Por: Jesús Heraldo Rueda Suárez/ Sonreír y abrazar dos acciones que transforman, cada vez que le sonreímos a alguien, es un acto de amor, es un regalo para esa persona; es algo hermoso que alivia tensiones, mejora el ánimo y nos acerca a los demás.
Cada vez que abrazamos a alguien es acariciar el alma de la otra persona y proporcionarle un refugio en nuestros brazos, es un gesto pequeño pero repleto de sentimientos que cura y recompone a nivel emocional; abrazar es hablar el lenguaje del corazón, y además un abrazo, es un traje que se amolda a todos los cuerpos.
La invitación con esta columna es a que volvamos a sonreír y abrazar, a que aprendamos a interpretar y entender las diferencias, porque en la actualidad el opinar, el disenso, el tener pensamientos y conceptos diferentes, sobre cualquier tema, sea este político, laboral, etc. Hoy en día es un riesgo. Pareciera que seguimos con la mascarilla del Covid, ya no sonreímos, nos da miedo abrazar, la sonrisa y el abrazo se cambió por la agresión, la intolerancia, las ofensas, las amenazas.
Diferencias que deberían debatirse con base en argumentos y bajo la más alta educación; hoy no es posible, por el grado de agresión existente, aún recuerdo esos debates firmes en ideas, fuertes en exposición en mi época laboral y que al final se concluía con una mirada acompañada de una sonrisa y un “Tienes Razón, logramos una buena decisión, aplicamos la inteligencia colectiva” y se finalizaba con un abrazo, eso…hoy en día, ya no se da.
Cuando le sonreímos a otra persona, le estamos diciendo muchas cosas, le decimos que nos gusta que comparta el espacio con nosotros, y la otra persona, por su parte, lo decodifica y también sonríe, y en ese momento los pensamientos negativos quedan a un lado, porque la sonrisa nos da vida, alivia tensiones y es contagiosa, entonces… ¿Por qué no hacerlo más a menudo?
Nuestra alegría es la fuente de nuestra sonrisa, pero también nuestra sonrisa puede ser la fuente de nuestra alegría, la sonrisa es una herramienta que proporciona alivio de manera natural, sonreímos cuando nos sentimos bien, cuando sucede algo gracioso, cuando estamos contentos o emocionados por alguna noticia, y así hay infinidad de situaciones que nos hacen sonreír.
Lo más importante que tiene la sonrisa cuando va dirigida a otra persona es la transmisión de una sensación de compañía, algo tan simple como sonreír puede hacer que la otra persona sienta que no está sola en el mundo, o que alguien le muestra aprecio, pero, además, nosotros, al recibir una sonrisa de vuelta, sentimos que tampoco estamos solos, y que hay personas que nos valoran y nos aprecian, muchas conversaciones con personas que no conocemos comienzan con un intercambio de sonrisas, porque la sonrisa es un puente perfecto para la comunicación.
La sonrisa siempre trae una sensación de bienestar, de ahí la importancia de sonreírle y abrazar a una persona en momentos de acompañamiento cuando no pasa por buenos momentos, no importa las adversidades, o los momentos difíciles por los que estemos pasando, una sonrisa nos da las fuerzas necesarias para seguir adelante, para motivarnos, en momentos en los que las palabras no pueden cubrir el espacio, lo puede hacer la sonrisa, porque una sonrisa es capaz de comunicar que estoy con el otro y para el otro en su momento de dolor, y lo es porque una sonrisa es contagiosa.
Sonreír, nos saca la negatividad de los problemas y nos cambia el punto de vista para enfrentarnos al día a día, es como cambiar los polos de negativo a positivo, y no requiere de ningún esfuerzo, la sonrisa proyecta una imagen más segura de aquel que la ofrece, la sonrisa aumenta la confianza en uno mismo, una sonrisa es optimismo, es alegría, una sonrisa nos ayuda a establecer vínculos sociales y a mantenerlos.
Abrazar es un acto sencillo y cotidiano que reporta múltiples beneficios para la salud, puede que un abrazo no tenga la solución al problema que nos ocurre, ni aleje o haga desaparecer lo que nos rodea, pero su magia recompone nuestras heridas, alivia nuestro sufrimiento y nos transmite que más allá de lo ocurrido, hay alguien que nos quiere y se preocupa por nosotros, un abrazo sincero es amor y alimento para el alma.
Abrazar es un excelente medio de comunicación que no necesita ser hablado ni expresado a través de las palabras, cuánto silencio acompaña un abrazo, a su vez cuánto se dice a través del mismo; si hacemos memoria y echamos mano de nuestros recuerdos, seguro que encontraremos numerosas situaciones en las que un abrazo fue suficiente como consuelo, y al rememorarlas seguro se nos dibuja una sonrisa, un abrazo es un acto de cariño o respuesta a algo que necesitamos y es que los abrazos son momentos de tranquilidad y felicidad, abrazar es una forma de dar amor a los que nos rodean.
Todos funcionaríamos mejor si abrazáramos o nos dejáramos abrazar más a menudo, porque abrazar es un acto cotidiano del cual desconocemos la plenitud que nos proporciona, cada abrazo alberga diferentes intenciones, pero siempre lleva consigo el establecimiento de un lenguaje simbólico entre la persona que lo da y la que lo recibe.
No es solo recibir abrazos, sino también darlos, y pedirlos si es necesario, porque… ¡Abrazar también es un arte! Un abrazo disminuye el estrés, nos da una sensación de seguridad y protección, ayuda a nuestra autoestima, es un transmisor de energía y fortaleza, nos da una sensación de tranquilidad.
Un abrazo es una caricia, es un poema escrito en la piel que nos reconforta y fortalece nuestros vínculos afectivos, favoreciendo que nuestros miedos se alejen.
Recuerden que, un abrazo puede secar muchas lágrimas, y una sonrisa puede cambiar el mundo.
Por ello: abracemos, y dejémonos abrazar; Sonriamos más, regalemos más sonrisas.
…
*Profesional en Mercadeo
Twitter: @heraldoru
Hermosos y cierto
Me encantó
Quiero muchos abrazos y sonrisas
Las necesito…
Bendiciones infinitas…
El corazón alegre es el que sonríe y abraza, porque como dice la columna “Abrazar es un acto sencillo y cotidiano que reporta múltiples beneficios para la salud, puede que un abrazo no tenga la solución al problema que nos ocurre, ni aleje o haga desaparecer lo que nos rodea, pero su magia recompone nuestras heridas, alivia nuestro sufrimiento y nos transmite que más allá de lo ocurrido, hay alguien que nos quiere y se preocupa por nosotros, un abrazo sincero es amor y alimento para el alma”…Es cura para el alma, de hecho en La Palabra dice que para Todo hay tiempo en Eclesiastés 3:5: «Tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar»…Gracias excelente reflexión.