La política regional colombiana se encuentra en plena efervescencia preelectoral, y Barrancabermeja, epicentro energético y sindical del país, vuelve a ser protagonista. Esta vez, el foco está sobre una alianza que ha despertado suspicacias y expectativas: la fórmula política entre Elkin Bueno Altahona, exalcalde de la ciudad, y Aleida Noguera, actual concejala, con el respaldo estratégico del ministro de Minas y Energía, Edwin Palma Egea.
El proyecto, que busca posicionarse en las elecciones legislativas de 2026, ha sido avalado por el partido La Fuerza de la Paz, liderado por Roy Barreras, y no por el Pacto Histórico, pese a los vínculos de Palma con el presidente Gustavo Petro.
La confección de la fórmula Elkin-Aleida no es casual. Aleida Noguera, concejala con ascendencia en sectores barriales y sindicales, fue elegida en 2023 con el respaldo tácito de Edwin Palma, quien desde su rol como ministro ha mantenido presencia activa en la región. Su perfil técnico y comunitario complementa el desgaste político de Elkin Bueno, quien busca recuperar protagonismo tras una derrota contundente en las últimas elecciones municipales.
Elkin Bueno, varias veces alcalde y figura reconocida en el Magdalena Medio, ha optado por una estrategia de reconfiguración: aliarse con una figura emergente, femenina y con respaldo institucional. La fórmula, según fuentes cercanas, busca capitalizar el voto sindical, comunitario y femenino, apelando a una narrativa de renovación desde la experiencia.
¿Una jugada de centro?
El proyecto político no se inscribe en el Pacto Histórico, lo que ha generado confusión entre los votantes. Aunque Edwin Palma es considerado uno de los hombres de confianza de Petro, el aval proviene de La Fuerza de la Paz, partido fundado por Roy Barreras con una vocación de centro liberal y moderación política.
Barreras ha insistido en que su colectividad no compite con el Pacto, sino que lo complementa. Sin embargo, esta alianza revela tensiones internas en la coalición de gobierno, donde figuras como Palma optan por caminos alternativos para consolidar sus aspiraciones políticas. Elkin Bueno, por su parte, ha sido claro: no participará en la consulta interna del Pacto Histórico y su nombre aparecerá en las listas de La Fuerza de la Paz.
El declive electoral de Elkin
La apuesta de Bueno por el Congreso llega en un momento complejo. En las elecciones municipales de octubre de 2023, fue derrotado por Jonathan Stível Vásquez Gómez, quien obtuvo más del doble de votos: 71.183 frente a los 28.382 de Bueno. La diferencia de casi 45.000 sufragios evidenció un desgaste profundo en la figura del exalcalde, quien no logró conectar con las nuevas demandas ciudadanas.
Además, la elección de Vásquez está bajo investigación por presuntos delitos electorales, incluyendo compra de votos y uso indebido de recursos. Bueno ha solicitado ser reconocido como víctima en el proceso penal, argumentando que las irregularidades afectaron no solo su candidatura, sino también a líderes comunitarios, sindicatos y empresarios locales.
Este contexto judicial ha sido utilizado por Bueno para reposicionarse como defensor de la transparencia electoral y la democracia local, aunque algunos sectores consideran que se trata de una estrategia para justificar su derrota.
Los escándalos de Palma
La figura de Edwin Palma no está exenta de controversia. Antes de ser ministro, fue presidente de la Unión Sindical Obrera (USO), donde enfrentó críticas por su estilo confrontativo y por decisiones administrativas que generaron divisiones internas. Su paso por la USO lo consolidó como un líder sindical con proyección nacional, pero también como un personaje polarizante.
Más recientemente, Palma fue interventor de la empresa de energía Air-e, donde la Procuraduría General de la Nación ha abierto una investigación por presuntos sobrecostos en contratos de adquisición de materiales. Según denuncias publicadas por la revista Cambio, Palma habría implementado un sistema de tercerización que generó millonarios sobrecostos, evadiendo controles legales y favoreciendo a contratistas sin experiencia.
Además, se investiga posible nepotismo por el nombramiento de familiares en cargos directivos y la “maquillación” de cifras presupuestales durante su gestión. Palma ha respondido que ha enfrentado más de 30 procesos disciplinarios y penales, y que siempre ha demostrado su inocencia. Sin embargo, el daño reputacional persiste y podría afectar su capacidad de movilización política en 2026.
¿Alianza o una coalición de desgaste?
La alianza entre Palma y Bueno, con Noguera como figura emergente, plantea interrogantes sobre su viabilidad electoral. Por un lado, representa una convergencia entre experiencia política, liderazgo sindical y renovación femenina. Por otro, enfrenta el desgaste de dos figuras cuestionadas y la ambigüedad ideológica de un partido que se define como “centro liberal” pero que cohabita con el Pacto Histórico.
La ausencia de un respaldo explícito del presidente Petro y la distancia con los sectores más radicales del Pacto podrían limitar el alcance nacional de la fórmula. Además, el contexto judicial de los tres protagonistas —Palma investigado, Bueno derrotado y Vásquez imputado— configura un escenario de alta volatilidad política en Barrancabermeja.
La fórmula al Congreso busca construir una narrativa de reconciliación, renovación y justicia electoral. Sin embargo, el éxito de esta apuesta dependerá de su capacidad para superar los escándalos, reconectar con las bases sociales y ofrecer una propuesta legislativa creíble.
Esta alianza deberá demostrar que no es solo una estrategia de supervivencia política, sino una verdadera propuesta de transformación para el Magdalena Medio y el Congreso de la República.