Por: Carmen Elisa Balaguera Reyes/ Una frase que escuchamos todos los días en un canal nacional de televisión y que sirve hoy para reflexionar en un tema tan escalofriante como son las estafas que se volvieron hoy tan de moda y lo que dice muy serenamente en una frase: “Ganarás el pan con el sudor de tu frente”, cuán lejos está este lema en todo lo que estamos viviendo en nuestra sociedad.
La pérdida de principios y valores ha sido el detonante para que estas generaciones estén siendo espectadores de lo que no se debe hacer ni permitir pues el nivel alcanzado por la corrupción está llegando a su máxima expresión.
¿Qué nos quedará más grave que la presencia del Covid-19 y sus cepas? Estamos en una época que no tiene símil, ya ni desde la comodidad de nuestros hogares no nos salvamos de las llamadas a los teléfonos fijos y celulares, a los correos electrónicos, y la cantidad de fraude que llega día a día.
Se escuchan testimonios de personas que han sido víctimas y otras señalando las circunstancias por las que podríamos pasar si no tomamos en serio esas advertencias.
Correos que llegan de destinatarios que no conocemos diciéndonos que somos beneficiarios de altas y considerables sumas de dinero, correos que se convirtieron consuetudinariamente para que las víctimas entreguen sus direcciones de correo y a las que se les pide que compartan la información de los bonos, premios y cientos de beneficios a los que se pueden acceder sin ningún esfuerzo.
Cadenas que invitan a renviar a sus contactos y a la vez que cualquier respuesta ingresada será válida, luego de responder a diferentes preguntas, las páginas indican que se debe reenviar para que puedan pasar a la siguiente etapa quienes logren compartir el contenido; así, los cibercriminales juegan con la ansiedad de las personas que no advierten que están ante una estafa.
A muchas personas ya sea por correo, por teléfono o en algunos casos a través de mensajeros también las presionan para que presten sus negocios para actividades ilícitas, pero para algunos casos a la víctima le llama la atención las propuestas y les gana la ambición y en otros casos el miedo los apodera, entran en pánico y no hacen la respectiva denuncia, sino que se allanan a los pedidos de los delincuentes.
En una reunión de amigos un industrial comentó que a raíz de las noticias que nos dejaron asombrados a todos el pasado sábado en relación a la caída de una banda de delincuentes; relataba una circunstancia por la que tuvo que pasar un comerciante que fue víctima de llamadas desde la cárcel, y él no quiso seguir colocándole atención a las mismas, pero le siguieron insistiendo que tenía que convertirse en colaborador de sus causas, a lo que él tuvo que salir de la ciudad para proteger su vida y la de su familia.
Otra modalidad se está evidenciando en las redes sociales, hace unos días aparecían unos avisos con unas letras muy características, mala ortografía y la foto de personas, indicando que eran delincuentes, violadores de niños, secuestradores, homicidas, entre muchos otros delitos. Me llamo la atención, pero no indague mucho al respecto.
Pero sorpresa aún mayor unos días después me lleve, cuando uno de los jóvenes empleados por el contratista de una obra me dice que por favor le colabore, que está en una encrucijada muy difícil, que le van a colocar una publicidad, un cartel donde se dice que es una persona que viola, roba y hasta mata a sus víctimas. Sé de las calidades del muchacho y entre a la página que le escribía constaté efectivamente que era una amenaza la cual yo misma había visto esa publicidad con la fotografía de un hombre joven y le dije que fuera a denunciar, que esa amenaza era porque no les había enviado la suma de dinero que le exigían.
Le dije que me contara como había entablado eso y comenta que empezó a chatear con una supuesta mujer, quién tenía una sugestiva fotografía en el perfil de su WhatsApp y oh sorpresa, al no querer enviar un dinero, tomaron su fotografía que tiene en Facebook y le colocaron un aviso que daba miedo.
No se está salvando nadie, ¿quién controla los celulares en las cárceles?, de donde proviene tanta suciedad, ¿dónde quedó el respeto al ser humano? ¡Dónde los principios y valores? La delincuencia está ganando terreno y hoy estamos en una sin salida, sólo el restablecimiento de los valores en familia es lo que devolvería que se estructura una nueva sociedad donde prime lo fundamental, que toca sudar, trabajar, esforzarse para obtener el sustento diario y no conseguirlo de manera fácil a través de delinquir y de estar amenazando la gente de bien.
*Socióloga.
Correo: celisabreyes2008@hotmail.com
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