Por: Fredy Horacio Chinchilla Reyes/ El artículo que presento a ustedes apreciados lectores lo van a sentir muy frio y alejado de cierta jocosidad con la que escribo mis líneas, pero la indignación que siento no me da mucho para intentar sacar algo de incipiente humor que le imprimo a mis escritos.
No cabe duda alguna, bueno al menos en eso parece que Alberto Carrasquilla tiene maestrías, doctorados, etc., etc… Pero definitivamente de lo que no se ha logrado graduarse es del más elemental de los sentidos y es el sentido común.
Y creo sin temor a equivocarme que reprobó en esa asignatura, porque tengo la absoluta certeza que para este sujeto es el menos común de los sentidos y me refiero a este como sujeto por la indignación, la rabia e ira que me provoca tanta ignominia, indiferencia y mentalidad perversa de quien pretende gravar con impuestos regresivos y atentatorios contra la dignidad y estabilidad económica de millones de familias en Colombia y que muchos ha tomado la decisión de abandonar el país pues la situación ya es insostenible, no de ahora si no de hace muchos años y el drama los llevó a dejar el país buscando mejores oportunidades pues acá esto ya no da más para quienes lo hicieron y solo pregunto, ¿cuál es la Venezuela? ¿Allá o acá?
Solo partiendo del hecho que hacer pagar impuestos a quienes devenguen más de $ 1`953.000, pesos mensuales dos salarios y medio mensuales, es un verdadero despropósito y una mentalidad maquiavélica tan criminal, como si ganar ese monto en Colombia fuese delito o ser el mega magnate, mientras los billones de la que son objeto de exenciones tributarias las mal llamadas multinacionales que parecen ‘bandas multinacionales’ que arrasan y se llevan todo a su paso y con capitales golondrina afectan de forma dramática la economía del país. (Aclaro no todas actúan de esa forma, pero desafortunadamente son solo unas pocas con verdadera ética)
No se desconoce que la carga impositiva para las empresas en Colombia es asfixiante y se requiere alivios sustanciales como la rebaja de impuestos, siempre y cuando a los grandes se les mida con el mismo racero, a las medianas con otro diferente y a las micro y famiempresas otro más flexible.
Y la razón de esto es que las empresas más grandes en muchos casos tienen unas prerrogativas que no se compadecen en comparación con las más pequeñas que viven el drama de tan solo ser sostenibles. Se requiere por tanto contar con una tributación diferencial que facilite el surgimiento y sostenibilidad de miles y miles de iniciativas empresariales que son fuente generadora de empleo y riqueza.
De lo anterior, muchos quizás estén de acuerdo con este humilde servidor, pero una cosa es eso y otra muy distinta cargar con más impuestos, si ojo con esto, más impuestos a quienes son los que mueven la economía y para el caso los ciudadanos. No deja de ser ya infame como la pérdida descomunal del poder adquisitivo de millones de trabajadores y además le caiga encima un derrumbe con impuestos abordo, bonito así.
Pero que esperar de unos dirigentes desalmados y encaminados a hacer el mandado a unas élites espantosamente perversas y con un nivel de codicia descomunal, donde para ellos mucho todavía sigue siendo poco y una muestra de ellos son los dos más grandes tiburones blancos del sistema financiero como lo es en materia pensional el fondo privado de pensiones Porvenir y en la otra esquina Protección, negocio que es un verdadero atraco, una estafa para los aportantes a pensiones y los entendidos en el tema que estén a favor o en contra saben a qué me refiero. Y para completar la obra, ya plantean eliminar los intereses a las cesantías, gordo negocio para para estos tiburones financieros entre otras perlas de tamaño descomunal.
Otro aspecto que no deja de causarme asombro es el cinismo como los ya diversos anuncios hechos por el Ministro de Hacienda y que rayan en la insensatez que además demuestra el desconocimiento de nuestra realidad y que este personaje alentado por un presidente arropado con la misma cobija actúan en la misma línea. Pero estos dos personajes presionados por cumplir una regla fiscal impuesta por la banca multilateral y ahora el tener que asumir las reglas de juego en materia económica de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) pues Colombia ya hace parte de ese “selecto” grupo.
Muchos de pensamiento de derecha y otros alentados por la más fina lambonería dirán que todo es producto del hueco o tronera fiscal de Santos, pero ese orificio de déficit es ya viejo y conocido con más de 30 años y producto de una corrupción inmisericorde, vil y miserable que se adueña de 50 billones de pesos al año y que según el valioso estudio de la Universidad Externado de Colombia es de 9 billones. Se quedaron cortos, pues este estudio llega hasta el año 2011.
Vemos según lo anterior que el robo criminal de $50 billones es la causa de tener que asumir esa nueva tormenta tributaria para los colombianos de a píe.
Ahora bien, lo más criminal es pretender gravar con IVA los productos de la canasta familiar, si actualmente millones de familias tienen dificultades para alimentarse como será imponiendo IVA a la leche, los huevos, el pan y no sé qué más productos se les ocurrirá a este mago, su jefe el presidente y todas las lumbreras tecnócratas del ese nefasto equipo económico. Y reitero, hay que ser muy desalmado para actuar con tanta maldad y obviamente no faltarán quienes defiendan semejante despropósito, algo que me parece un chiste y un engaña bobos que con la medida del IVA para productos de la canasta familiar se les devolvería un bono, lo digo otra vez, es un engaña bobos.
Un aspecto que no puedo pasar por alto es que no es ético tener un ministro como Carrasquilla sabiendo los cuestionamientos por las actuaciones como Ministro de Hacienda en el gobierno de Álvaro Uribe Vélez y que ocupando esa cartera acomodó normas para después hacer dudosos negocios después de salir del ministerio y cobrar por puerta trasera del trabajo hecho por otros en favor de estos y del ministro saliente, una puerta giratoria, ¡qué va! una puerta giratoria no, un mega portón giratorio.
Entonces, ¿a donde irá a parar la economía del país? Pero peor aún, la de bolsillo de millones de hogares colombianos que si afectan sus ingresos afectará su capacidad de compra y por tanto las ventas de miles y miles de empresas sin dejar de lado la pérdida de muchos puestos de trabajo.
Solo espero que el Dios todopoderoso nos agarre confesados porque francamente esto así no tiene sentido y miles de colombianos deberán dejar el país huyendo de esa nueva película y ahora si seremos como Venezuela, tal cual como se nos anunciaba en campaña que logró engañar a más de un ingenuo.
En conclusión, este sistema alcabalero tal cual como lo decía el joven presidente de Colombia Iván Duque, nos llevará al abismo a menos que se rompa con esa aterradora línea de la corrupción, pues ahí está la plata de al menos cuatro reformas tributarias y no olvidemos los miles de colombianos que debiendo tributar no lo hacen y a estos se les debería someter a esos tributos, pero lo triste del asunto es que quienes ya pagan, por lo menos los asalariados, se les piensa aumentar la carga de impuestos miserables.
Twitter: @fredy_asesor