En horas de la tarde de un 31 de agosto de 1989 nació Marisol Correa Pabón, hoy Gestora Social en el Municipio de El Playón. La llamaron Marisol por su abuela materna por una telenovela que a ella le encantaba. Recuerda que creció en una familia humilde y maravillosa con buenos principios y muchos valores. Su crianza fue en la vereda Estación Laguna. Su padre Jorge de la Cruz Correa Guevara, un hombre de carácter, pero con un corazón gigante, siempre le demostró el amor por lo que hacía, un trabajo en el campo donde se aprende que en la vida tenemos un proceso para crecer, así como las plantas se toman su tiempo para dar su mejor fruto. Hija de Elba María Pabón James, mujer noble amorosa, trabajadora y guerrera que le enseñó que siempre debía luchar por lo que quería sin rendirse nunca.
A Elizabeth, Silvia Patricia y Angie Daniela Correa Pabón las considera las mejores hermanas, siempre la apoyan y entre todas están pendientes una de la otra. Agradece a sus padres por siempre darle lo mejor y tener una niñez hermosa donde la primera formación académica fue en la escuela Estación Laguna. Fue líder siempre, resaltaba con los profesores el deseo de ayudar a los demás, creció y llegó la etapa de cambios y retos con el bachillerato con gran ilusión, siempre dando lo mejor y líder con la prioridad del bienestar por los demás y ayudarles la hacen feliz al término de la jornada escolar.
Graduada debe enfrentar el mundo lejos de casa donde su futuro dependía de ella misma, agradecida al esfuerzo de sus padres, porque no era fácil en el pueblo acceder a carreras profesionales. Su padre la impulsa a irse a la ciudad a luchar por sus sueños sin importar lo que deba luchar desde para darle a Marisol su carrera profesional. La vida en la ciudad no era fácil, era una niña de campo, pero empezó a demostrar que sí podía. Esa fuerza transformó su vida y creció en la profesión y en la ilusión de volver al municipio para ayudar.
A los 16 años conoció a su hoy esposo, Luis Ambrosio Alarcón López, a quien define como “un joven maravilloso, humilde, bondadoso con miles de cualidades que me enamoraron. Iniciamos un lindo noviazgo, pero la vida nos sorprendió al quedar embaraza a los 17. El mundo se nos vino encima, yo en segundo semestre de mi carrera universitaria y él en su campaña electoral para la alcaldía de El Playón”. Afrontaron el reto que Dios les envió y hoy dice que “podemos superar los obstáculos que la vida a veces nos da, mi esposo es un hombre maravilloso en nuestro hogar en su vida laboral hace que yo cada día lo admire más”. La motiva y Marisol le corresponde con liderazgo y esa entrega por los demás. Luis Ambrosio ha logrado ser alcalde en El Playón tres veces y con ello le enseña y demuestra que los sueños sí se hacen realidad.
Han construido lo que considera “lo más valioso, nuestro hermoso hogar conformado por mis tres hijos Ramir Santiago Alarcón Correa un joven noble, humilde que este año ya termina su bachillerato y empieza una etapa de formación profesional, mi segunda hija Mariana es mi niña dulce, siempre ayudando lo demás, me demuestra que el amor transforma, mi tercera hija Victoria es mi niña guerrera, noble, nos ha enseñado que en medio de la dificulta siempre hay esperanza, inteligencia y liderazgo los heredó de papá”.
Marisol salió bachiller del colegio San Francisco de Asís, pero desde pequeña hizo trabajo comunitario, ser representante en el colegio, una líder sobresaliente y con un corazón gigante le permitieron enfocarse en una carrera donde pudiera llegar a la comunidad y ayudarla, ahora les brinda asesoría y orienta para que logren solucionar sus problemas en jurídica.

Sus estudios superiores fueron motivados por su compromiso con el bienestar social. Marisol se graduó en Derecho, profesión que consideraba idónea para brindar asesorías y ayudar a solventar un poco los problemas. También fue una experiencia en la comunidad, donde observó las desigualdades sociales. Ello la motivó a especializarse en Derecho Constitucional para poder contribuir a la mejora de las condiciones sociales. Aunque la elección de su camino profesional fue propia, también la influyó el ejemplo de su esposo que siempre la alentó a servir a los demás y a buscar soluciones creativas a los problemas.
