Por: Harold Jesús Durán Durán/ Es un ejercicio esencial que no solo nos permite cerrar ciclos de manera consciente, sino también abrir nuevas etapas con propósito, organización y dirección clara.
El cierre de un año no es una simple página que se pasa, por malo que haya sido, es una oportunidad para agradecer por los momentos vividos y recalibrar nuestra brújula hacia lo que se viene. Este proceso de transición puede ser transformador si lo abordamos desde tres pilares fundamentales:
1- La ayuda de Dios.
2- La organización.
3- El presupuesto.
1- La dirección de Dios: el verdadero norte
Ningún plan está completo si no se alinea con la voluntad de ÉL. Dedicar tiempo a la oración y la reflexión espiritual es el ancla que nos permite navegar las incertidumbres del futuro con confianza. Entregar nuestros sueños y metas a Dios nos da la certeza de que, independientemente de los desafíos, todo contribuye para bien. Como dice Proverbios 16:3: “Encomienda al Señor tus obras, y tus pensamientos serán afirmados.”
De esta manera es importante que tengas claro a donde quieres llegar pero así mismo debes saber que lo harás por la voluntad de Dios, tal vez existan obstáculos en el camino que servirán de aprendizaje, pero ante todo, no pierdas la Fe que lo vas a lograr.
2- Organización: Planea para ganar tiempo
El caos no tiene cabida cuando el propósito guía nuestras acciones. Antes de despedir el año, dedica tiempo a revisar tus metas personales, profesionales y familiares. Pregúntate: ¿Qué pude haber hecho mejor? ¿Qué recursos tengo ahora para mejorar en el próximo año? Usa herramientas como agendas, calendarios digitales o incluso simples listas de tareas para trazar un plan claro que te ayude a aprovechar cada día de 2025 al máximo.
Te recomiendo hacer una “visión board” o “cartelera de los sueños”, usa fotografías y textos que reflejen tus metas en las diferentes áreas, vincula a tu entorno (hogar, familia, amigos, mascotas, etc), especifica lo que quieres realizar, ten precisión en lo que plasmas y de esta manera sabrás la ruta 2025.
3- Presupuesto: Más que dinero, es disciplina
El control financiero es esencial para alcanzar estabilidad y paz. Haz un análisis de tus gastos en 2024, identifica las áreas donde puedes mejorar y establece un presupuesto realista para 2025. Recuerda incluir a Dios en tu presupuesto, para que sea cualquiera la accion que realices, hazla para agradarlo.
Es importante que tengas claro que no se trata solo de ahorrar, sino de gastar con intención e invertir inteligentemente. Considera incluir en tus planes inversiones en aprendizaje, salud y bienestar espiritual.
Para reflexionar…
Cerrar el 2024 con agradecimiento y perdón para comenzar un 2025 con visión es una decisión que está en nuestras manos. Hacerlo de manera organizada, presupuestada y lo más importante bajo la dirección de Dios nos permite construir un año lleno de propósito, paz y progreso. Recordemos que cada nuevo año es un nuevo libro donde tenemos la oportunidad de escribir una mejor historia, no solo para nosotros, sino para quienes nos rodean.
Así que recuerdan son 3 pasos que nos llevaran a una mejor versión de sí mismos y ahora te pregunto: ¿Estás lista (o) para dar este paso con fe y determinación?
Pd: Gracias a ti que te tomas el tiempo de leerlo hasta el final, deseo que Dios prospere cada área de tu vida y con determinación logres cada meta que te propongas. ¡Feliz 2025!
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*Médico especialista en gerencia de instituciones de salud y gerencia estratégica de proyectos.
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