Por: Gustavo Herrera Acelas/ Ya es común en Colombia que los que ganan las encuestas casi siempre pierden las elecciones.
Las encuestas de intención de voto son simplemente una foto del momento electoral y las variantes son muy fluctuantes por diferentes factores, principalmente debido a que no se puede identificar el comportamiento de quien la responde, ya que es cambiante en un escenario real; son fácilmente manipulables, no tienen en cuenta la cultura electoral su fidelidad hoy es muy discutible, conocer la intención de voto de las personas es más tarea del azar que de un método científico eficaz para medir el grado de aceptación de su candidato y así calmar esa curiosidad de saber quién va ser el ganador de las elecciones, los candidatos piensan que entre más encuestas ganen y más avales de partidos políticos reciban, el triunfo está asegurado y terminan besando el barro de la derrota.
Estas elecciones fueron un bálsamo de renovación y quizá la gran protagonista fue una clase media urbana cuyo voto es más libre y mejor informado. En Bucaramanga pienso que hicieron caso en recibir el ‘TLC’ y votaron por otro. El votante en Bucaramanga cambia su voto muy fácilmente, un ejemplo de esto ocurrió hace cuatro años, cuando todo mundo daba como ganador al liberal Carlos Ibáñez y el exalcalde Rodolfo Hernández iba de cuarto en las encuestas a días de las votaciones y se quedó con el primer cargo.
Las encuestas fueron un fracaso. La encuesta que realizó en agosto Invamer SAS que la encomendó Noticias Caracol, Blu Radio y Revista Semana, pronosticaban que cuatro candidatos tenían empate técnico y para octubre según ellos había dos en la misma situación. Se trataba de Juan Carlos Cárdenas, del movimiento Ciudadanos Libres -quien duplicó la intención de voto y alcanzó 30,2 por ciento- y Ariel García Gómez, avalado por el Movimiento de Autoridades Indígenas de Colombia (Aico), quien según ellos se convirtió en la gran sorpresa al pasar de 12,2 por ciento de intención de voto a 28,5. Según esta firma ocupaban el tercer y cuarto puesto Fredy Anaya, con 12,6 por ciento y Claudia Lucero López con 12,1%. Le seguía Jaime Andrés Beltrán con 9 por ciento.
Y según la encuesta de Guarumo y EcoAnalítica realizada un mes antes de las elecciones contratada por El Tiempo y La W la ganadora -según ellos- era Claudia Lucero López, con 23,8 por ciento y le seguía Juan Carlos Cárdenas, con 21,7 por ciento. Ambos han abierto un espacio de al menos cinco puntos con sus seguidores, en el tercer puesto estaba Jaime Andrés Beltrán con 15,6 por ciento y en el cuarto Fredy Anaya, con el 9,8 por ciento. En la distancia, en un quinto puesto Sergio Muñoz, con 3,1 por ciento.
La realidad
Juan Carlos Cárdenas Rey salió electo con la votación más alta en la historia de la ciudad, 141.768 votos, que equivalen al 48.36%, derrotando a los candidatos de las maquinarias políticas.
La sumatoria de los votos de los demás candidatos no alcanza a igualar la cifra histórica de Cárdenas.
Este no fue el único triunfo implacable de Rodolfo Hernández quien ya manifestó a los medios que Cárdenas sin la ayuda de él no había sacado 5.000 votos y eso es cierto, el movimiento ciudadano fundado por él llamado ‘Liga Anticorrupción’ sacó 37.982 votos y quedó liderando la elección de concejales en la capital de Santander con 4 curules al Concejo de Bucaramanga -derrotando al partido Liberal que tenía diez asientos en el periodo pasado- y lograron quedarse con 2 curules en la Asamblea de Santander.
La Alianza verde se fortaleció y los partidos tradicionales perdieron vigencia
La Alianza Verde fue el segundo partido más votado en Bucaramanga con 35.056 con el porcentaje 12,31%. Y se la jugó por coalición con el alcalde elegido. Y en el ámbito nacional se la jugó por coaliciones. Eso quiere decir que la famosa ola verde revivió y ahora le llegó el turno de gobernar en centros urbanos clave como Bogotá. También en Cali con Jorge Iván Ospina; en Manizales con Carlos Mario Marín; en Cúcuta con Jairo Yáñez; en Popayán con Juan Carlos López; y en Florencia con Luis Antonio Ruiz. A eso se le deben sumar las gobernaciones de Córdoba, Antioquia y Caldas y, como si fuera poco, el apoyo que dieron a los ganadores de Magdalena, Huila, Norte de Santander y al nuevo alcalde de Bucaramanga.
En términos conceptuales, el revolcón se refleja también en que Colombia avanzó significativamente hacia nuevas propuestas. Hoy tienen más peso los temas relacionados con el medioambiente, la participación ciudadana, las minorías y su inclusión y la lucha contra los corruptos.
Ojalá esta renovación sirva para que Bucaramanga marche por buen camino. Y como decían los romanos: “vox populli vox dei”, la voz del pueblo es la voz de Dios.
¡Que viva la democracia carajo!
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