Pese a que la exguerrilla de las Farc se desmovilizó a finales de 2016 tras la firma del Acuerdo de La Habana con el Gobierno de Juan Manuel Santos, el Departamento de Estado de EE.UU. no retiró a esta estructura, que ahora se consolidó como el partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (Farc), de la lista de grupos terroristas.
“Colombia experimentó una disminución continua de la actividad terrorista en 2017 en gran medida por el acuerdo de paz de noviembre de 2016 con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc). La ONU finalizó la fase de desarme de su misión de monitoreo, recolectando 8.994 armas, 1.7 millones de rondas y más de 40 toneladas de explosivos. El Gobierno acreditó a, aproximadamente, 11.000 excombatientes para la transición a la vida civil.
Sin embargo, hubo desafíos para implementar el acuerdo de paz y un pequeño número de grupos disidentes que rechazaron el proceso. Los informes confirmaron que algunos de estos grupos continúan en actividades ilícitas”, se lee en el documento.
De acuerdo con lo que describen, con información del Gobierno de Colombia, los incidentes terroristas en 2017 disminuyeron un 40% en relación con 2016, en los que no se incluyen los ataques de grupos del crimen organizado. Por ende, para EE.UU. las actividades de los disidentes de las Farc siguen atacando a la sociedad civil.
“Las Farc siguen siendo una Organización Terrorista Extranjera bajo la Ley de Inmigración y Nacionalidad. No obstante, el Gobierno colombiano clasifica a los disidentes de la guerrilla como criminales. Si bien las motivaciones ideológicas de tales grupos y las conexiones en curso con las Farc desmovilizadas no están claras, hemos incluido los actos de violencia por parte de los disidentes en este informe”.
En el documento, expresan además su preocupación por la implementación del acuerdo que ha sido lento, causando disertación por parte de algunos de los integrantes que deciden volver a la actividad criminal.
Además de las Farc, el reporte también incluye al Eln y describe algunos de los hechos registrados durante 2017: 45 ataques al oleoducto Caño Limón Coveñas y las muertes de algunos líderes sociales y civiles.
Por otro lado, advierten que las organizaciones criminales transnacionales han tomado las antiguas rutas de las Farc para el contrabando, narcotráfico, migración ilegal y otras actividades ilícitas.
Señalan también como problema la falta de presencia del Estado en las fronteras con Brasil, Ecuador, Perú y Venezuela, sirviendo estas delimitaciones como refugio para estos grupos que ayuda a la presencia de estos grupos ilegales.