Una protesta pequeña pero significativa. Cerca de 20 afganas se dieron cita este domingo 16 de enero frente a la Universidad de Kabul para manifestar contra el régimen Talibán que, desde su regreso al poder en Afganistán, ha impuesto una serie de restricciones a la población, sobre todo contra las mujeres y niñas.
“Igualdad y justicia”, “Derechos de las mujeres, derechos humanos” fueron algunos de los mensajes en las pancartas que llevaban varias manifestantes que coreaban una y otra vez las insignias.
“¿Por qué asesinaron a Zainab?”, decía otro de los carteles y cerca de éste una mujer iba vestida con un burka blanco salpicado de manchas rojas. Se trató de una escena para recordar el asesinato de Zainab Abdullahi, quien murió esta semana cuando regresaba de una boda.
El automóvil en el que se desplazaba la mujer fue impactado a tiros por un grupo de talibanes, según denunció Fatima Abdullahi, hermana de la víctima, en un vídeo difundido en redes sociales.
“Después de revisar el vehículo y cruzar los puestos de control, las fuerzas de seguridad de los talibanes abrieron fuego contra nuestro automóvil y mi hermana murió en mis brazos”, expresó Fatima.
La represión es más severa tras la retirada de EE.UU.
La partida de las tropas estadounidenses de Afganistán y el regreso de los talibanes al poder ha significado para las mujeres afganas el fin de muchos derechos adquiridos en los últimos años.
La supresión progresiva de las libertades femeninas se ha revelado en un sinnúmero de prohibiciones: se les impide asistir a las aulas de clase donde hay hombres o trabajar como funcionarias gubernamentales.
Se ha visto además el regreso del burka para cubrir sus cuerpos de pies a cabeza en los espacios públicos e incluso la imposibilidad de que una mujer vaya en un automóvil si no es acompañada por un miembro masculino de su familia.
Los islamistas también han impedido que los canales de televisión transmitan series protagonizadas por actrices, se han eliminado las pancartas publicitarias que tengan rostros femeninos y en las tiendas de ropa han cortado la cabeza de los maniquíes que tengan rostros de mujer.
“La vida de las mujeres se ha vuelto muy dura en Afganistán. El asesinato de Zainab, las restricciones de los talibanes a las afganas, por lo que la única opción es alzar la voz, incluso si esto puede suponer un peligro para nuestras vidas”, aseguró Mursal Ayar, una de las organizadoras de la protesta de este domingo.
Un grupo de talibanes no tardó en intervenir en la manifestación en Kabul, rociando gas pimienta a algunas de ellas y provocando lesiones. “Mi ojo derecho comenzó a arder. Le dije a uno de ellos ‘qué vergüenza’, y luego me apuntó con su arma”, dijo una manifestante.
Otras dos manifestantes aseguraron que una de las mujeres tuvo que ser llevada al hospital después de que el aerosol le causara una reacción alérgica.
El temor de las afganas ha provocado que muchas de ellas prefieran quedarse escondidas en sus hogares y que pocas, a pesar de las restricciones, se arriesguen a reclamar por sus derechos en las calles.