Por: Laura Jaimes Muñoz/ Cuando nos referimos al amor, siempre pensamos en los sentimientos más hermosos que una persona puede llegar a sentir por el otro, pues el amor es: Tolerancia y buena voluntad, es la fuerza más potente de todas las fuerzas y la más sensible. El amor podría decirse que es lo que se siente hacia los padres, los hijos, los esposos, los enamorados, los amigos; por lo tanto el amor es muy complejo, es tan complejo que no se puede definir con una sola palabra, pero podría decirse que el amor se entiende por la sensación y la sensación se entiende por afecto, cariño, atracción, antipatía y odio, son todos los diferentes grados de una misma cosa: La sensación.
Entonces bien, desde el odio hasta el sentimiento más grande que enunciamos aquí como es el “amor” pareciera una contradicción, pero cuando se “ama” mucho, mucho o demasiado, estaríamos en los extremos, entonces faltaría la tolerancia y buena voluntad. Cuando se odia, es falta de tolerancia y buena voluntad, ósea, ¿qué tanto el excesivo amor como el excesivo desamor son la negación de la tolerancia y la buena voluntad?
Ahora bien, Jesús dijo: “Paz a los hombres de buena voluntad” (Lucas2-14), lo cual implica que lo que pase de allí, no trae paz. La paz está en el centro, es el perfecto equilibrio, ni de más ni de menos en todo. Todos los excesos, aún el exceso de bien (exceso de dinero, de amor, de caridad, de sacrificio etc.) hacen que la balanza no esté equilibrada y es allí donde se pierde la paz. “De todos los frutos del paraíso podéis comer, salvo del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal” (Génesis 2). Entonces “el fruto prohibido” que tanta tribulación ha causado en el mundo no es otra cosa que los extremos. Es el exceso de todos los aspectos, pues Dios quien todo lo creó, declaró toda su obra “buena” y solo menciona la palabra “mal” con respecto al exceso.
Por ejemplo, hay muchas parejas que en nombre del amor mienten para no causar daño, con afirmaciones de “no querer hacer sentir mal al otro”, pero igual mienten, celan por amor y allí invaden la privacidad del otro, vulnerando su derecho, pero todo es en nombre del amor; agreden con insultos, gritos por falta de control de las emociones, ya que es tanto el amor que no logran calcular hasta donde pueden llegar, pero todo en nombre del amor; golpean, si, se golpean hombres y mujeres, pues por cada tres mujeres maltratadas hay dos hombres maltratados y los dos pensando que es amor, cuando es un círculo de violencia arraigado a sus patrones de conducta -todo aprendido- pero también lo hacen en nombre del amor; es aquí donde hacemos daño y sigue la cadena de violencia, porque esa pareja que está en ese círculo tal vez algún día también sus padres hicieron lo mismo y ellos estaban ahí, pues en un hogar por lo general siempre hay terceras personas que observan lo que pasa y en nombre del amor terminan haciendo daño a los hijos, a la familia, a los amigos, a la sociedad.
Entonces podemos observar algunas madres que deciden amar tanto a sus hijos que no les permiten separarse del nido, ni casarse, ni actuar independientemente de ellas cuando ya son hombres y mujeres mayores de edad, no aman son madres egoístas y lo que sienten es deseo de posesión. Y como dice el refrán: “Todo exceso es malo” sí. Esos tipos de “amor” no son otra cosa que exceso de sentimiento que sobrepasan la medida y por lo tanto se van muy lejos de la tolerancia y la buena voluntad.
Cómo todo exceso es “malo”, es prueba de que le falta algo que le haga contrapeso, entonces el exceso de sentimiento prueba que hay falta de desarrollo de la inteligencia, miremos: Si tienes calor se podría equilibrarse con un poco de frio que lo llevaría a soportarlo; la emoción es cálida y la inteligencia es fría, lo que sería un complemento, si bien una persona tiene una gran capacidad emotiva sería una de las mejores cualidades, es magnífica y muy deseable, siempre que este equilibrada con igual capacidad intelectual.
Pero miremos nuestra sociedad, ahora “lo malo es bueno y lo bueno es malo” ya todo es permitido, sólo observemos el boom de esta semana, en estos momento se habla que si es permitido que los jóvenes en edad escolar que se descubren manteniendo relaciones sexuales en su plantel educativo, ¿podría o sería motivo de expulsión?, es tanta la “locura” que esto está en discusión. Hasta donde hemos llegado, por pensar que el amor es permisividad, hasta el punto de pasar por “encima” del otro, de no tener en cuenta “que mis derechos terminan donde empiezan los derechos del otro”, ¿cuál es la razón?
En definitiva: Los extremos; hasta en los extremos del egoísmo, por ejemplo: Jóvenes adolescentes en la prostitución y para los adultos que lo practican es “una pruebita de amor”, padres o madres desnaturalizados que se arrepienten de haber abandonado a sus hijos después de 15 o 20 años pero vuelven a buscarlos en nombre del amor, padres que abusan sexualmente de sus hijos, pero en nombre del amor se arrepienten, después de hacer tanto daño, parejas que abandonan sus hogares (con sus hijos) porque se acabó el amor.
Y como dice el refrán: “Porque te quiero te aporrio”, ahí tenemos a Elieen Moreno, ahora él también era maltratado, entonces, ¿la golpiza donde que casi la mata queda en que ella se la busco? Nos estamos acostumbrando que todo es válido y muchas cosas que se hacen causando daño y dolor, se hacen por el supuesto amor.
El hombre que ama bien es el hombre más poderoso del mundo. “El amor es el cumplimento de la ley»… Dios es amor.
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