Las autoridades iraníes calificaron de fracaso las sanciones de Estados Unidos y sus presiones al resto del mundo para aplicar un embargo petrolero a Irán a partir del lunes, aunque estas medidas ya han sumido al país en una grave crisis económica.
Después de que Washington anunciara que va a eximir temporalmente a ocho países de las sanciones a la compra de petróleo iraní, el líder supremo, Ali Jameneí, aseguró que EE.UU. ha sido el “perdedor” en sus 40 años de enfrentamiento con la República Islámica.
“El poder de presión de EE.UU., usando su poder económico y militar, está disminuyendo”, dijo Jameneí en un discurso, en el que consideró que esta pérdida de influencia se ha acrecentado durante el mandato del actual presidente, Donald Trump.
A su juicio, Trump “ha desacreditado” a EE.UU., y “el mundo se opone a cualquiera de sus decisiones”: “El EE.UU. de hoy es mucho más débil que el de hace 40 años”, aseveró.
Refiriéndose a las sanciones, el líder comentó que “el objetivo de EE.UU. era boicotear y paralizar la economía del país”, pero como resultado Irán ha fortalecido su “autosuficiencia” mediante un aumento de la producción local.
La nueva ronda de sanciones estadounidenses, que entra en vigor el próximo lunes, incluye la venta de petróleo, la prohibición de las transacciones financieras con su Banco Central y restricciones para el sector portuario iraní.
No obstante, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, anunció ayer que Washington eximirá temporalmente a ocho países que han hecho «esfuerzos» por reducir sus importaciones del petróleo de Teherán.
Aunque no citó a los países, algunos de los beneficiados son Corea del Sur, Japón, la India y Turquía, mientras que con China “las conversaciones continúan”, según apuntó Pompeo.
China es el principal comprador de petróleo iraní al importar unos 800.000 barriles al día, seguida por la India, con 700.000.
Por su parte, Corea del Sur, que cortó sus exportaciones hace unos tres meses por las sanciones, compraba unos 90.000 barriles diarios, y Japón alrededor de 170.000.
Las exportaciones petroleras de Irán superaron los 2,5 millones de barriles diarios en los primeros seis meses de 2018, pero desde entonces han caído en unos 800.000 barriles.
Sobre las exenciones, el Ministerio de Exteriores iraní afirmó que “la mayor parte de las medidas estadounidenses fracasaron después de pagar un alto precio para obligar a los bancos y las compañías” a cumplir las sanciones contra Irán.
“No parece que EE.UU. tenga más capacidad para presionar a los países del mundo para que no cooperen con Irán (…). No hay nada de qué preocuparse”, subrayó el portavoz, Bahram Qasemí, quien denunció, no obstante, “una guerra psicológica contra Irán”.
Las primeras sanciones estadounidenses entraron en vigor el pasado agosto, tres meses después de que Trump retirara a su país del acuerdo nuclear multilateral de 2015 con Irán.
Pese a que el resto de firmantes -Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania- están buscando fórmulas para contrarrestar su impacto, las sanciones ya han tenido un efecto negativo en la economía del país, cuya moneda nacional ha sufrido una fuerte devaluación.
Por ello, las exenciones a algunos de los principales clientes del crudo iraní suponen un alivio para el país, que tiene en las exportaciones petroleras uno de sus principales ingresos de divisa.
El jefe de la comisión de Seguridad Nacional y Política Exterior del Parlamento iraní, Heshmatola Falahatpishe, subrayó que las exenciones se deben a que “el Gobierno de EE.UU. ha llegado a la conclusión de que no puede reducir a cero las exportaciones de Irán”.
“Se ha encontrado con la reticencia de otros países y esto demuestra la potencia de Irán en el mercado petrolero”, dijo Falahatpishe en una conferencia.
Sobre el futuro, ya que las exenciones son temporales, en algunos casos hasta marzo, el responsable iraní consideró que «esos países no van a poder resistir sin el petróleo de Irán», por lo que «se crearán otros modos de suministro».
«Tenemos la experiencia necesaria en el campo de las sanciones. No tengan duda de que los iraníes pueden en la peor situación posible exportar su petróleo en la medida que necesiten», concluyó.
Algunas de las medidas adoptadas ya por Irán para esquivar las sanciones han sido enviar un gran volumen de petróleo para su almacenamiento en China, usar sus cargueros para transportar el crudo y apagar los transpondedores de sus petroleros para evitar los sistemas de rastreo.
También, ofrecer descuentos a sus clientes y vender su petróleo en la bolsa de valores, todo ello con el objetivo de que sus exportaciones queden como máximo reducidas a 1 millón de barriles diarios.