Por: Jesús Heraldo Rueda Suárez/ Vivir el momento presente nos conecta con nuestro verdadero ser, en ocasiones quedamos atrapados en el tiempo, por lamentar el pasado o temer el futuro, vivir el presente nos permite salir de esta trampa, nos permite existir, y descubrir las oportunidades que la vida nos ofrece a cada momento, el presente, es la oportunidad de disfrutar de todo lo bueno que nos rodea.
Cuando nos encontramos enfermos o ante una situación adversa ahí si somos conscientes del aquí y el ahora, de nuestro presente, ese que ignoramos sin darnos cuenta, sacrificar nuestro presente por pensar en el futuro nos impide disfrutar del “ahora”, y es el ahora, donde se encierra todo lo positivo, toda nuestra felicidad.
No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy, nos decían los abuelos, quizás en alguna ocasión lo hayamos puesto en práctica, eso sí, creo que nos ha durado muy poco, las prisas, el estrés y la conciencia de pensar siempre en el futuro nos impiden mirar a nuestro momento presente y ver lo que hemos conseguido hasta el momento, impidiéndonos disfrutar de nuestros logros.
Esto no quiere decir que no debamos pensar en nuestro pasado ni en nuestro futuro, el pasado nos ayuda a aprender y progresar; y el futuro nos ayuda a conseguir nuestras metas, a motivarnos y soñar con aquello que deseamos, pero, ese futuro y ese pasado son el resultado de cómo vivamos el presente.
Si pensamos que este es solo un día más en nuestra vida, estamos muy equivocados no es solo otro día, es el único día que se nos ha otorgado, el hoy, la vida nos lo ha permitido, es un regalo, es todo lo que tenemos aquí y ahora, y la única respuesta apropiada a ese regalo es disfrutarlo, agradecerlo, en una palabra, vivirlo.
Bien es cierto que el presente tan solo dura un instante, un minuto que ya haya pasado se puede considerar pasado y el minuto al que nos dirigimos es nuestro futuro, sé que el tiempo es efímero y cuesta saborearlo, lo curioso es que le damos más importancia a nuestro pasado y a nuestro futuro que a nuestro propio presente, y ese presente pasa tan rápido delante de nuestros ojos, tanto que ni nos damos cuenta de ello, estamos acostumbrados a mirar dónde vamos a pisar, en vez de fijarnos en nuestras propias pisadas.
Evadir el presente es algo que hacemos inconscientemente, lo ignoramos sin darnos cuenta, no vivir nuestro presente nos hace idealizar el futuro en el que siempre pensamos, ese futuro al que nos dirigimos, pero que vemos como algo muy lejano, un futuro idealizado casi como un sueño, sin saber que dé como vivamos el presente, depende que ese futuro se haga real, el futuro es ese minuto, esa hora que está por llegar, la que le sigue al presente que estamos viviendo, pensar en el futuro como algo lejano e idealizado es una vía de escape ante un presente con el que no nos sentimos conformes.
Alcanzar metas, cumplir sueños es algo indescriptible y satisfactorio y cuando lo logramos, seguidamente pensamos en el día de mañana y así sucesivamente, pero debemos ver los pasos que estamos dando, y como los estamos caminando; y si deseamos hacer algo, pues manos a la obra “hagámoslo ya” un viaje, cambiar de trabajo, darle un giro a nuestra vida, dejemos de pensar que el día de mañana será mejor que ahora, si estamos seguros de algo no lo pensemos, ¡solo hagámoslo ya!
Aceptemos que no tenemos el control de todo lo que nos sucede, muchos de los eventos cotidianos se escapan de nuestro control y eso está bien, debemos identificar las cosas que se escapan de nuestras manos y cuáles no, una vez que las reconozcamos debemos preguntarnos: ¿qué sentido tiene preocuparse por aquello que no puedo controlar? Y, en caso de tener el control, pues a ocuparnos, en vez de preocuparnos.
Dejemos de pensar en lo podíamos haber hecho o en si lo haremos otro día. el presente es lo que cuenta, no permitamos que nuestra vida pase delante de nuestros ojos sin sentido alguno, seguro que cuando empecemos a vivir el momento presente seremos más conscientes de las cosas que son importantes seremos más compasivos con nosotros mismos y de seguro dedicaremos más tiempo de calidad con aquellos que nos rodean, y viviremos con propósito.
El secreto para que nuestra vida adquiera el significado que queramos darle es, actuar, en la vida la acción es lo que cuenta, el aquí y él ahora es en lo que debemos pensar, solo en un 30% de nuestro tiempo estamos realmente viviendo el presente, lo malo no es que invirtamos tan poco tiempo, sino que mucha gente nunca logra vivir en el ahora.
Siempre se ha dicho: seré feliz cuando… consiga jubilarme del trabajo, cuando logre llegar a la meta seré feliz, siempre le anteponemos un cuándo, muchas personas ponen condiciones a su felicidad, esto es un gran error, porque nunca debemos pensar en la felicidad como una meta, cuando puede perfectamente estar en todo el camino, la felicidad como meta dura solo un momento o unos pocos minutos, pero la felicidad en el camino durará toda nuestra vida.
El secreto de la felicidad consiste en abrir los ojos a todas esas cosas que suceden en nuestro presente, en el ahora, la clave está en ser observadores, si lo hacemos nos vamos a dar cuenta que todos los días son únicos, nuevos y especiales, nada en esta vida se repite, de tal suerte que sin importar nuestro pasado o cuan incierto es el futuro, no debería preocuparnos, porque no existe, de lo único que estamos seguros es de nuestro ahora.
Así que siempre lo he dicho: Bailemos, corramos bajo la lluvia, riamos, juguemos, saltemos, seamos felices y ser felices depende de nosotros.
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*Profesional en Mercadeo
Twitter: @heraldoru
La felicidad es tomar con alegría lo que la vida nos proporciona, Conociendo y dejándonos Guiar por Dios… El camino a la felicidad está en Dios. Excelente reflexión, Gracias.