Por: Deivy Fernando Vega Herrera/ A pesar de que ni Petro ni Uribe han sido condenados formalmente, los actos de corrupción en sus gobiernos son evidentes e ineludibles. No hace falta que una corte confirme lo que ya demuestran los hechos. Sin embargo, probablemente la mayor desilusión en estos casos la generó Petro, quien hizo su camino político criticando la corrupción de gobiernos anteriores y llegó con la promesa de cambiar las cosas. Si se toma en cuenta que Gustavo Petro representa la primera presidencia de izquierda en Colombia, su gobierno ha reafirmado la idea de que en la política “todos son iguales”, sean de izquierda o de derecha.
La promesa del cambio en el gobierno Gustavo Petro parece más lejana cada día. No necesariamente por el qué se está haciendo (como la reforma pensional), sino por el cómo se está haciendo. Con Petro las viejas formas de hacer política no han cambiado prácticamente nada: la mermelada en cargos públicos[3], los sobornos para aprobar proyectos políticos[4] o la corrupción en contratación[5] han sido más la regla que la excepción de este gobierno. Es irónico que Petro después de más de dos décadas denunciando la corrupción de los políticos tradicionales, como del expresidente Álvaro Uribe, ahora que está en el poder recurre a las mismas estrategias politiqueras que por tantos años criticó.
Un ejemplo de esto está en cómo Petro ha reciclado la vieja estrategia de lavarse las manos ante escándalos de corrupción. Las excusas de gobiernos anteriores, como “todo fue a mis espaldas” o “me acabo de enterar” se han reeditado con el gobierno Petro con frases como “me desobedecieron”[6] o “eso no puede pasar en este Gobierno”[7]. Básicamente todos recurren a echar culpas y no asumir responsabilidades. Si se hace un barrido histórico, esta es la estrategia que utilizó también el expresidente Álvaro Uribe que Petro tanto criticó antes de ser presidente. Es decir, con Petro las viejas justificaciones politiqueras no han cambiado nada.
La razón por la que todos los presidentes usan las mismas excusas es porque saben que la estrategia de lavarse las manos y culpar a sus delegados es casi infalible. Esta estrategia funciona porque en Colombia la justicia no toca a los presidentes o expresidentes. Nunca hemos tenido un presidente o expresidente condenado por corrupción (o por lo que sea), aun cuando los hechos de corrupción en sus gobiernos son claros y demostrables. Por eso quienes defienden al expresidente Uribe alegan que “nunca se la ha demostrado nada”, haciendo referencia a que nunca ha sido condenado por una corte. Lo paradójico es que este mismo argumento es el que ahora utilizarán quienes defienden al gobierno Petro, ya que ni Petro ni Uribe han sido condenados formalmente por una corte, a pesar de que la corrupción de sus gobiernos es evidente.
La clave para que ningún expresidente o presidente haya sido condenado por corrupción en Colombia está en la marcada politización de la fiscalía. Recordemos que la fiscalía, liderada por el (o la) fiscal general de la nación, es quien tiene la obligación de investigar y denunciar ante las cortes la corrupción de los distintos gobiernos. Sin embargo, el problema está en que, por cómo funciona nuestra constitución, es el mismo presidente el que elige los candidatos a ser fiscal general de la nación[8]. Es decir, el mismo presidente elige a dedo a quién lo va a investigar y quién potencialmente lo puede meter a la cárcel. Por eso es tan difícil que la fiscalía investigue y denuncie a un presidente o expresidente, pues es el mismo sistema para elegir al fiscal general de la nación el que garantiza que el manto de la impunidad los cubra a ellos.
Por estas razones, por más que el gobierno Petro proponga proyectos diferentes (como la reforma pensional), el hecho de que recurra a las mismas formas politiqueras y corruptas de gobiernos pasados como el de Álvaro Uribe hace que sea imposible un verdadero cambio. Una cosa es compartir las ideas de las reformas y otra es avalar que el fin justifica los medios. Así las reformas queden perfectamente diseñadas, si hay corrupción es prácticamente imposible que las reformas se ejecuten bien. El verdadero cambio debe empezar en las formas de hacer política, y no únicamente en los contenidos. Por eso mientras en este gobierno sigan las mismas formas corruptas de hacer política, políticos de izquierda y derecha como Gustavo Petro y Álvaro Uribe seguirán siendo dos caras de una misma moneda.
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*Economista y Magíster en Economía y Desarrollo. Asesor pensional independiente con experiencia certificada con Colpensiones y empresas privados. Investigador interesado en la academia. Docente universitario.
(Esta es una columna de opinión personal y solo encierra el pensamiento del autor).
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[1] Colprensa (6 de mayo de 2024). “Me desobedecieron”: Petro denuncia corrupción en programa de ollas comunitarias. El Universal.
[2] Nicolás Rivera Guevara (9 de mayo de 2024). ¿A sus espaldas? 15 escándalos de corrupción en 20 meses del Gobierno Petro. El Colombiano.
[3] Paola Herrera (12 de noviembre de 2023). La mermelada que está salvando la reforma a la salud. Revista Cambio.
[4] Juan Miguel Hernández Bonilla (9 de mayo de 2024). Las reformas de Petro se congelan en el Congreso por el escándalo de corrupción en la UNGRD. El País.
[5] Paola Herrera (7 de marzo de 2024). Corrupción en el ICBF: los contratos que el Gobierno de Gustavo Petro le ha entregado al cartel de las familias falsas. Revista Cambio.
[6] Colprensa (6 de mayo de 2024). “Me desobedecieron”: Petro denuncia corrupción en programa de ollas comunitarias. El Universal.
[7] Nicolás Rivera Guevara (9 de mayo de 2024). ¿A sus espaldas? 15 escándalos de corrupción en 20 meses del Gobierno Petro. El Colombiano.
[8] Andrés Botero Benavides (8 de febrero de 2024). ¿Cómo se elige al fiscal general en Colombia y cuáles son sus principales funciones?. Red Más.
Uyyyy realmente me deja sorprendida está columna pues no existe un uribista que acepte que ese hombre es la peor persona que allá podido estar en la presidencia de colombia, pero tampoco hay petristas que acepten que ese señor Gustavo Petro es de la misma calaña que el Uribe. Excelente análisis, y una visión real y justa del gobierno Petro. Felicitaciones
Tu capacidad para analizar el tema desde múltiples perspectivas es realmente impresionante; logras identificar aspectos que a menudo pasan desapercibidos, lo que añade una profundidad significativa a la discusión.