Por: Rubby Flechas/ Llegamos a mitad de diciembre y ya empezamos a cerrar este año, donde más que presentes, nos deja hechos que pasarán a la historia.
La principal referencia será ser el segundo año de pandemia, y la primera vez en la historia de la humanidad en lograr una vacuna en tiempo récord e iniciar un proceso de inmunización global, aunque sin el éxito deseado.
A pesar de las dificultades, el haber podido encontrar una vacuna en tan poco tiempo, y lograr llegar a todos los países del mundo (a pesar de las desigualdades para su acceso) en menos de un año es una hazaña maravillosa y una muestra frente a la capacidad que tenemos los seres humanos para crear y construir soluciones ingeniosas y eficientes.
Es difícil que veamos la magnitud de este hecho, porque casi damos tanto por sentado como por evidente que la ciencia tenía que encontrar una solución. Y esta certeza de que la ciencia lo resolvería es el regalo que nos dimos como civilización; nunca antes en ninguna época fue tanta la responsabilidad que le dimos a los científicos para que salvaran tantas vidas en tan poco tiempo, y como ya dije, nunca antes había sido tal veloz el proceso.
Pero los investigadores no fueron los únicos que corrieron con la responsabilidad.
Aunque nos hayamos quejado de todas las personas que no cumplían con las medidas de bioseguridad, de distanciamiento o de aislamiento, lo que realmente quedará en la historia es que por casi un año entero el mundo se detuvo y toda la humanidad esperó pacientemente hasta que poco a poco todo retomara su movimiento. Claro que hubo situaciones difíciles que han marcado nuestro día a día, pero la magnitud de lograr que el mundo entero se pusiera de acuerdo en cómo iba a responder al tiempo ante una misma situación no tiene parangón.
Nuestro regalo con este reto al que todos nos enfrentamos es recordar que, a pesar de nuestras diferencias, al final del día todos queremos lo mismo, y aunque parezca difícil, todos podemos ponernos de acuerdo y cooperar entre nosotros. Solo necesitamos voluntad, que es lo que en muchos casos no nos permitimos experimentar.
Y en medio de la difícil realidad de los encierros, afortunadamente ya contamos con el avance tecnológico en internet. ¿Ustedes se imaginan esta pandemia hace treinta años, en el 2000? Dos años después posiblemente continuaríamos sin vacuna, y tendríamos que estar encerrados, sin poder tele trabajar y con mucha más desinformación que ahora. Así que gracias a todo lo que hemos avanzado en este nuevo milenio, pudimos capotear mucho mejor la tormenta.
Todos estos fueron regalos que hemos hecho a pulso como civilización, y posiblemente todo esto lo hayamos dado por sentado. Pero no es así, cada una de las ventajas o posibilidades con las que hemos contado, no solo en este, sino todos los años, son gracias al trabajo y dedicación de cada uno de nosotros que de una u otra manera ponemos nuestro granito de arena para construir un mejor futuro- aunque no siempre tomemos las mejores decisiones- para las generaciones venideras.
Así que agradezcamos los regalos que nos hemos dado, porque no son fortuitos ni gratuitos. Han costado el tiempo y la vida de muchas personas que trabajaron para que hoy podamos gozar de nuestros beneficios. Y también nosotros hemos construido esos regalos con nuestra vivencia que servirá para mejorar en un futuro la forma de sobrellevar tiempos complejos como estos.
Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo.
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*Economista, especialista en gobierno, gestión pública, desarrollo social y calidad de vida.
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