Por: Holger Díaz Hernández/ “El nacionalismo en el acceso a las vacunas y el interés económico desmedido solo prolongará el Covid-19, no lo parará”: Tedros A Ghebreyesus, Director General de la OMS.
“Si quieres salvar a tu hijo de la enfermedad, puedes rezar o lo puedes vacunar. Aplica la ciencia”: Carl Sagan, Astrónomo.
Transcurría el año 1796 y el médico investigador Edgard Jenner observó que algunas de las personas dedicadas a ordeñar vacas en la campiña inglesa contraían un tipo leve de viruela vacuna y que estas mismas personas eran inmunes a la viruela humana, está sí mortal.
Intrigado por estas observaciones inoculo este tipo de viruela a un niño de 8 años, esperó a que mejorara y lo expuso a la viruela humana encontrando que no lo afectaba.
Esto abrió uno de los capítulos más importantes en la historia de la medicina, la “era de las vacunas”, que ha salvado miles de millones de vidas durante los más de 200 años transcurridos.
El siguiente paso lo dio Louis Pasteur al demostrar que una enfermedad se puede prevenir al infectar al paciente con gérmenes atenuados, a este científico le debemos la vacuna contra la rabia, así como a Jonás Salk y a Albert Sabin la vacuna de la poliomielitis, infección que arrasó con la salud y la vida de millones de niños y jóvenes durante el siglo pasado.
Enfermedades como el sarampión, la poliomielitis, rubéola, tétanos, difteria, influenza, paperas, tosferina, varicela y hepatitis entre otras se previenen con el uso de las vacunas y la lista de enfermedades que se han erradicado o reducido, continúa creciendo.
Las enfermedades infecciosas han producido más muertes que todas las guerras juntas y casi tantas como las hambrunas a lo largo de la historia.
Las epidemias documentadas desde el siglo V antes de Cristo llevaron junto a otras causas al deterioro y caída del Imperio Romano, la Plaga Antoniana al parecer de viruela mato más de cinco millones de personas, la Justiniana de peste bubónica asoló al Imperio Bizantino y a la Europa de la Edad Media.
En los siguientes siglos fueron otras muchas como las de cólera, la poliomielitis, la gripe española (la primera considerada pandemia y la que más muertes ha producido), el Ébola, el Mers, el H1N1 y el VIH.
La vacunación es una de las armas más importantes en salud pública generando una disminución dramática de la morbimortalidad por enfermedades infecciosas, sobre todo en la infancia.
Con excepción del acceso al agua potable no hay otra medida terapéutica o de prevención, ni siquiera los antibióticos, que haya reducido tanto las muertes en el mundo.
La humanidad atraviesa por la crisis sanitaria y social más grande que se recuerde, debido al Covid-19 que no solo ha infectado a decenas de millones de personas y matado a más de 1.5 millones, si no que ha generado una oleada de pánico colectivo por el miedo a enfermar o morir, la más grande del último siglo.
Una vez identificado el virus causante de la pandemia, los laboratorios farmacéuticos más importantes y algunos gobiernos iniciaron una carrera maratónica por ser los primeros en conseguir una vacuna que cumpliera tres condiciones sine qua non: efectiva, segura y disponible para todos.
Tarea titánica a cumplir porque en sólo unos pocos meses se debía lograr lo inimaginable, dado que el desarrollo de estas lleva con frecuencia muchos años, pero la ciencia respondió rápidamente y hoy tenemos un portafolio de vacunas que tranquiliza a los expertos.
La noticia ha generado un ambiente de optimismo en el mundo, las bolsas y economías crecieron inmediatamente, el dólar cayó y la esperanza de pasar esta página oscura era algo que todos necesitamos.
Lo único cierto es que la carrera por la comercialización de las vacunas ya inició, sin que se haya percibido alguna muestra de altruismo por parte de las compañías o de los países productores.
Las vacunas de las multinacionales Pfizer y Moderna han mostrado en los estudios realizados una efectividad superior al 94%, con mínimos efectos adversos y han pasado el filtro de los sistemas regulatorios internacionales.
