Por: Carmen Elisa Balaguera Reyes/ Las ágoras fueron lugares de congregación política, mercantil, religiosa, centros de comercio y de cultura en otros tiempos pero hoy estamos reviviendo ese término que en Bucaramanga lo produjo con mucha satisfacción en la renovación de los espacios comunales que, con nuevos equipamientos y nuevas tecnologías, ponen en marcha el goce y mejoramiento de vida de los ciudadanos.
Un término que se vino definiendo para empezar a proyectar y mejorar las condiciones de vida de las familias asentadas en los barrios de nuestra ciudad y que en alguna manera se muestran parecidas a lo que en el pasado pretendían establecer el diálogo en la solución de los problemas, en el discurso filosófico, en el manejo de los negocios o en el posicionamiento de la cultura de los pueblos.
Se define que “las ágoras arcaicas están estrechamente relacionadas con los santuarios religiosos y las actividades de entretenimiento, como fiestas, juegos y teatro.
Con el paso del tiempo el ágora llegó a ser el inicio de las polis, tanto desde el punto de vista económico y comercial (como sede del mercado), desde el punto de vista religioso al encontrarse allí los lugares de culto del fundador de la ciudad o de la deidad protectora o desde el punto de vista político al ser lugar de reunión de los ciudadanos para discutir sobre los problemas de la comunidad. De esta manera y a su alrededor fueron surgiendo los edificios públicos necesarios para albergar todas las actividades.
El ágora fue una auténtica invención urbanística, que no tiene precedentes ni en los centros del próximo oriente ni en la civilización micénica en donde todo dependía de los reyes, por lo que no había necesidad de lugares de reunión”. (Ver más)
Sitios de encuentro de personas con necesidad de comunicarse y comunicar, de reencontrarse y decidir un futuro conjunto “esta innovación se introdujo gracias a las grandes modificaciones urbanísticas iniciadas en la época de Pericles, alrededor del siglo V a. C., que con el tiempo, durante el período helenístico amplió a tres tipos principales de ágora: la mercantil, en las ciudades marítimas, en estrecha conexión con los puertos, donde el ágora se situaba cerca de las puertas de la ciudad y la política o religiosa, que la situaba en el centro de la ciudad.
En concreto, con el paso del tiempo lo que se estableció es la aparición de tres clases diferentes de ágoras. Así, por un lado estaban las políticas o religiosas que se caracterizan por situarse en lo que eran los centros de las poblaciones. Por otro lado, se hallaban las que se establecían cerca de lo que eran las puertas de entradas a aquellas y finalmente, en tercer lugar, estaban las ágoras mercantiles que se definían por el hecho de ubicarse próximas a los puertos”. (Ver más)
En el plan de desarrollo “Gobierno de las ciudadanas y de los ciudadanos 2016-2019” la planeación indica que serían 30 espacios donde priman varios temas que incidirían en el encuentro y mejoramiento de los servicios para que se mejore la calidad de vida, pero que muchos Bumangueses las desconocemos en profundidad.
Estas denominadas ágoras, son el producto de la renovación de varios salones de Juntas de Acción Comunal (JAC) de la ciudad vienen operando en los barrios Rocío, Porvenir, Provenza, Santander, Regaderos Norte, Kennedy, Esperanza II, Diamante I y San Cristóbal; se tienen diseñados para poner en marcha en este año en los Barrios Diamante I, La Libertad, Gaitán, La Feria, Bucaramanga, San Miguel, Ciudad Bolívar, Villa del Prado, Café Madrid, Norte Bajo y Nueva Granada.
Ya no se comunican con la sola palabra, las ágoras bumanguesas poseen una completa dotación de televisión satelital, bibliotecas, computadores con internet de alta velocidad, juegos de mesa; y se establecen para que existan talleres de comprensión de lectura y escritura, asesoría de tareas, programación de cine-club, bailoterapias para personas mayores, actividades de capacitación artística y cultural, banca ciudadana y domingos culturales.
Programaciones dirigidas a toda las familias de cada una de las comunidades asentadas en los barrios en los que se supone hay una renovación de lo que debe hacerse lo que se denomina “política para la gente” pero deben servir como lo establece el plan de desarrollo para que las comunidades hagan control sobre la gestión de sus líderes en las JAC y Juntas Administradoras Locales (JAL), los cuales deben rendir cuentas a sus comunidades de manera periódica, construyendo una nueva confianza, fortaleciendo el espíritu ciudadano que las convoca.
Un lugar para practicar el desarrollo de la comunidad aportando en el proceso educativo y democrático de la organización mediante el cual la comunidad además de capacitarse, recrearse, pueda de forma consciente unir acciones colectivas para coadyuvar en la solución a los problemas y sortear las necesidades que son comunes en cada barrio.
Ojalá con la llegada de una nueva administración el próximo año no se pierda esta estrategia que como en los primeros albores de la civilidad, el Ágora quería ser el foro de inquietudes y soluciones que produjesen soluciones para el bien común.
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