Por: Gustavo Herrera Acelas/ El Covid-19 nos arrebató a Santander un gran personaje. Tuve el privilegio de conocer muy bien y compartir los últimos años al irreverente, visionario y dinámico, mi consejero Jorge Enrique Mesa Correa, quien al igual que Napoleón y Bolívar, era pequeño de estatura, pero grande en ideas, entusiasta defensor de las ideas conservadoras, pero en su actuar era de ideas liberales, un alma que dejó para la posteridad la huella imborrable de su liderazgo y gallardía. Un verdadero comunero.
Nacido en las bravas tierras de Carcasí, en la provincia de García Rovira hace 77 años, quien muy temprano decidió irse a formar académicamente a la capital de la república y estudió con el cura Camilo Torres Restrepo en la Universidad Nacional en Bogotá, allí se volvió famoso a sus escasos 17 años como representante del comité estudiantil ya que fue protagonista de un suceso nacional con el presidente de Colombia de la época, Carlos Lleras Restrepo.
La enemistad entre Lleras y los estudiantes se remontaba a la campaña electoral de 1964, en la que el entonces candidato intentó presentar sus propuestas en la Universidad Nacional, pero fue rechiflado e insultado antes de comenzar a hablar y Mesa Correa le tiró un tomatazo en la cabeza y fue detenido transitoriamente por las autoridades y el presidente Lleras tuvo que permanecer arrinconado durante varias horas en la oficina de la decanatura de Derecho junto a su ministro de Agricultura y a Nelson Rockefeller, el mismo descendiente de la familia más poderosa del mundo, quienes pretendían ingresar a la universidad a inaugurar un edificio que este último había donado.
“Abajo el imperialismo yanqui… Fuera la intervención extranjera en la universidad”, gritaba Mesa Correa. Y entonces, un Lleras furioso y descontrolado declaró ante la prensa que se había reunido para la inauguración: Ahí le comunicó al “coronel Matamoros, movilice la tropa inmediatamente y despeje de los alrededores a estos vagabundos que quieren implantar el desorden (…). No va a ser el presidente de la República quien no pueda entrar a la universidad”.
A partir de aquel día no hubo vuelta atrás, Jorge escribiría su gran historia, una persona brillante y polémica, generador de ideas empresariales que vivió como quiso y se gozaba su irreverencia.
Fue el impulsador de grandes proyectos en el departamento. Capitán del Movimiento Único de Renovación Conservadora (Murco), de cuya línea ideológica y de cuyos cuadros directivos hizo parte, al lado del exgobernador y exparlamentario Jorge Agustín Sedano González e intervino en los procesos de paz que se iniciaron en Santander hace varios años.
Creador y fundador de la compañía financiera ‘Bienes y Valores’, semillero de emprendimientos que condujeron a la creación de empresas de transporte como Tax Sur y Oriental de Transportes y de la Televisión Regional del Oriente, hoy convertida en TRO, mantuvo entre sus inquietudes la iniciativa de organizar un grupo editorial destinado a la elaboración de textos pedagógicos, que desarrollaron el espíritu social y jurídico de la nueva Constitución Política de Colombia, expedida por la Asamblea Constituyente de 1991.
Otra de sus grandes iniciativas fue la creación de ‘Proviservicios’, una empresa que popularizó el suministro de gas natural para el consumo doméstico en diferentes municipios de Santander, Antioquia y otros departamentos. Hoy dirigida por su hijo Saúl Mesa.
En la vida pública se desempeñó como director de Valorización Municipal de Bucaramanga y como subgerente del Instituto de Crédito Territorial, al lado del abogado Rodrigo Guarín Rueda, quien hizo posible la construcción de la Ciudadela Bucarica de Floridablanca, la Avenida González Valencia y la Rosita. Perteneció a varias juntas directivas y fue amigo de varios presidentes de la república, ministros, parlamentarios, gobernadores, alcaldes, procuradores y de cuanta figura política santandereana descollaba en los escenarios de la representación popular.
Durante los últimos años de su meritoria existencia estaba dedicado a su finca a las afueras de Bucaramanga vía al mar, a sus nietos que adoraba y a formar nuevos liderazgos sirviendo como miembro de la junta directiva de la Casa Conservadora de Santander.
Otra polémica nacional de Jorge Enrique Mesa Correa, tiene que ver cuando fue notificado por el grupo de vigilancia del transporte aéreo que lo sancionó con una multa de 18 millones de pesos porque según la Aeronáutica Civil el hombre se bajó los pantalones en el aeropuerto El Dorado.
El insólito hecho ocurrió el 26 de diciembre de 2018 pero, Jorge Enrique Mesa hábil como era manifestó a todos los medios de comunicación importantes del país y retomó vigencia, manifestó lo siguiente: “Yo viajo frecuentemente y siempre que paso a la zona de embarque me hacen pasar por el detector de metales y pasé y al pasar sonó el pito, me dijeron quítese los zapatos, me los quité, saqué todo lo que tenía en el pantalón, sáquese la cartera, me saqué la cartera y volvía y sonaba el pito del detector”.
“Ese aparato no funciona. Luego me dicen quítese la correa y yo dije que se me caían los pantalones, pero me dijeron que me lo quitara y me lo quité y caminé unos 3 o 4 metros y se me cayeron los pantalones (…) Yo prefiero ir a la cana (cárcel). Me voy a la cárcel y feliz, pero ellos también sepan que el artículo sexto de la Constitución habla de la responsabilidad civil de los funcionarios. Me están atropellando, eso es una injusticia”, señaló Mesa y le ganó la pelea Jurídica a la Aeronáutica Civil.
Chao mi viejo querido, siempre lo llevaré en lo más profundo de mi corazón, grandes enseñanzas me dejaron, el amante del ajedrez, el marketing político, los pretorianos y del imperio Romano, Dios lo tenga en su santo seno.
Adiós al irreverente comunero. Chao Mesa.
*Dirigente comunal, artista y consultor de marketing
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