A estás se suman la de Johnson & Johnson que ya terminó el estudio en fase III y en enero sale al mercado con resultados al parecer excelentes, además están las de Astra-Zeneca y la Universidad de Oxford, Sinovac, CanSino, United Biomedical y otras muchas más que están en la última fase de pruebas, hay una connotación especial en que se utilizaron técnicas incluso revolucionarías para lograr este cometido.
Aún es temprano para saber cuánto durará el efecto de estas vacunas y si será necesario aplicar dosis adicionales, esto es muy importante para países de renta media o baja dada el impacto económico que esto representaría.
Ya se inició la inmunización con la vacuna de Pfizer en miles de personas de Reino Unido, Canadá y la FDA acaba de aprobar su uso en EE.UU. país que tiene inicialmente 100 millones de dosis para aplicar en los primeros 100 días y otro tanto más en el segundo trimestre de 2021.
Esto significa que los países ricos vacunarán a sus ciudadanos primero que el resto del mundo, representan el 14% de la población mundial y compraron el 53%.
de las vacunas disponibles más prometedoras.
Alemania podría inmunizar dos veces a toda su población, Canadá cuatro veces y el Reino Unido tres veces.
Brasil tiene garantizada la compra de 196 millones de dosis, México 178, Chile 84 y Argentina 47 millones.
Colombia no tiene claro aún el número de vacunas que compraría ni las fechas de disponibilidad de las mismas.
A través de la estrategia multilateral Covax que incluye a unos 180 países y que busca el acceso equitativo mundial a las vacunas o de acuerdos bilaterales con la compañía Pfizer-BioNTech, se estarían definiendo las negociaciones.
El ministro de salud ha afirmado que se están adelantando reuniones donde se comprarían 10 millones de dosis de la vacuna de Pfizer (se requieren dos dosis por paciente, la segunda a los 21 días) y 20 millones de dosis del acuerdo Covax, estas últimas sólo estarían disponibles en el segundo semestre del 2021, inicialmente para 15 millones de personas, priorizando a unos 800.000 trabajadores del sector salud, a 7 millones de mayores de 60 años y a 7 millones de personas menores de esa edad con comorbilidades, la vacuna será gratuita y de carácter no obligatorio.
Esto implica que el 70% de los colombianos solo se empezarían a vacunar en el 2022 y mientras esto ocurre otros cientos de miles se infectaran y decenas de miles morirán sin que nadie responda por los múltiples errores estratégicos que se han cometido. Al parecer estamos entre los últimos en la fila.
El acceso a las vacunas y su compra es solo parte de un descomunal proceso logístico que incluye el transporte, almacenamiento y distribución a todas las regiones del país, que en el caso de la vacuna de Pfizer y otras, tiene que incluir además de las jeringas e insumos básicos, la cadena de frío porque debe estar refrigerada mínimo a (-70 grados C), lo cual implica la compra adicional de equipos específicos que tendrían un valor igual o mayor al de las vacunas.
Algunas voces advierten desde ya sobre las colas y aglomeraciones que se formarían para recibir la vacuna, del tráfico de influencias de parte de las élites del poder, del comercio ilegal de vacunas, de la pérdida de miles de dosis por manejo inadecuado en la cadena de frío y de todas las trampas a las cuales estamos acostumbrados en el país.
Es claro que ha habido poca prevención y nada de acción.
Este mismo panorama será el de la mayoría de los países tercermundistas donde seguirán contagiándose y muriendo los más desprotegidos, como siempre.
Los 1.300 millones de habitantes del primer mundo estarán vacunados al final del próximo año y de los 6.400 millones restantes sólo el 20 al 30%, convirtiendo a esta pandemia en el símbolo de inequidad más grande en mucho tiempo.
Mientras tanto pocos nos acordamos de quién fue Edgard Jenner y mucho menos de donde procede esta palabra mágica: “vacunas”.
Feliz Navidad para todos nuestros amigos.
*Médico cirujano y Magister en Administración.