¿Son las materias primas una buena estrategia de inversión?

Desde los primeros intercambios en la antigüedad hasta los complejos contratos de futuros de hoy, las materias primas han mantenido su atractivo entre los inversores que buscan diversificación, protección frente a la inflación y acceso a mercados globales. Sin embargo, la pregunta clave sigue siendo si las materias primas constituyen una estrategia de inversión efectiva a largo plazo.

¿Qué son las materias primas en el mundo de las inversiones?

Para hacernos una idea de la importancia del mercado de materias primas en el mundo de las inversiones, debemos partir de su papel histórico como refugio en tiempos de incertidumbre económica. En el contexto de la inversión, el trading de materias primas implica la compra y venta de estos bienes en mercados especializados, como los mercados de futuros. Los inversores pueden adquirir contratos que les permiten beneficiarse de las fluctuaciones en los precios de estos productos sin tener que poseer el bien físicamente.

Existen diferentes formas de invertir en materias primas. Los contratos de futuros son uno de los métodos más comunes, pero no es el único. También es posible invertir en fondos cotizados en bolsa (ETFs) que replican el rendimiento de ciertos productos, o en acciones de empresas que dependen de estos recursos naturales, como compañías mineras o energéticas.

Factores que las hacen atractivas

A medida que los precios de los bienes y servicios aumentan, las materias primas suelen mantener o incluso incrementar su valor, lo que las convierte en una cobertura atractiva. Por eso, no resulta sorprendente que inversores recurran al oro u otros productos como herramientas de cobertura en tiempos de incertidumbre económica.

Además, el mercado de materias primas se comporta de manera independiente en comparación con otros activos financieros. De modo que, cuando las acciones o los bonos caen debido a fluctuaciones económicas, estos productos muestran un rendimiento positivo. Herramientas de análisis técnico, como el uso de medias móviles trading, pueden ser útiles para evaluar las tendencias en estos mercados y tomar decisiones más informadas.

Tipos de materias primas

El mercado de materias primas es amplio y variado, ya que abarca sectores tan diversos como la energía y, los metales. Asimismo, cada una de estas categorías posee características únicas que influyen en su comportamiento en los mercados. De ahí que convenga entender los principales tipos de y el papel que juegan en la economía global.

Petróleo y Gas

El petróleo sigue siendo uno de los activos más negociados y volátiles dentro de las materias primas. Ya sea el crudo Brent o el WTI (West Texas Intermediate), el petróleo es un recurso energético fundamental para muchas industrias. Paralelamente, el gas natural ha ganado protagonismo en los últimos años debido a su papel en la transición hacia energías más limpias.

Aunque sigue siendo un combustible fósil, su menor huella de carbono lo convierte en una opción preferida por muchos países. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía, se proyecta que la demanda de gas natural aumentará un 30% para el año 2040, lo que refuerza su atractivo como inversión a largo plazo.

Oro y Plata

En momentos de incertidumbre económica, los inversores suelen buscar alternativas más seguras para proteger su capital. Es aquí donde el oro ha demostrado ser el refugio por excelencia. En 2023, el precio del oro aumentó un 13,5%, y se espera que esta tendencia continúe, alcanzando valores históricos de hasta 2,300 USD por onza.

Por otro lado, la plata, aunque menos estable que el oro, ha ganado relevancia gracias a su uso en sectores industriales clave como la tecnología 5G y los paneles solares. Este auge tecnológico podría impulsar su demanda en los próximos años, convirtiéndola en una inversión prometedora.

Productos Agrícolas

Ante la creciente volatilidad de los mercados, es natural que muchos inversores opten por alternativas que brinden un equilibrio entre estabilidad y crecimiento. Los productos agrícolas, como el trigo, el café y el cacao, mantienen su relevancia por las oportunidades que surgen a raíz de los efectos del cambio climático.

El impacto directo de estos fenómenos extremos sobre la producción genera un escenario favorable para la especulación en los mercados, lo que hace que estos productos básicos continúen siendo atractivos tanto por su estabilidad como por su potencial de rentabilidad.

¿Para quién es adecuada la inversión en materias primas?

Si nos preguntamos si las materias primas son una opción para todo tipo de inversores, la respuesta es sí, pero solo si se comprende bien cómo funciona este mercado. Aquellos que tienen un perfil más conservador pueden optar por invertir en ETFs o acciones de empresas relacionadas con materias primas, que suelen ser menos volátiles en comparación con los contratos de futuros. En cambio, aquellos con un perfil más agresivo pueden encontrar en los contratos de futuros una oportunidad para obtener grandes ganancias, aunque con un mayor riesgo.

Conviene recordar que estos productos son activos cíclicos, lo que provoca que sus precios puedan fluctuar de manera significativa en el corto plazo, aunque tienden a estabilizarse con el tiempo. Por lo tanto, pueden ser una excelente opción tanto para inversores experimentados como para aquellos interesados en diversificar su portafolio.

¿Son un buen complemento para la diversificación?

Una de las principales razones por las que los inversores optan por incluir materias primas en sus carteras es para diversificar sus activos y reducir el riesgo general de su inversión. Las materias primas suelen tener una baja correlación con otros activos, lo que significa que generalmente no se mueven en la misma dirección que las acciones o los bonos en tiempos de crisis. Y que, por lo tanto, se convierten en un complemento valioso para una cartera equilibrada.

Durante las crisis económicas, las materias primas tienden a comportarse de manera diferente a otros activos financieros. Por ejemplo, en épocas de recesión, los inversores pueden volverse hacia el oro como refugio seguro, lo que eleva su precio, mientras que el mercado de valores sufre caídas significativas. De este modo actúan como un amortiguador contra las pérdidas en otros sectores, lo que ayuda a estabilizar la cartera en tiempos de incertidumbre.