido, no pensado, pero entonces, ¿qué podemos y/o debemos hacer cuando no tenemos opción?
Sé que muchos de ustedes han sentido esto cientos de veces, cuando vemos la ausencia de justicia al orden del día, en lo cotidiano, en lo simple, pero siempre latente; manipulación, engaño, corrupción, inequidad en fin, son muchos los escenarios en los que los menos favorecidos o los que hacen lo correcto, se llevan la peor parte, en socialmente es premiada la trampa la viveza criolla , en la que hacer lo justo es catalogado como cobardía, o al menos es el mal que aqueja a la mayoría de colombianos. Esto no es producto de relatos fantásticos o historias ajenas, es un resultado de la observación y la vivencia.
Intentar entender lo que se siente cuando nos es imposible actuar, por ejemplo; cuando una pareja de abuelos campesinos de la mojana sucreña, relatan cómo paramilitares asesinaron a sus cinco hijos ante sus ojos, dejándolos solos, ver sus rostros refleja resignación a la falta de esperanzas, al evidente abandono del estado, en las que solo el refugio del tiempo podrá apaciguar su dolor; o el de una madre de cuatro hijos menores de edad, desplazada hace más de siete años, víctima del conflicto armado, quien reclama sus derechos, pero ya sea por negligencia en funcionarios o por el mismo sistema de un país excluyente y con poca conciencia, vulnera y fomenta el odio en los más débiles. En común esa imposibilidad de hacer algo para cambiar su presente, superarse y llegar a esa condición de decidir cómo querer vivir.
Para los creyentes será ausencia de Dios en sus vidas, para los que no creen será mala suerte o el destino, para los materialistas será falta determinación o verraquera, a otros tantos será un poco de todo, son muchas cosas que podemos inferir en todo esto, Pero el sentido común y la voluntad no están sujetas a interpretaciones ni valoraciones o por lo menos eso es lo que considero.
Entonces que podemos hacer, seguro la solución a todo lo malo e injusto que vemos no la tenemos, pero ¿que si podemos hacer?
Indiferencia pensar solo en el bienestar individual, creo que es la mayor tendencia en estos días, seguro porque es la más fácil. Por esto le pregunto a usted lector, quien quiere estar jodido, quien quiere ser infeliz, a quien le gustaría que le asesinen a su familia, quien quiere ser desterrado, quien quiere ser víctima de la ineficiencia de un estado corrupto que premia al pillo, y que siempre está a favor de los poquitos que son grandemente favorecidos. Claramente muchos ni siquiera lo consideran por indiferencia y otros por ignorancia.
Una última que es la más difícil es cuando intentamos de la formas posibles, por lo que creemos es lo correcto y eso es el poder brindar esa oportunidad de decidir cómo se quiere estar, lo digo así, porque nadie decide donde nacer y esto muchas veces nos marca como vamos a vivir, los que nacen con privilegios de una familia, de una comida, de un estudio de un goce de lo más elemental como juegos, un parque, una cama, a los que nacen con carencias de esto ya nos imaginamos como se va a vivir, tampoco se trata de cambiar las estrellas o estar en medio de la opulencia. Solo se trata de poder estar bien, con la oportunidad de trabajar, estudiar, tener una casa, salud y alimentación, lo elemental. Ya quien no quiera tenerlo es diferente pero que todos tengan la oportunidad de elegir como vivir.
Entonces yo quiero estar con los muchos que intentamos brindar esas oportunidades a todos y a nosotros la oportunidad de servir, ya que así vivimos bien. ¿Y tú como quieres vivir?
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