Por: Ronald Picón Sarmiento/ Todos creíamos que con la llegada de Juan Carlos Cárdenas a la Alcaldía de Bucaramanga estaríamos sumergidos insalvablemente en el continuismo, en lo particular pensé que se trataba de un títere puesto a capricho por Rodolfo Hernández quien se ufana, cual nuevo mesías politiquero de reencarnar los intereses del pueblo en nuestra amada Ciudad Bonita, sin embargo todo parece indicar que la cosa no es así, ese matrimonio no sobrevivió ni la luna de miel y en definitiva, quienes no conocíamos a Cárdenas, nos equivocamos de criterio.
Hoy entiendo lo que pasa en Bucaramanga entre estos dos personajes con el símil entre Uribe Vélez y ‘Juanma’, en donde el primero creyó que el segundo seria su lacayo y el otro aprovechando la oportunidad tomó solo el toro por los cuernos desconociendo a su mentor, sin el cual no habría sido jamás gobernante.
Calcado está pasando acá en nuestro terruño, en una primera salida, “rodolfito el tierno” sale a humillar a Cárdenas diciendo que sin su apoyo no habría conseguido más de 5000 votos, cosa que no por ser ofensiva y denigrante deja de ser cierta, pero que tiene mal calado entre dos “amigos” que sumaron esfuerzos para lograr un objetivo político.
Además, se percibe como una forma de dominación, esto es, de demostrar señorío y poderío político de la forma antigua, cuando el esclavismo era legal y eran válidas las formas de desprestigio y humillación, formas a las que está habituado este falaz patriarca que hasta hace poco dirigía los hilos de la ciudad pero que fue suspendido, prefiriendo renunciar que encarar su valida y legitima sanción.
Otra cosa que se dice ha causado escozor entre estos dos personajes, es la forma en que Cárdenas ha afrontado su nueva oportunidad al poder, pues rápidamente y sin el aval de su “patrón” fue corriendo a reunirse con Duque en Bogotá, además que se le vio muy feliz y sonriente posando en fotos que se hicieron virales en redes con el gobernador electo Mauricio Aguilar, que no es para nada de los afectos del ‘pater’ de la Liga.
También pudimos observarlo sonriendo con el pupilo del alcalde de Floridablanca y hoy electo mandatario Miguel Ángel Moreno que pertenece a una casa muy atacada por el rodolfismo, pero que a Cárdenas no pareció importarle.
Esto demarca, evidentemente, un desprendimiento y un cambio de actitud radical en el manejo de las relaciones con sus compañeros de cuatrenio, frente a lo que nos traía acostumbrado el ingeniero Hernández, a quien imagino se le deben encrespar los pocos pelos que le quedan al ver a su pupilo tratando de confraternizar con sus “enemigos politiqueros”.
Ahora bien, todo esto obedece al perfil del nuevo mandatario, hombre de negocios, alto ejecutivo, caracterizado, según los que lo conocen, por ser un buen jefe, de buen trato con su personal y muy eficiente en sus metas y proyectos, particularidades que distan mucho de su antecesor quien se define por muchos como un simple chabacano con plata que no tiene clase y que todo lo quiere resolver a gritos.
Por estas razones se dice a viva voz que ya se pelearon, que están distanciados, que no se están entendiendo y que el viejito -al parecer- está arrepentido por haber puesto a este y no a otro que si le hiciera caso ciegamente, esto sin contar con la molestia que se ha propagado entre sus concejales electos a quienes, según se cuenta por algunos, les exigieron solo gobernar por un año, para dar lugar a los otros de la lista, en razón a que los voticos son de Rodolfo únicamente y de nadie más, todo esto aunado a la supuesta rencilla y división que tuvo con el Partido Verde, que pretendía la presidencia del concejo municipal el primer año, pero que Rodolfo no avaló y más bien terció con otros partidos tratando de hacer prebendas para evitar que llegue el concejal Parra a quien también pretendió manipular a capricho por los cinco minutos que le regaló en su Facebook Live, pero este finalmente no se dejó maniatar, fracturando esa relación, eventualidades que anuncian años aciagos para la Liga que posiblemente desembocarán en la desaparición de este insipiente movimiento significativo de personas que desde luego dará aun de que hablar en los próximos comicios electorales.
Amanecerá y veremos qué futuro le depara a Bucaramanga en manos de Juan Carlos Cárdenas, quien tiene la responsabilidad histórica de hacer de esta ciudad un lugar mejor, máxime cuando sobre sus hombros pesan más de 140 mil votos que, aunque hoy se digan que son de Rodolfo, los anales dirán que fueron por este desconocido empresario que llego de Perú a ‘casarse’ con Rodolfo y seguir en lo mismo sin pena ni gloria o que por el contrario se divorció de este casi nonagenario dirigente y marcó un nuevo rumbo para esta ciudad.
Esperemos entonces en que concluye esta novela y que nuevas noticias nos traen estas épocas decembrinas.
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