Por: Juana Yolanda Bazán Achury/ Los documentos y noticias sobre el conflicto Palestino – Israelí son desgarradores, en pleno siglo XXI, cuando la humanidad se comunica a través de un clic, asistamos al horror de la Guerra, todo parece indicar que la humanidad aún no tiene suficiente con todas las guerras y conflictos que solo han dejado devastación y muerte. Sin ser antisemita me gustaría pedir a los pueblos en conflicto que recuerden las palabras de ese carpintero descalzo, que nos decía amaos los unos a los otros.
Se percibe que la comunidad Internacional como los organismos creados después de la Segunda Guerra Mundial como instrumentos necesarios para la solución diplomática y pacífica de los conflictos, fracasaron o son insuficientes para el cumplimiento de estas tareas.
La guerra entre palestinos e israelitas se remonta al año 1948, época desde la cual se disputan un territorio, ubicado en la franja de Gaza. Pero no es solamente la querella territorial hay otra serie de razones que inciden en el conflicto como aspectos religiosos, económicas y políticas, adicionalmente la injerencia de grupos extremistas que imponen sus condiciones a la población civil, sometiéndola a toda clase de vejámenes.
En el contexto Internacional, Inglaterra expresó en su momento apoyo al nacimiento del Estado Palestino, al reconocer el derecho a los judíos de reconstruir su antigua patria Palestina, como era lógico el pueblo árabe autóctono no estaba de acuerdo.
Para 1937 a raíz de la conflictividad surgida, una comisión británica, hace algunas recomendaciones entre ellas se propone la partición de Israel en un Estado Árabe, uno judío y una zona neutral, para que así todos pudieran tener acceso a los lugares sagrados. Esta propuesta no funcionó y fue abandonada muy rápido.
La Gran Bretaña solicita la intervención de las Naciones Unidas para mediar en el conflicto y salir de esta parte del oriente medio. No obstante, para palestinos e israelíes no era posible hacer lo mismo. Se propone como solución que los dos estados convivan juntos, en la pequeña franja de gaza de 80 kilómetros de ancho, que va desde el mar mediterráneo hasta el rio Jordán. Ninguno quedo satisfecho con el acuerdo.
Por razones económicas, religiosas, humanitarias y nacionales, los judíos empezaron a emigrar hacia la tierra prometida 400 años antes de Cristo, con el tiempo la comunidad fue creciendo y aumentaron los enfrentamientos.
En el año de 1948 Israel ganó la guerra de independencia y ocupó el 77% del territorio incluida Jerusalén, Israel considera que las potencias árabes quieren destruir su recién creado Estado Israelí.
Más de la mitad de la población árabe fue expulsada de sus hogares y territorios, se convertirían en refugiados en países vecinos, los desplazados se cuentan por millones.
En 1967, después de la guerra de 6 días, Israel pasó a ocupar la totalidad de Gaza y Cisjordania, dando lugar a un nuevo éxodo Palestino.
El mayor foco de conflicto es Jerusalén siendo esta la capital del Estado libre de Palestina, para los Israelitas también es su legítima capital. Se anexionó en 1980 de manera oficial a través de la Ley Jerusalén, estableciendo la capital de Israel en una Jerusalén entera y unificada.
Los dos países en conflicto han intentado llegar a varios acuerdos entre otros los de Camp David y Oslo, pero no se ha logrado materializar la paz permanente durante el plazo que acordaron de 5 años, la paz nació cansada Dios que tanto la nombra en sus milagros la dejo olvidada.
Según Antonio Guterres, secretario general de la Naciones Unidas, Gaza, es la prisión más grande de la tierra, la situación humanitaria es muy grave, allí viven como dos millones de personas, la mitad de ellas menores de edad,
Independientemente de quien tiene la razón, lo cierto es que se trata de un conflicto muy cruel, donde la población civil está sufriendo hambre, abandono, falta de servicios públicos, luz, agua potable, comunicaciones, insuficiente atención médica, persecución, inseguridad, falta de medicamentos y desarraigo, (caos-guerra) lo anterior acompañado de un bloqueo inhumano para los palestinos.
Muchos de sus habitantes no han podido salir del territorio por años y la población se encuentra dominada de facto por el grupo terrorista Hamás, según lo afirma la comunidad Internacional. Sabemos que en una guerra los únicos perdedores son los civiles, porque la guerra es un enfrentamiento entre personas que no se conocen en favor de personas que, si se conocen y no pelean, las estadísticas hablan y las realidades espantan, basta de cerrar los ojos.
Por ello, todos debemos clamar por un alto al fuego, para que se ponga fin al sufrimiento de la población civil.
Es necesario dar aplicación por las partes en conflicto, a las normas del Derecho Internacional Humanitario, para dejar a la Población civil por fuera del horror de la guerra, en el DIH, se establecen normas de conducta y se limitan los métodos y medios para conducir las operaciones militares, se destaca la obligación de proteger a la personas que no participen en combates, estas reglas son de obligatorio cumplimiento para todos los actores del conflicto, y se debe siempre diferenciar entre combatientes y los que no lo son, así como los objetivos militares, preservando las instituciones en las que se alberga a la población civil
No más guerra, no más guerra, no más guerra.
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*Exrepresentante a la Cámara por Santander.