La elección del Papa León XIV ha generado un fuerte sentir de entusiasmo entre los jóvenes católicos de América Latina y el Caribe. Desde cada rincón de sus territorios, la comunidad juvenil recibe con fervor y confianza este momento, viendo en él un signo claro de que Dios sigue llamando y guiando a su Iglesia.
El comunicado del Equipo Latinoamericano y Caribeño de Pastoral Juvenil (ELAPJ), publicado por ADN Celam, refleja esta emoción: “Nos alegra profundamente que el Espíritu Santo haya guiado este momento eclesial, eligiendo a un pastor con corazón cercano al pueblo”. Para los jóvenes, cada latido en sus corazones representa un acto de fe y esperanza en el futuro, a pesar de los desafíos presentes.
El mensaje destaca que el Papa León XIV es visto por la juventud como un líder con “corazón cercano al pueblo”, atento a los signos de los tiempos. Los jóvenes latinoamericanos y caribeños sienten que en él hay un pastor que comprende sus realidades, inquietudes y anhelos, y que su liderazgo trae consigo la esperanza de un camino renovado para toda la comunidad de fe.
“Nos alegra que el Espíritu Santo haya guiado este momento”, expresan con fervor, interpretando esta elección como un llamado a crecer, a transformar sus vidas y a fortalecer sus comunidades con fe y compromiso.
La Pastoral reafirmó su compromiso de orar por el Papa, solicitando que “el Señor lo fortalezca en su misión de conducir la Iglesia con apertura, ternura y firmeza profética”. La oración es considerada la fuerza que alimenta su entusiasmo y su deseo de ser protagonistas activos en la misión de evangelizar con alegría, creatividad y pasión.
“Cuente con nuestras oraciones y disposición para colaborar activamente en la misión común”, afirman con esperanza, convencidos de que su papel es fundamental en la construcción de un mundo más justo, pacífico y solidario.
El mensaje concluye con una invocación llena de fe hacia la Virgen de Guadalupe, madre de los jóvenes del continente. La espiritualidad juvenil se renueva en esa petición: que ella, con su ternura maternal, acompañe y proteja al Papa en este camino, inspirándolo a seguir construyendo una civilización del amor y la justicia.
Este saludo, cargado de cercanía y fe, refleja la profunda esperanza de toda una juventud que ve en su nuevo pontífice una oportunidad para seguir viviendo su vocación de esperanza, servicio y compromiso con el Evangelio en medio del mundo.
