El régimen de Bashar al Asad atacó nuevamente este lunes la provincia de Idlib (noroeste de Siria), matando a seis civiles, ignorando un llamado del presidente estadounidense Donald Trump a poner fin al «bombardeo infernal» del ejército sirio y sus aliados contra este bastión yihadista.
Rusia, que apoya militarmente a Al Asad, afirmó que sus militares desplegados en Siria atacaban a «terroristas» en Idlib, provincia en gran parte controlada por Hayat Tahrir al Sham (HTS, la exrrama siria de Al Qaida) y último bastión yihadista en este país.
Desde finales de abril, el gobierno sirio y la Fuerza Aérea rusa han bombardeado sectores yihadistas en Idlib, y otros bajo control de HTS en las provincias vecinas de Hama, Alepo y Latakia.
Si bien Damasco no ha mencionado una ofensiva concreta contra HTS, sigue bombardeando y combatiendo sobre el terreno, recuperando pequeñas zonas de la región.
Más de 300 civiles y unos 700 combatientes de ambos bandos han muerto en un mes, según la oenegé Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Este lunes, los ataques de la fuerza aérea siria apuntaron hacia varios sectores de la provincia, matando a seis civiles, cuatro de ellos en la localidad de Maaret al Noomane, sometida a intensos bombardeos en los últimos días, según el OSDH.
En medio de la destrucción, pobladores huían del bombardeo contra la localidad, mientras los equipos de rescate transportaban heridos o evacuaban sobrevivientes, o sacaban a víctimas de entre los escombros.
«Armas prohibidas»
El Kremlin justificó los bombardeos acusando a los yihadistas de haber atacado zonas progubernamentales. «Los bombardeos de los terroristas procedentes de Idlib son inaceptables y se han tomado medidas para neutralizar estas posiciones de artillería», afirmó en un comunicado.
La víspera, Trump llamó a hacer cesar los ataques.
«Escuchamos que Rusia, Siria (…) están bombardeando infernalmente la provincia siria de Idlib y matando indiscriminadamente a muchos civiles inocentes», tuiteó Trump. «El mundo está viendo esa carnicería. ¿Cuál es el propósito? ¿Qué conseguirán? ¡Paren¡», añadió.
Al menos 23 hospitales y clínicas, pero también escuelas, fueron alcanzados por los bombardeos, según la ONU. Más de 270.000 personas han sido desplazadas, según esta fuente, que advierte de un empeoramiento de la crisis humanitaria.
La oenegé Human Rights Watch (HRW) acusó al régimen sirio y a Moscú de utilizar «armas prohibidas internacionalmente», citando «bombas de racimo, armas incendiarias», pero también «barriles explosivos», generalmente lanzados desde helicópteros sobre «sectores habitados por civiles».
«Siria y Rusia utilizan un cóctel de armas prohibidas internacionalmente contra una población civil atrapada», afirmó en un comunicado Lama Fakih, directora interina para Oriente Medio de HRW.
Desplazados abandonan Al Hol
La escalada de violencia en la provincia de Idlib, fronteriza con Turquía, es la peor desde que Moscú y Ankara, que apoya a grupos rebeldes, anunciaran en septiembre de 2018 un acuerdo sobre una «zona desmilitarizada» para separar territorios yihadistas e insurgentes de zonas gubernamentales adyacentes.
Este acuerdo, que buscaba evitar una ofensiva masiva de Damasco, se ha aplicado parcialmente tras el rechazo de yihadistas a abandonar esta zona.
Este lunes, unas 800 mujeres y niños sirios abandonaban el campo de desplazados de Al Hol (noreste), regresando a sus hogares, en la primera operación de este tipo realizada por las autoridades semiautónomas kurdas.
El reportero vio 17 autobuses cargados con mujeres y niños abandonando el atestado campo que alberga sobre todo a familiares de yihadistas de EI. Serán llevados a las regiones de Raqa y Tabqa (norte), donde viven familiares, según las autoridades kurdas.
Además, entregaron este lunes cinco huérfanos de familias noruegas vinculadas al EI a una delegación del país nórdico. «Cinco niños huérfanos de familias vinculadas al grupo terrorista Dáesh (acrónimo árabe de EI) fueron entregados a una delegación del ministerio de Relaciones Exteriores de Noruega» en la ciudad siria de Ain Issa (norte), señalaron.
En este contexto complejo de guerra, en las últimas 24 horas el ejército israelí bombardeó varias posiciones de fuerzas prorrégimen en Siria, matando a 15 combatientes en una escalada de sus operaciones militares en el país vecino.