Su primera experiencia laboral fue Gestora Social en El Playón y Asesora Jurídica en el área de servicio al cliente. Fue una etapa de aprendizaje, donde puso en práctica sus conocimientos y aprendió de los problemas cotidianos que enfrentan las comunidades sin apoyo. Después descubrió que quería hacer más, generar cambios que transformaran las condiciones sociales de manera más amplia. Esa visión la impulsó a continuar su formación y asumir roles de mayor responsabilidad, siempre buscando espacios donde pudiera impactar de manera más directa en las políticas públicas o en el desarrollo comunitario.
A lo largo de su carrera Marisol se ha enfocado en roles dentro de organizaciones sociales, buscando siempre generar un cambio en las comunidades. Sin embargo, ha tenido la oportunidad de emprender proyectos sociales de pequeña escala, como proyectos productivos, apoyo a las familias, adultos mayores, niños y jóvenes que le enseñaron sobre la importancia de la innovación y la sostenibilidad en el trabajo social. Uno de sus logros más importantes fue impactar a la población más humilde de El Playón, porque no solo se trató de un éxito personal, sino de un impacto real en la vida de las familias del municipio.
A lo largo de su carrera Marisol deja huella en el corazón de cada playonero, motivo para seguir trabajando con dedicación. “Claro que me gustaría recibir reconocimientos que reflejen un impacto más amplio para la comunidad y resaltar este lindo trabajo que he realizado, el llegar a recibir el reconocimiento como mejor Gestora Social sería una gran motivación para seguir entregando lo mejor de mí”, dijo.
Manifestó que “mi inclusión en este grupo de Los Más Influyentes se debe a mi compromiso constante con la mejora de las condiciones de vida de las comunidades más humildes. Mi enfoque en la gestión social no ha sido solo reactivo, sino proactivo, buscando siempre soluciones innovadoras a los problemas que enfrentan los grupos más necesitados. Me esfuerzo por ser una líder accesible y empática, priorizo el bienestar colectivo sobre el beneficio personal. Este reconocimiento es un reflejo del trabajo en equipo, la colaboración con diversas entidades y mi compromiso con los valores de justicia social”.
“Mi principal consejo es nunca subestimar el poder de la perseverancia. El camino hacia el éxito está lleno de obstáculos, pero cada uno de esos obstáculos es una oportunidad para aprender y crecer. Deben seguir su pasión, que se preparen que no desistan y luchen, que se formen constantemente y busquen aliados en el camino. Las oportunidades a menudo se presentan cuando menos las esperamos, pero solo quienes están dispuestos son capaces de aprovecharlas al máximo. Nunca duden de sus sueños y sigan adelante que los sueños sí se cumplen”, aseguró.
Marisol contó que “el camino hacia mis objetivos profesionales ha implicado muchos sacrificios, tanto personales como familiares. Uno de los mayores ha sido el tiempo. Para alcanzar mis metas, muchas veces he tenido que equilibrar largas jornadas de trabajo con el tiempo limitado que podía dedicar a mi familia y amigos. Además, he tenido que superar momentos de incertidumbre, cuando los recursos eran escasos o cuando los proyectos no avanzaban como esperaba. De igual manera cada sacrificio ha valido la pena, porque los resultados han sido positivos en la comunidad”.
Reveló que “al principio dejaba las tareas importantes para después, pensando que tenía más tiempo del que disponía. Ahora he adoptado un hábito de organización y dedicación, planificando mi día a día y estableciendo prioridades claras. Esto me ha permitido ser mucho más eficiente y cumplir mis objetivos de manera más rápido y efectiva”.
Tres secretos de Marisol para hacer cumplir los sueños: “El impacto en la vida de los demás: Ver cómo mis esfuerzos contribuyen a mejorar las condiciones de vida de las personas me llena de satisfacción y me motiva a seguir adelante. El aprendizaje: Cada desafío me brinda una oportunidad de crecimiento personal y profesional. Siempre hay algo nuevo que aprender, y eso me motiva a seguir más y más. El trabajo en equipo: Saber que no estoy sola y cuento con personas que me apoyan siempre, que mi trabajo y esfuerzo se ven reflejados en el de muchas otras personas, me da la fuerza para continuar luchando por los objetivos”.