Por: Jesús Heraldo Rueda Suárez/ Escribía Neruda: “la risa es el lenguaje del alma”, la risa es una de las herramientas más sinceras que nos permiten comunicarnos, pero no la única, está la mirada, la caricia o incluso el llanto, paradójicamente a veces quien más ríe, es de igual forma quien más llora por dentro.
Cuando reímos inconscientemente estamos empleando un idioma personal con el que informamos al resto de más cosas de las que pensamos, aunque nos invada la tristeza o la ansiedad, si reímos, vivimos y nuestra alma vive, porque independientemente del sentimiento que nos envuelva, si reímos es una señal de que estamos vivos y de que nuestra alma vive: incluso las sonrisas que duelen (esas que quedan en el límite entre la pena y el coraje sin llegar a ser risa) nos sitúan activamente en el mundo.
Reír por nerviosismo, reír a causa de una gran felicidad, reír con humor, reír de nostalgia, reír por complicidad… La risa es infinita y sus modos de manifestarse también lo son, y queda claro que la “la Risa es un remedio infalible”.
La risa es tremendamente relajante, es una gran meditación, por ello riamos totalmente, con ello entramos en un espacio de no-mente, de no-tiempo, porque la mente vive de expectativas, la risa es algo que viene del corazón.
La risa combate los estados de tristeza, así como el estrés diario, eleva la autoestima y la confianza en nosotros mismos, disminuyendo la vergüenza o el miedo, creería que podemos decir que refuerza el sistema inmunológico: los pulmones, el cerebro y el corazón lo agradecen, pues la presión arterial disminuye y los músculos se relajan, la risa, además de comunicar, conduce a la felicidad
La risa no solo habla por cada uno, aporta beneficios personales, deja su influencia en quienes la perciben, así, la risa es capaz de tranquilizar, de curar, de animar, de alegrar o incluso de abrazar y las hay de esas que salen del alma y se clavan en el alma de alguien para siempre, y otras oportunas que se desvanecen en el aire tras haber aportado algo momentáneo, también las hay de esas que nos definen y nos identifican ante los demás o de esas que provocan que otros se sumen a los ataques de carcajadas, la risa es salud y alarga la vida, la risa traspasa barreras, nos aproxima a los que nos rodean, nos hace sentir bien, elimina los miedos, el estrés, y la ansiedad.
Los niños se ríen unas trescientas veces al día, los adultos una media docena, muy poco, sobre todo si tenemos en cuenta todo lo que nos aporta, dado que al reírnos realizamos un ejercicio aeróbico sin ir a ningún gimnasio: con cada carcajada ponemos en marcha unos cuatrocientos músculos, ayudándonos a adelgazar y a reactivar el sistema linfático, responsable en gran medida de poner en marcha el sistema inmunológico, motivo por el cual, reír, nos ayuda a prevenir y combatir enfermedades.
El movimiento del diafragma produce un masaje que ayuda a reducir los ácidos grasos y las sustancias tóxicas, además de favorecer la digestión, previene el infarto, dado que este masaje también se realiza sobre el corazón, fortaleciéndolo, aumenta considerablemente la oxigenación: consigue que, entre el doble de aire en los pulmones, tiene un poder analgésico porque pone en funcionamiento las endorfinas, que son sedantes naturales similares a la morfina, dado el ejercicio y el bienestar que produce la risa, colabora positivamente para conciliar el sueño, dentro de nuestro cerebro, en general, estar de buen humor nos hace olvidar las molestias que tenemos.
Cuando nos reímos no podemos estar preocupados porque son dos estados opuestos, elimina el estrés, dado que aparecen hormonas que elevan el tono vital y nos hacen sentir cómodos y felices, reírnos tiene el efecto de ponernos las gafas de ver lo bueno que nos rodea y, por lo tanto, ahuyenta al espectro de las ideas depresivas, estimula estados de ánimo positivos, aportando relajación, confianza, motivación.
Reírnos nos permite exteriorizar nuestros sentimientos y emociones, ayuda a cohesionar los grupos, las personas que ríen juntas se sienten mucho más unidas y más preocupadas las unas de las otras, reír y estar de buen humor, tiene un alto poder comunicativo, aumenta el pensamiento positivo, la creatividad y la capacidad para resolver problemas porque sentirse bien nos ayuda a utilizar mejor nuestras capacidades y posibilidades mentales.
Ahora bien, debemos tener presente que la vida también tiene momentos serios y difíciles, los cuales se deben asumir de la misma manera, por ello si bien es cierto reír es maravilloso y nos ayuda a sentirnos bien, también necesitamos equilibrarlo con momentos de reflexión, aprendizaje y empatía hacia los demás, no es prudente reír en funerales, malas noticias o momentos de dolor ajeno, o cuando alguien se siente herido o avergonzado, recordemos que reírse de alguien puede hacer mucho daño, en ambientes formales; reuniones de trabajo, estudio a menos que la situación lo permita, la clave es leer el ambiente y tener sensibilidad hacia los demás.
Sólo me resta pedirles, como mínimo, una sonrisa, y terminar diciendo que, la risa nos permite regalar todos estos beneficios de una forma muy sencilla a los que nos rodean.
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*Profesional en Mercadeo
Twitter: @heraldoru
La risa es un don de Dios que ayuda a enfrentar la tristeza y la vida en general. Es una expresión de alegría que puede trascender las barreras en cualquier cultura. Gracias , Dios te Bendiga siempre.