Por: Paola Guarín/ El comercio electrónico hoy por hoy se convierte en una conveniente e importante alternativa de transacción comercial, donde solo requiere un teléfono móvil, conectividad a internet y lo más importante, la necesidad de adquirir, vender o hacer trueques de bienes o servicios, con la finalidad de crear una atmosfera de satisfacción de tal intercambio.
Antes de la pandemia, Santander representaba un departamento con bajos índices de exportación de productos en mercados internacionales, sin desmeritar aquellas existentes que representaban musculo económico a la hora de dar una interpretación global de nuestro comercio exterior.
Sin embargo, en a actualidad, las condiciones regionales, nacionales y mundiales, han obligado a depender de iniciativas enfocadas en la implementación de plataformas virtuales y pedagogía en TIC, con el fin reactivar el comercio económico, como único salvavidas para muchas empresas o familias, cuyos ingresos fueron reducidos de manera estrepitosa producto de la pandemia.
La transición del mercado físico al mercado electrónico, no ha sido una tarea fácil de emprender, especialmente en regiones y zonas rurales, donde la conectividad en escasa, la pésima malla vial y la indiscutible brecha entre los precios de los productos ofertados por los pequeños agricultores colombianos versus empresas importadoras de productos agrícolas y demás terceros o revendedores de productor locales.
El e-commerce puede ser una de las grandes revoluciones de las zonas rurales, dedicados, mayoritariamente, a la agricultura y a la ganadería. Una de las quejas más reiteradas por parte de los pequeños productores son los precios de venta debido a la larga cadena de intermediarios entre el productor y el consumidor final, lo que conlleva a concluir, la necesidad de regular o crear alternativas de incentivar la producción local y fijar reglas de juego a intermediarios.
En lo que respecta nuestros departamento, Santander está creciendo a la fuerza, con la necesidad de dar el salto al e-commerce es un paso natural en ese proceso, especialmente cuando la dimensión del mercado accesible a través del canal online no para de crecer y ya puede sostener económicamente un negocio 100% online como se evidencia en las pequeñas o medianas empresas.
Urge incentivar el e-commerce en todos los mercados de la región, especialmente los agrícolas, requiriendo conocimientos avanzados de programación y pedagogía informática con el fin de establecer publicidad masiva y establecer una tienda operativa en cuestión de días.
Sería muy interesante, conocer de primera mano, las iniciativas impulsadas por los Concejos Municipales, Alcaldías o la misma Gobernación Departamental, que generen un impacto actual y significativo en apoyo de la economía local, incentivar la apertura de empleos y alivios económicos especialmente dados a los agricultura, quienes son los más golpeados por el aislamiento obligatorio y que paradójicamente, son la reserva alimentaria de la región en caso de escases de productos de primera necesidad.
Ya hay ejemplos de éxito de e-commerce en algunas zonas del país, cuyo único patrón necesario para ello es el apoyo en estrategias y conocimientos de marketing online o se manejen bien en el entorno de las redes sociales, manito que pide el campo en tiempos de pandemia y que sin lugar a dudas será una tabla de salvación, a la hora de sufrir una crisis de abastecimiento de productos a nivel local.
*Abogada.
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