La política de gratuidad en la educación superior pública en Colombia ha alcanzado un hito sin precedentes: cerca de un millón de estudiantes se benefician actualmente de esta iniciativa, según cifras oficiales del Sistema Nacional de Información de la Educación Superior.
Este logro representa un crecimiento del 51% respecto a los 597 mil beneficiarios registrados en 2022, consolidando la gratuidad como una de las principales apuestas del Gobierno nacional para democratizar el acceso a la educación y reducir las brechas sociales. El ministro de Educación, Daniel Rojas, destacó que “la educación es una herramienta clave para mejorar el mundo” y llamó a la ciudadanía a verla como un derecho que permite a los jóvenes “ser determinadores de su propio destino”.
Inversión histórica y enfoque rural
La expansión de esta política ha sido posible gracias a una inversión robusta: se han destinado 2,6 billones de pesos para garantizar la gratuidad en 2025, además de 1,7 billones para infraestructura y 3 billones para el fortalecimiento de las instituciones de educación superior públicas. Uno de los enfoques más destacados ha sido la priorización de zonas rurales, históricamente excluidas del sistema educativo.
Un ejemplo emblemático es la Universidad de El Tarra, en la región del Catatumbo (Norte de Santander), donde se construye una ciudadela universitaria con espacios educativos, deportivos y culturales. Las estructuras modulares utilizadas en estas obras permiten avanzar rápidamente en la ampliación de cobertura.
Transformación educativa en marcha
La política de gratuidad se enmarca dentro de la llamada “Revolución Educativa”, que busca garantizar el derecho a la educación superior como un pilar del desarrollo nacional. Más de 500 bachilleres rurales de Santa Marta, por ejemplo, iniciaron clases gracias al programa “Educación Superior en tu Colegio”, que lleva la universidad directamente a las comunidades más apartadas.
El Gobierno ha reiterado que esta estrategia no solo busca ampliar el acceso, sino también transformar la calidad y pertinencia de la educación superior. La meta es consolidar un modelo en el que la universidad pública sea la primera opción para los jóvenes colombianos, sin que el costo económico sea una barrera.
Un camino hacia la equidad
Con este avance, Colombia se posiciona como uno de los países latinoamericanos con mayor cobertura en educación superior gratuita. El impacto de esta política se refleja en miles de familias que ahora ven en la universidad una posibilidad real para sus hijos, especialmente en regiones donde antes el acceso era limitado o inexistente.
La gratuidad en la educación superior no solo representa una cifra récord, sino también una apuesta por la equidad, el desarrollo y la transformación social. El reto ahora será mantener y fortalecer esta política en el tiempo, garantizando que el derecho a estudiar no dependa del lugar de nacimiento ni de la capacidad económica.