Al menos 7 millones de colombianos han abandonado el país en las últimas décadas, una tercera parte están en Estados Unidos, un 23% en España y un 20% en Venezuela.
Por: Holger Díaz Hernández/ La emigración de colombianos se ha dado a lo largo de la historia de diferentes maneras y hacia diferentes destinos. En la segunda mitad del siglo XX se dieron tres olas migratorias, en los años 70s a USA, en los 70s y 80s a Venezuela y a finales de los 90s a España, en la primera salieron personas de buen nivel educativo y de clase media y alta y en las siguientes principalmente gentes con formación técnica y básica, pertenecientes a los estratos 3 y 4.
Al menos 7 millones de colombianos han abandonado el país en las últimas décadas, una tercera parte están en Estados Unidos, un 23% en España y un 20% en Venezuela y en menor porcentaje en Panamá, Canadá, Ecuador y Australia, se considera que el 5.8% de los nacidos en el país emigran, es el más alto después de México a nivel de Latinoamérica.
En los EEUU viven unos 2.5 millones de colombianos, la mitad de ellos en La Florida siendo la segunda colonia más importante después de la cubana, en New York y New Jersey están unos 500 mil y el resto en California, Texas y Massachusetts, entre otros.
El aporte de nuestros connacionales ha sido importante en lo económico, cultural y político a EEUU, constituyéndose en una población que actualmente tiene un nivel educativo por encima del promedio de los americanos en general (39% con título universitario o de licenciado contra un 27% de ellos, diferencia que es más marcada con respecto a las mujeres.
Pero es durante el 2022 que se da una salida masiva e intempestiva de connacionales, más de 547 mil personas lo hicieron (2,7 veces más que el promedio de los últimos años), cifra que rompe todos los registros anteriores, incluso los de la década de los 90 cuando se presentó una escalada de inseguridad y violencia en el país.
Este fenómeno obedece a múltiples factores, entre otros la falta de confianza en la institucionalidad, la alta inflación, la preocupación por una posible recesión y la percepción de que el país va mal. A todo esto, se suma el atractivo que produce el aumento sostenido de la tasa de cambio del dólar con respecto al peso colombiano y la posibilidad de generar divisas que ingresan y ayudan a la economía de las familias, durante el año anterior se acercaron a los 10 mil millones de dólares.
La mayoría de quienes migran lo hacen de manera ilegal a través del “hueco” hacia EEUU, siendo casi el 80% población joven menor de 40 años, con estudios universitarios, lo cual genera una pérdida muy importante desde el punto de vista del capital humano y productivo que tanto necesitamos.
Preocupa de sobremanera que en el primer trimestre de este año la tendencia migratoria se mantiene, sin que se hayan dado medidas desde el estado para contrarrestar esta problemática que no solo socava la confianza en el futuro, sino que está permitiendo que nuestros jóvenes emigren y dejen de ser esa importante corriente que le inyecte ese dinamismo que tanto requerimos, en medio de las dificultades que atraviesa el país.
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*Médico cirujano y Magister en Administración. Director de Corrillos.