Por: Jhon F Mieles Rueda/ Mientras la mayoría de personas por estos días tiene puestos sus ojos en las elecciones de Estados Unidos y de la derrota de Donald Trump, lo cierto es que en Colombia se está agravando una situación que históricamente ha sido difícil y que con el pasar de los años se ha venido agudizando como lo es la crisis en el campo colombiano y actualmente la crisis de nuestros productores de papa.
Nuestros paperos están atravesando por la que probablemente sea crisis más difícil de la historia, ya que no hay quien les compre su producto lo que provoca una abrupta caída de precios, por ejemplo, un bulto de papa cuesta normalmente 35 mil pesos, pero para tratar de recuperar algo de la cosecha, lo venden hasta a 7 mil pesos en carretera tal y como lo vemos por estos días, y que este valor no cubre ni el costo de producción.
El Estado y la sociedad colombiana tienen una deuda histórica con el campesinado colombiano que si el gobierno actual no suple en una medida considerable, terminará por convertirse en una bola de nieve que será noticia en los próximos días.
Hay rumores de que campesinos de Boyacá, Cundinamarca e incluso de Nariño están dispuestos a salir a las calles a protestar si no ven una solución real por parte de gobierno. En principio la idea es que este viernes 13 de noviembre, varios campesinos se trasladarán hasta Bogotá, y en ese recorrido irán regalando la papa, como símbolo de que no está siendo rentable el mercado del alimento por ello surge la pregunta ¿Se avecina un nuevo paro del campo?
Y es que analizando la situación del campo colombiano, parece insólito que se importen alimentos a nuestro país que históricamente ha tenido una vocación agrícola, se dice que la importación de alimentos a gran escala inició desde 1990 con cerca de 500.000 toneladas, para diciembre del 2016 cerró con 12 millones de toneladas y hoy estamos en los 16 millones de toneladas de alimentos importados.
Esto desde luego hace que los campos estén siendo desalojados por los campesinos que no pueden competir con los alimentos que son importados o producidos en gran escala, en el caso de productos como la papa, en el 2019 entraron a Colombia 8.981 toneladas de papa procesada, el año pasado se importaron 58.616, la mayoría provenientes de países de Europa como Bélgica, Alemania y Holanda.
En este sentido, cuando analizamos el tema del crecimiento demográfico de las ciudades, se debe tener en cuenta la difícil situación de campo colombiano, ya que inicialmente solo se ve como una cuestión atribuible al desplazamiento forzado por efectos del conflicto armado y no de la carencia de la agricultura en sí misma.
¿Cómo sería nuestra economía si nosotros produjéramos esas 16 toneladas de alimentos que actualmente están siendo importadas aquí en el territorio nacional? De seguro habría un desarrollo más avanzado y habría mayores oportunidades de empleo.
Por otra parte si el gobierno nacional no enfoca sus esfuerzos en el apoyo a la comercialización, mejoramiento de las vías terciarias, ayuda técnica, reducción de las importaciones de productos que se pueden producir aquí mismo, lo más probable es que se enfrente a un crecimiento exponencial de pobreza en los campos y un descontento social que puede desencadenar en un nuevo paro nacional.
Los campesinos no son desechables y no se puede sustituir el campo colombiano, por los productos de otros países, si entendiéramos lo difícil que es para un campesino colombiano producir alimentos en condiciones tan adversas, no importaríamos alimentos y tampoco no pediríamos rebajas en los mercados.
Por eso también debe hacérsele un llamado a los consumidores y empresarios, a los colombianos, que apoyen al campesinado, comprando productos nacionales, no a los congelados y a lo importado. Apoyemos lo nuestro carajo.
TG. Agroforestal, pensador y político.
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