Por: Yessica Molina Medina/ Dicen que Richard Nixon perdió las elecciones de 1960 en Estados Unidos porque en los debates salió con barba, con trajes no muy acertados y con notorio sudor. Su rival, John F. Kennedy, lucía seguro, sonriente y firme.
Así funcionaba y así funciona el mundo. Sí, hoy el mar de información que recibimos por las redes sociales obliga a los líderes políticos (en campaña, gobernando o en la oposición) a comunicar asertivamente. Al elector sigue sin importarle mucho el contenido de las propuestas de un candidato y, fácilmente, como le pasó a Nixon, un aspirante a cualquier cargo público puede perder la elección, y hasta su carrera completa, por una mala comunicación: Una imagen incorrecta, un comentario que quite votos, un mal post en redes sociales, una fotografía desfavorable en Instagram.
Parece, como dice Miguel Jaramillo Luján, experto en comunicación política, que la mejor campaña política será “no hacerla”. “Y mejor actuar desde una lectura inteligente de las sensibilidades ciudadanas y salir al encuentro de las personas más necesitadas…”
Y es que la sociedad cada vez les exige más a sus gobernantes: el fácil acceso a la comunicación de millones de personas en el mundo y la facilidad de convocatoria que otorgan las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) han creado una generación exigente, pero también paranoica.
Y decía que un comentario o una fotografía bien pueden impulsar a un candidato o conectar a un mandatario con la gente, o bien pueden condenarlos indefectiblemente. El presidente Iván Duque supo comunicar su cercanía con la figura del expresidente Uribe, supo sintonizarse con el país sin convertirse en un imitador de la figura del también exsenador, sin duda su mentor político.
Y aunque sus opositores le han cobrado algunos errores de sus discursos y comentarios sueltos como el ya famoso “¿de qué me hablas, viejo?”, el presidente Duque, hombre joven y cercano al mundo digital, ha mostrado una increíble evolución: pasó de un joven y poco experto candidato a un gobernante que se ha comunicado como pocos con sus ciudadanos en esta pandemia. Creó un ejercicio de comunicación acertadísimo para contarnos todos los días qué están haciendo las autoridades para atajar el Covid-19.
Y aunque al principio pareció, como todos, abrumado por la pandemia que parecía arrasarnos, fue convirtiéndose en un estadista sereno, capaz de responder a las angustias de los ciudadanos, capaz de mostrarles que el gobierno y todos los entes estatales estarían listos para controlar el bicho y que no los abandonarían en medio de la crisis social que la misma pandemia produjo.
Parte del buen manejo que ha tenido Colombia sobre el Covid-19 está en esta estrategia de comunicación. Plantea Jaramillo Luján que “gobernar o liderar para los más vulnerables hará inatajable a quien quiera hacerse fuerte y visible en tiempos como los actuales”.
El presidente Duque ha sabido comunicarse en tiempo de pandemia, ha sabido decirnos a todos que, con autocuidado y responsabilidad, el país saldrá adelante. Y lo ha hecho sin cálculos políticos: Ha hecho campaña sin hacerla.
*Master en comunicación estratégica, profesional Comunicadora Social- Periodista, asesora política y relacionamiento público y experta en marketing político.
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